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19 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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La fuerza de la guitarra de Skay Beilinson se sentirá hoy en Salta

El mítico guitarrista de los Redonditos regresa al norte argentino luego de 9 años de ausencia, acompañado por su banda. Beilinson se consagró como un importante e influyente artista del rock, estando al mando de la emblemática banda, liderazgo que compartió con el Indio Solari. 
Sabado, 23 de septiembre de 2017 10:03

La fuerza de Patricio Rey y Los Redondos de Ricota volverá sonar en Salta esta noche, cuando en el Club Deportivo de Vaqueros, a las 21.30, comiencen a sonar los primeros acordes de la guitarra de esa experiencia única en el rock, porque será la hora indicada para el regreso a Salta de Skay Beilinson. 
El primero de esa experiencia colectiva que se transformó en un grupo de rock, en vivir en Salta, ahora vuelve a los valles. Y esta vez con su propia banda: Los Fakires y un millón de kilómetros de escenarios recorridos con su sonido inconfundible. Y el espíritu de rebelión, singularidad y entrega intacto. Llega para presentar su nuevo trabajo “El engranaje de cristal”, su sexto disco solista y el último con Los Fakires que lo acompañan desde 2014.
La relación de Skay con Salta tiene larga historia. En un reportaje realizado por Franco Spinetta, hijo del mitológico Luis Alberto, Skay habla de aquellos años de represión en los que muchos debían huir de las grandes capitales argentinas, ya sea hacia el exterior o el interior. 
“La historia empezó en el año 76, cuando vino el golpe militar. La Plata se puso muy jodida, tuvimos dos allanamientos. Y nos salió la posibilidad de ir a Salta. Mi viejo había comprado unas tierras ahí con otra gente, a 100 kilómetros de El Galpón, por San José de Horquera. Ahora se hizo el dique El Tunal, pero en aquel momento no había nada. Era más o menos como El Impenetrable (risas). Era a 300 kilómetros de la ciudad de Salta. Cuando llegamos vimos lo que era eso, un delirio total. Estuvimos ahí en Salta, viviendo casi tres o cuatro años. Aprovechando que estábamos allá, recorríamos todo el norte. Ahí conocimos gente preciosa, mucha de la bohemia de Salta de aquella época. Y les contábamos que teníamos una banda de músicos delirantes, que eran Los Redondos, que en aquel momento ni siquiera teníamos nombre. Entonces empezamos a buscar un lugar para hacer algo. Y apareció el lugar El Polaco y de audaces, de kamikazes, le dimos para adelante. En un viaje que volvimos a La Plata, entusiasmamos a nuestros amigos y nos embarcamos en lo que era nuestra ‘gira mágica y misteriosa’ por el norte, que con el pretexto de tocar nos servía de despedida. Mi hermano (Guillermo Beilinson) se iba a vivir a Venezuela y nuestros amigos se dispersaban o desaparecían. Era todo bastante siniestro”, dice Skay sobre su experiencia salteña, de donde resultaría la banda ícono del rock nacional.

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La fuerza de Patricio Rey y Los Redondos de Ricota volverá sonar en Salta esta noche, cuando en el Club Deportivo de Vaqueros, a las 21.30, comiencen a sonar los primeros acordes de la guitarra de esa experiencia única en el rock, porque será la hora indicada para el regreso a Salta de Skay Beilinson. 
El primero de esa experiencia colectiva que se transformó en un grupo de rock, en vivir en Salta, ahora vuelve a los valles. Y esta vez con su propia banda: Los Fakires y un millón de kilómetros de escenarios recorridos con su sonido inconfundible. Y el espíritu de rebelión, singularidad y entrega intacto. Llega para presentar su nuevo trabajo “El engranaje de cristal”, su sexto disco solista y el último con Los Fakires que lo acompañan desde 2014.
La relación de Skay con Salta tiene larga historia. En un reportaje realizado por Franco Spinetta, hijo del mitológico Luis Alberto, Skay habla de aquellos años de represión en los que muchos debían huir de las grandes capitales argentinas, ya sea hacia el exterior o el interior. 
“La historia empezó en el año 76, cuando vino el golpe militar. La Plata se puso muy jodida, tuvimos dos allanamientos. Y nos salió la posibilidad de ir a Salta. Mi viejo había comprado unas tierras ahí con otra gente, a 100 kilómetros de El Galpón, por San José de Horquera. Ahora se hizo el dique El Tunal, pero en aquel momento no había nada. Era más o menos como El Impenetrable (risas). Era a 300 kilómetros de la ciudad de Salta. Cuando llegamos vimos lo que era eso, un delirio total. Estuvimos ahí en Salta, viviendo casi tres o cuatro años. Aprovechando que estábamos allá, recorríamos todo el norte. Ahí conocimos gente preciosa, mucha de la bohemia de Salta de aquella época. Y les contábamos que teníamos una banda de músicos delirantes, que eran Los Redondos, que en aquel momento ni siquiera teníamos nombre. Entonces empezamos a buscar un lugar para hacer algo. Y apareció el lugar El Polaco y de audaces, de kamikazes, le dimos para adelante. En un viaje que volvimos a La Plata, entusiasmamos a nuestros amigos y nos embarcamos en lo que era nuestra ‘gira mágica y misteriosa’ por el norte, que con el pretexto de tocar nos servía de despedida. Mi hermano (Guillermo Beilinson) se iba a vivir a Venezuela y nuestros amigos se dispersaban o desaparecían. Era todo bastante siniestro”, dice Skay sobre su experiencia salteña, de donde resultaría la banda ícono del rock nacional.

Un joven Skay puede verse actualmente en los archivos del desaparecido periódico “El Intransigente” promocionando el recital de un sábado de 1977 en el Bar El Polaco, que entonces funcionaba en Deán Funes 76 y hoy está olvidado en su primera cuadra, casi España. El disco se presentó hace un año ya con el arte del Mono Kohen (Rocambole) e incluye los temas Cáscaras, Quisiera llevarte, Egotrip, Equilibrista, En la fragua, La procesión, Chico bomba, La calle del limbo, El carguero del sur y Epílogo.
Varias ya se pudieron escuchar por el propio Skay y por Oscar Reyna en guitarra, Claudio Quartero en bajo, Javier Lecumberry en teclados y “Topo” Espíndola en batería, en los shows que dio durante el año. 
Este es el sexto álbum que “el Flaco”, a sus 64 años, presenta desde la separación de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. 
Los anteriores fueron A través del mar de los sargazos (2002), Talisman (2004), La marca de Caín (2007), ¿Dónde vas? (2010) y La luna hueca (2013).
 

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