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El Chato Carlos Rosas: “Valorar el trabajo con las divisiones inferiores”

El exjugador de Juventud es entrenador en la escuelita de fútbol de Gimnasia y Esgrima de Jujuy
Martes, 19 de septiembre de 2017 22:36

Con inicios en Libertad, el Chato Carlos Ramón Rosas paseó su fútbol por Instituto de Córdoba (llegó con la edad de integrar planteles de divisiones inferiores y luego debutó en Primera frente a Vélez Sarsfield), Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Juventud Antoniana, entre los clubes más relevantes en su carrera profesional, con importantes logros. Incluso fue convocado para integrar la Selección juvenil de Carlos Pachamé como DT. El exjugador de 52 años actualmente es entrenador de la escuelita de fútbol del lobo jujeño, en el que trabajó hasta la temporada pasada con la primera local. Habló con El Tribuno.
¿Te llamaron desde Salta para trabajar en algún club? 
No, a ver, cómo te puedo decir. Lo que pasa es que no me llevo por el verso. Tiene que ser si es blanco blanco y si es negro es negro. No hay que buscarle cinco patas al gato. Nunca me dieron la posibilidad. Nunca me llamaron, nunca me dijeron “che necesito que me des una mano”. Y siempre me ofrecí, pero son cosas que quedan para mí. Acá estoy tranquilo, trabajando con mi familia y en ningún momento me llamaron. 
¿Qué te dejó tu paso como jugador por Juventud?
Como jugador es otro cantar. Me sentí muy bien después de que Gimnasia de Jujuy me deja libre. Juventud me abrió las puertas. Me armé nuevamente con muchas ganas de volver a surgir y hacer ver quién era realmente el Chato Rosas.
¿Recordás el ascenso a la B Nacional frente a Cipollletti, en Río Negro?
El mejor recuerdo es la patada que me pegó el arquero cuando estaba por anotar el gol y que lo termina convirtiendo el Buitre (Espeche) (risas). Pero después la vivencia del grupo. La experiencia cuando ganamos, aunque vimos cuando abrieron las puertas y la hinchada de Cipolletti entró a la cancha y nos golpearon. Le pegaron un patada al Flaco Lígori, le pegaron a un hincha. Muchas sensaciones que era sabido que había que pasar para lograr el ascenso. 
¿Cómo ves el presente en el fútbol de Salta?
Lamentablemente, hay mucha falencias, a pesar de que tenés varios equipos grandes, pero la responsabilidad, la cabeza visible tienen que empezar a trabajar bien. Con el acompañamiento dirigencial.
¿Se podrá salir adelante?
Pienso que sí. Este es un proceso, nosotros estamos trabajando con algo que ya viene de hace unos quince años y que fue de menor a mayor. Lo primordial es que los dirigentes aprovechen y sepan valorar el patrimonio que son las divisiones inferiores, porque de ahí salen los jugadores que los podés vender. Veo que en Salta no salen muchos jugadores
Por Gimnasia de Jujuy anduvo Joaquín Iturrieta. 
Estuvo el año pasado. Lo vi bien. Me gustó bastante porque yo incluso estaba compartiendo con el plantel profesional. Pero no le dieron la importancia necesaria para que surja.
¿Por qué la diferencia? En Jujuy, Gimnasia y Esgrima está en la B Nacional y los equipos de Salta solo pueden participar en un Federal A.
Lo que sucede es que no le están dando interés al trabajo de las divisiones inferiores. Creería que los jugadores hinchas van a sentir más la camiseta que uno que viene a préstamo. Hay que trabajar más con los chicos del club. Pero, sobre todas las cosas, el trabajo lo tiene que realizar un técnico recibido. En Gimnasia nos exigen que seamos técnicos recibidos. Nos exigen que seamos preparadores físico, no profe de educación física. La mayoría de los profes de acá son licenciados en la preparación física. Todo eso hace a un crecimiento a querer trabajar bien en las divisiones inferiores.

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Con inicios en Libertad, el Chato Carlos Ramón Rosas paseó su fútbol por Instituto de Córdoba (llegó con la edad de integrar planteles de divisiones inferiores y luego debutó en Primera frente a Vélez Sarsfield), Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Juventud Antoniana, entre los clubes más relevantes en su carrera profesional, con importantes logros. Incluso fue convocado para integrar la Selección juvenil de Carlos Pachamé como DT. El exjugador de 52 años actualmente es entrenador de la escuelita de fútbol del lobo jujeño, en el que trabajó hasta la temporada pasada con la primera local. Habló con El Tribuno.
¿Te llamaron desde Salta para trabajar en algún club? 
No, a ver, cómo te puedo decir. Lo que pasa es que no me llevo por el verso. Tiene que ser si es blanco blanco y si es negro es negro. No hay que buscarle cinco patas al gato. Nunca me dieron la posibilidad. Nunca me llamaron, nunca me dijeron “che necesito que me des una mano”. Y siempre me ofrecí, pero son cosas que quedan para mí. Acá estoy tranquilo, trabajando con mi familia y en ningún momento me llamaron. 
¿Qué te dejó tu paso como jugador por Juventud?
Como jugador es otro cantar. Me sentí muy bien después de que Gimnasia de Jujuy me deja libre. Juventud me abrió las puertas. Me armé nuevamente con muchas ganas de volver a surgir y hacer ver quién era realmente el Chato Rosas.
¿Recordás el ascenso a la B Nacional frente a Cipollletti, en Río Negro?
El mejor recuerdo es la patada que me pegó el arquero cuando estaba por anotar el gol y que lo termina convirtiendo el Buitre (Espeche) (risas). Pero después la vivencia del grupo. La experiencia cuando ganamos, aunque vimos cuando abrieron las puertas y la hinchada de Cipolletti entró a la cancha y nos golpearon. Le pegaron un patada al Flaco Lígori, le pegaron a un hincha. Muchas sensaciones que era sabido que había que pasar para lograr el ascenso. 
¿Cómo ves el presente en el fútbol de Salta?
Lamentablemente, hay mucha falencias, a pesar de que tenés varios equipos grandes, pero la responsabilidad, la cabeza visible tienen que empezar a trabajar bien. Con el acompañamiento dirigencial.
¿Se podrá salir adelante?
Pienso que sí. Este es un proceso, nosotros estamos trabajando con algo que ya viene de hace unos quince años y que fue de menor a mayor. Lo primordial es que los dirigentes aprovechen y sepan valorar el patrimonio que son las divisiones inferiores, porque de ahí salen los jugadores que los podés vender. Veo que en Salta no salen muchos jugadores
Por Gimnasia de Jujuy anduvo Joaquín Iturrieta. 
Estuvo el año pasado. Lo vi bien. Me gustó bastante porque yo incluso estaba compartiendo con el plantel profesional. Pero no le dieron la importancia necesaria para que surja.
¿Por qué la diferencia? En Jujuy, Gimnasia y Esgrima está en la B Nacional y los equipos de Salta solo pueden participar en un Federal A.
Lo que sucede es que no le están dando interés al trabajo de las divisiones inferiores. Creería que los jugadores hinchas van a sentir más la camiseta que uno que viene a préstamo. Hay que trabajar más con los chicos del club. Pero, sobre todas las cosas, el trabajo lo tiene que realizar un técnico recibido. En Gimnasia nos exigen que seamos técnicos recibidos. Nos exigen que seamos preparadores físico, no profe de educación física. La mayoría de los profes de acá son licenciados en la preparación física. Todo eso hace a un crecimiento a querer trabajar bien en las divisiones inferiores.

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