18 kilómetros son los que dividen la ciudad termal de la villa El Naranjo, un colorido pueblo con características de tipo subtropical, ubicado en el extremo noroeste del departamento, al cual se accede desde la ruta nacional 34 y por ruta provincial N§ 5. Allí, el pasado domingo se celebró una nueva edición de la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Merced, y una gran cantidad de personas se acercaron al lugar. El clima acompañó con una temperatura agradable y los festejos se extendieron hasta tarde.
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18 kilómetros son los que dividen la ciudad termal de la villa El Naranjo, un colorido pueblo con características de tipo subtropical, ubicado en el extremo noroeste del departamento, al cual se accede desde la ruta nacional 34 y por ruta provincial N§ 5. Allí, el pasado domingo se celebró una nueva edición de la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Merced, y una gran cantidad de personas se acercaron al lugar. El clima acompañó con una temperatura agradable y los festejos se extendieron hasta tarde.
El acto protocolar se llevó a cabo en la plaza Gemes y contó con la presencia de las principales autoridades de Rosario de la Frontera, como así también de instituciones escolares y fortines gauchos. Las actividades continuaron luego con la tradicional procesión por las calles del pueblo con la imagen de la Virgen, y el padre Víctor Yurquina fue quien ofició la santa misa. Las agrupaciones gauchas le dieron el color y el sentir patrio a través del desfile, el cual fue animado por la Banda de Música municipal.
Emotiva reseña histórica
La directora de la escuela N§ 4633, Mirta Villarreal, fue quien brindó algunas palabras en relación al contexto histórico del devenir de la celebración. "Nuestra Señora de la Merced es la patrona del Ejército Argentino y de este pueblo. El 24 de septiembre de 1812, en plena guerra por la independencia, el general Belgrano puso toda su confianza en Dios y en esta Virgen. Ya en los tiempos de la emancipación, el general Belgrano, sabiendo que las fuerzas humanas flaqueaban, quedaba solo el recurso de la protección del cielo. Desobedece la orden del gobierno central de replegarse hasta Córdoba, quedándose en nuestra ciudad, y pone la suerte de sus armas en la Virgen de la Merced. Según cuenta la historia, al salir del templo para dar las ultimas órdenes, se cruza con unas damas tucumanas que van también a pedir la misericordia a la Virgen y Belgrano les dice al pasar: "Pidan milagros señoras, que de milagros hemos de necesitar hoy', y lo que pidieron ese día se produjo y las armas de los criollos triunfaron ampliamente", describió.
El Naranjo es un pueblo antiguo, de cuyo origen poco se conoce. Allí estuvieron los jesuitas, que instalaron molinos harineros y aserraderos. Su nombre radica en la gran cantidad de quintas con siembras de naranjas.
En 1617 se construyó la capilla del lugar, que funcionó como parroquia hasta comienzos del siglo XIX. Actualmente también se conserva un cristo articulado tallado en madera por los indígenas que allí residían.