El exjuez Federal de Orán, Raúl Juan Reynoso, se avino a declarar en la tercera audiencia del juicio que se le sigue, junto a otras siete personas, como jefe de una asociación ilícita. Durante las cinco horas de exposición ante el Tribunal Oral Federal, el imputado dejó entrever que fue víctima de una operación de espionaje gestada desde la Cámara Federal de Apelaciones de Salta.
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El exjuez Federal de Orán, Raúl Juan Reynoso, se avino a declarar en la tercera audiencia del juicio que se le sigue, junto a otras siete personas, como jefe de una asociación ilícita. Durante las cinco horas de exposición ante el Tribunal Oral Federal, el imputado dejó entrever que fue víctima de una operación de espionaje gestada desde la Cámara Federal de Apelaciones de Salta.
Reynoso sustentó esa hipótesis en el hecho de que este tribunal impulsó del nombramiento de los abogados Martín Méndez Mena y José Antonio Fernández Martínez en el juzgado norteño, y que fueron éstos los que motorizaron parte de las denuncias en su contra. El exjuez hizo un minucioso desmenuzamiento de las 9 causas que sirvieron de plataforma fáctica a la fiscalía y al juez instructor, Julio Bavio, para procesarlo por asociación ilícita y de haber beneficiado con la libertad a varios acusados por narcotráfico a cambio de dinero y/o dádivas.
Reynoso proclamó su inocencia de las gravísimas acusaciones y señaló como las usinas generadoras de la batería de imputaciones, no solo a los abogados Fernández y Méndez, sino a los abogados David Arnaldo Leiva y Roxana Rivas Vázquez y a la pareja de un narco. Con la experiencia de sus 32 años en la Justicia, de los cuales un tercio estuvo al frente del estratégico Juzgado Federal de Orán, Reynoso demostró gran destreza y habilidad para sostener su defensa y contrarrestar la acusación de los fiscales. En tal sentido, hizo pormenorizado descargo de cada una de las causas que forman parte de la plataforma fáctica de la acusación del Ministerio Publico. Justificó las excarcelaciones y las detenciones domiciliarias de personas acusadas por narcotráfico con el argumento de que el artículo 318 del Código Procesal Penal facultaba a otorgar esas medidas de oficio, sin necesidad de efectuar las consultas del caso al agente fiscal. De igual manera, sostuvo que en sus 11 años al frente del juzgado benefició con la libertad a muchos narcos, por cuestiones humanitarias, de salud o por la falta de lugares de alojamiento para presos federales en su jurisdicción. "En una oportunidad tuvimos más de cincuenta detenidos en el Escuadrón 20 Orán de Gendarmería, y para evitar que estén hacinados me vi obligado a excarcelar a veinticinco de ellos", dijo.
Ante una pregunta del fiscal general Carlos Martín Amad, el imputado manifestó que no en todos los casos dispuso de oficio estas medidas excepcionales, sino que en muchas dio intervención al fiscal José Luis Bruno. También aseguró que una gran cantidad de resoluciones de este tenor fueron avaladas por la Cámara Federal de Apelaciones. "Resulta que ahora me cuestionan por las exacercelaciones que dispuse en las causas que me armaron, pero si nos retrotraemos en el tiempo también podrían acusarme por las otras resoluciones que adopté en mis once años como juez", apuntó.
La libertad otorgada por Reynoso, en 2015, al empresario boliviano José Luis Sejas Rosales fue uno de los casos que más sospechas despertó en el proceder del exmagistrado. El hombre estuvo preso unos pocos días luego de que la Gendarmería interceptara uno de sus camiones con un cargamento de droga diluida. Reynoso lo imputó como partícipe secundario de narcotráfico, le devolvió el camión y dispuso su excarcelación. De la investigación surgió que a cambio de la libertad Sejas Rosales habría pagado una coima de 350.000 dólares. "En ese procedimiento se detuvo al chofer del camión y luego apresamos a Sejas Rosales, pero no se pudo probar que este hombre haya sido dueño de la droga", expresó. Dijo que fue el abogado Leiva el que dio a conocer el monto de esa coima, pero que no aportó ninguna prueba para sustentar esa imputación. Durante toda su exposición Reynoso se quejó del juez instructor porque no le hizo lugar a una serie de medidas para probar su inocencia.
Desacreditó dos casos de coima
El exjuez Reynoso desacredito las acusaciones de coima realizadas por la abogada Roxana Rivas Vázquez y Rosana Brítez, y dejó entrever que ambas actuaron por despecho a sus exparejas. La primera dijo que fue testigo de la entrega de 150 mil dólares por parte del abogado René Alberto Gómez, uno de los imputados en la causa. “Al parecer esta señora tenía problemas de pareja con el doctor Gómez y por eso dijo semejante mentira, sin aportar ninguna prueba, pero el juez instructor le creyó todo”, dijo.
Respecto a Brítez, quien denunció haber pagado 90 mil pesos para que liberaran a su concubino Guillermo Jaime Sarmiento, acusado de narcotráfico, Reynoso señaló que esta mujer también habría actuado por despecho. “Esta persona salió a hablar en el marco de una denuncia que le hizo a Sarmiento por violencia de género. Argumentó que el dinero lo había aportado su suegra, pero luego se probó que esta señora era insolvente”, sostuvo Reynoso.
También justificó la libertad otorgada al narco tartagalense Marco Mástaka y la devolución de una importante suma de dinero en pesos y dólares secuestrados a la esposa de éste. Al nombrado lo detuvieron con un cargamento de 60 kilos de cocaína en la intersección de las rutas 34 y 81. “A Mástaka lo liberé por razones de salud y a la mujer se le devolvió el dinero porque probó que era una herencia de sus padres”, explicó Reynoso.
Con relación a la denuncia del comerciante Iván Cabezas, quien declaró que su hermana pagó $100.000 para que lo liberaran, aseguró que tampoco hay pruebas de sus dichos “La Gendarmería me hizo escuchar un audio en el que Cabezas decía que me iba a matar y a partir de allí potenciamos las investigaciones por otros hechos y fue detenido”, contó.