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500 personas celebraron el éxito de una empresa wichi

Se juntaron en la comunidad San Ignacio para la fiesta del trabajo y la dignidad.
Miércoles, 13 de septiembre de 2017 00:00

Con gran habilidad, 27 trabajadores wichis van remontando en un taller textil años de creer que la indiferencia era el destino; van desandando la condena de la pobreza y destruyendo la teoría que ampara la miseria a la sombra de justificación cultural.

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Con gran habilidad, 27 trabajadores wichis van remontando en un taller textil años de creer que la indiferencia era el destino; van desandando la condena de la pobreza y destruyendo la teoría que ampara la miseria a la sombra de justificación cultural.

Para celebrar este triunfo sobre las negras profecías de algunos visionarios, y para dar el testimonio y el ejemplo, unas 500 personas de numerosas comunidades de la ruta 81, de Morillo, Dragones, Hickman, Padre Lozano y Ballivián, se reunieron el sábado con los miembros de la comunidad San Ignacio de Loyola, cuyo cacique es Dino Salas, para celebrar el Día del Trabajo y la Dignidad Wichi, fecha instituida desde la creación hace tres años de la Cooperativa Textil que produce ropa con la marca Lhaka, que se comercializa en tiendas de Salta, Jujuy, Córdoba y Buenos Aires.

Como un manantial en un desierto de falta de oportunidades, esta comunidad indígena levanta la bandera de un cambio sustancial y se propone el progreso. Después de tres años de un duro comienzo, apoyados por la Fundación San Ignacio, presidida por el ejecutivo de Molino Cañuelas, Aldo Navilli, a la cooperativa textil que los agrupa le van creciendo alas. El sábado organizaron un desfile de modas y en una pasarela elevada, mujeres de la comunidad lucieron todas las prendas de la última colección con el sello Lhaka. Fue uno de los momentos más inimaginables y emotivos de la fiesta.

"El evento se desarrolló con mucha alegría. Vinieron 500 personas, de Salta, Ballivián, Embarcación, Hickmann, Dragones y Lozano. Hubo payasos para los niños, un espectáculo de tinku del grupo San Simón de Tartagal que todos los años colaboran con esta fiesta con mucho amor", contó Catalina Rojas, trabajadora social comprometida con este proyecto.

Agregó: "Sin dudas, lo más emocionante de la jornada fue el desfile que prepararon con mucho detalle Josefina Vidal (responsable de Lhaka) y Jésica Olivieri (educadora sanitaria). Fueron 27 mujeres de la comunidad San Ignacio las que maquilladas y peinadas profesionalmente desfilaron las prendas de Lhaka. Toda la comunidad se sintió muy orgullosa de ellas que se mostraron tan cómodas en la pasarella que hasta saludaban y tiraban besos".

Abajo de la pasarela, la gente aplaudía y las animaba. A un costado, el cacique Dino Salas no pudo contener las lágrimas de emoción, como casi todos los presentes en la fiesta. Los nudos en las gargantas fueron eco de esta fuerte reivindicación de la cultura wichi, clasificada bajo los rótulos de la vagancia y el ostracismo.

Al finalizar el desfile, Dino entregó un presente a todos los miembros de la cooperativa y a Josefina Vidal y Elodia Vargas, quienes con muchísimo esmero, profesionalismo y amor, acompañan todos los días el trabajo de la cooperativa textil.

El cacique de San Ignacio expresó: "La pobreza no forma parte escencial de la cultura wichí. Las comunidades no quieren ser pobres, forman parte de este país y quieren hacer su aporte para que Argentina sea grande. No quieren ser los asistidos de esta historia para toda la vida, quieren ser parte".

 

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