Carina Costello
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Carina Costello
Este año se hace la séptima edición del premio Abanderados de la Argentina Solidaria en Buenos Aires. Hasta ahora, fueron 6 los representantes por Salta que ganaron. Incluso el año pasado, hubo dos referentes de la provincia nominados. En 2017, una mujer de Salvador Mazza está entre los postulantes destacados por su trabajo comunitario para modificar la realidad.
Cristina Exeni logró que vieran la luz de su trabajo a través de la Fundación Vivir y Amar con Esperanza (Vyace), que asiste a niños y adultos con discapacidad.
En 2001, y en medio de una de las peores crisis económicas y sociales del país, Cristina no dudó en dar los primeros pasos de lo que dos años más tarde se convirtió en la fundación.
Cinco años antes, Cristina había recibido a su hijo, que nació prematuro. El pequeño tuvo problemas de salud y perdió la vista.
Los pronósticos eran los peores pero, contra todo, su hijo salió adelante. Con la edad para empezar con su educación formal, al pequeño de Cristina no lo recibían en ninguna escuela de la zona. Así, esta mujer enfrentó el desafío de buscar los medios para que su hijo reciba educación en Salvador Mazza.
Decisión
"Fundamos Vyace el 17 de febrero de 2001, en mi casa, con un grupo de amigas. Todo surgió ante la necesidad de tener un espacio de formación", le contó Cristina a El Tribuno.
La mujer se reunía con sus amigas los sábados en su casa y, ante la situación que vivía, comenzó a pensar e investigar sobre el funcionamiento de las ONG. Ese fue el primer paso.
En 2002, la fundación obtuvo un espacio físico. "El hospital de Salvador Mazza se mudaba a un edificio nuevo. Entonces nosotras presentamos un proyecto a la municipalidad y logramos obtener una primera parte del edificio viejo", recordó Cristina.
En 2003 accedieron a la escritura de los terrenos y ampliaron el cuerpo de médicos y otros profesionales de Vyace. En la actualidad cuentan con 30 profesionales que atienden a personas con discapacidades.
En la Fundación se asiste desde niños hasta adultos mayores. Los tratamientos incluyen estimulación temprana para bebés recién nacidos y chicos de hasta cinco años. Hay un centro educativo terapéutico, al que van jóvenes de hasta 22 años y un servicio de apoyo a la integración que, por estos días, está formado por 16 jóvenes que están insertos en las escuelas de la zona. Durante la mañana funciona un centro de día y se dan capacitaciones para acceder a espacios laborales.
Actualmente, hay 63 alumnos en Vyace. "En los dos primeros años, lo más importante era organizarnos y buscar los medios para poder funcionar porque no teníamos recursos. No podíamos contratar a nadie", recordó Cristina.
A partir de 2003, la fundación logró contratar a un médico, una fonoaudióloga y una fisioterapeuta. "En aquel momento teníamos 120 chicos, pero era solo voluntad y corazón. Nos fuimos organizando y entendimos que para que exista calidad de atención, los chicos no podían ser tantos", reconoció.
Hoy, cada una de las salas tiene hasta 6 chicos. "Hay que tener en cuenta cuáles son sus tipos de discapacidades. No se los puede atender a todos juntos", expresó.
En lo que respecta a las edades de la población a las que Vyace enfocó su asistencia, se priorizó a los pequeños y adolescentes, con la idea de lograr su inserción en las escuelas y el mundo laboral.
"Igual hay 5 adultos que siguen estando con nosotros desde que empezamos y también se asiste a aquellos adultos que llegan con una gran necesidad de atención", explicó la titular de la fundación.
Uno de los problemas que afronta la organización para ampliar su atención es la falta profesionales para el trabajo interdisciplinario en la zona de Salvador Mazza.
La transformación
Desde 2003, la Fundación tiene la titularidad de los terrenos donde funciona. Esto facilitó las obras, que se requerían para atender a personas con discapacidades motoras y cognitivas.
"El sector más nuevo de las estructura, era un edificio donde vivían y trabajaban los choferes del viejo hospital. El otro sector, tenía un edificio antiguo de más de 60 años con fisuras y hundimiento de bases. La zona más vieja se demolió y en su lugar levantamos una planta de agua", destacó esta emprendedora.
Vyace gerencia esta planta para obtener fondos destinados a la fundación. Además, trabajan ahí 25 chicos de la entidad. Otro de los proyectos es la construcción de una cocina industrial. "El sueño es armar un producto seco para vender, aprovechando que tenemos esto", detalló Cristina.
“Nunca imaginé que llegaría tan lejos”
La tarea de Cristina Exeni se conocerá a nivel nacional desde octubre.
Cristina Exeni tiene 54, pero los primeros pasos de la fundación se dieron cuando ella tenía 37. Al año del nacimiento de su hijo Alejandro, Cristina se divorció y siguió sola la lucha por ofrecerle una mejor calidad de vida.
Luego de 16 años de trabajo, Cristina reconoce que nunca se imaginó que llegaría tan lejos. “Vyace se fue construyendo a medida que los chicos nos reclamaban espacio”, explicó. Hoy, la fundación también está ofreciendo asistencia a domicilio a tres pacientes que no pueden movilizarse.
Otro de los proyectos que emprendieron es la formación de una asistencia de equinoterapia.
Cristina Exeni fue postulada por una de las integrantes de la comisión de la Fundación. Ahora, ya pasó la primera etapa de eliminación y está entre los ocho seleccionados que difundirán su trabajo por las redes y la pantalla del Trece para que el público los vote.
Abanderados es un premio anual organizado por Canal 13 que reconoce a aquellos argentinos que se destacan por su dedicación a los demás. Entre los premios se cuenta la suma de 300 mil pesos.