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El canal del río Ancho, la barrera de la verdad

No se encontraron huellas donde fueron halladas Luján y Yanina.
Domingo, 03 de septiembre de 2017 00:00

"Aún no puedo entender por qué a mí esa noche me hicieron ingresar al lugar del hallazgo por un descampado, un yuyal cerrado hasta dar con el canal del río Ancho, que tiene más de 3 metros de profundidad y paredes de cemento que son infranqueables para una persona normal, mucho más para dos chicas. Lo raro es que a la morera donde supuestamente se colgaron o las colgaron se podía acceder por un camino que nace al lado de la ruta 68 en el paraje Río Ancho, Cerrillos, y llegar hasta al lugar sin ensuciarte las manos", remarcó Gustavo Peñalva.

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"Aún no puedo entender por qué a mí esa noche me hicieron ingresar al lugar del hallazgo por un descampado, un yuyal cerrado hasta dar con el canal del río Ancho, que tiene más de 3 metros de profundidad y paredes de cemento que son infranqueables para una persona normal, mucho más para dos chicas. Lo raro es que a la morera donde supuestamente se colgaron o las colgaron se podía acceder por un camino que nace al lado de la ruta 68 en el paraje Río Ancho, Cerrillos, y llegar hasta al lugar sin ensuciarte las manos", remarcó Gustavo Peñalva.

Este camino de finca era hartamente conocido por la policía, que patrullaba por él casi a diario. Desde el camino hasta donde estaban los cuerpos solo había tres metros sin malezas, es decir desde el camino se veía prácticamente toda la morera.

"Todas las pericias se las mostró a la sociedad haciendo ingresar personal a través del canal, no se entiende", agregó.

"Si eso es poco, al lado del camino había un rastrojo recién arado, con los surcos listos para el riego. Desde la otra punta de ese rastrojo había ingresado un vehículo cuyas huellas están en el expediente ¿A qué hora ingresó? ¿Por qué destruyó los surcos pudiendo haber ingresado por el camino normal? No, esto por donde se mire es una impostación, un montaje", afirmó Peñalva.

"Por eso es nuestra lucha, para que no vuelva a suceder una y otra vez, que los crímenes queden impunes por el dibujo de situaciones increíbles rubricados o legitimados", aseguró.

El caso

El lunes 16 de julio de 2012 la provincia se estremeció por la muerte de Yanina Nesch (16 años) y Luján Peñalva (19 años).

Las dos adolescentes eran intensamente buscadas desde el sábado 14, en la mañana, cuando salieron supuestamente hacia el centro.

Ese lunes las dos malogradas jóvenes aparecieron colgadas con un misma soga en un árbol ubicado en un descampado frente al barrio San Carlos.

Lo que siguió fue vertiginoso. La televisión se llenó de imágenes de los familiares de Luján, quebrados por el dolor e insultando frente a la casa de E. F., el novio de la joven, nunca relacionado con esas muertes.

Sin conocer el resultado de la autopsia, el gobernador secundado por el ministro de Seguridad, el jefe de Policía y el presidente de la Cámara de Diputados brindaron una conferencia de prensa para confirmar el hallazgo e informar como un hecho definitivo que Yanina y Luján se habían suicidado.

Años después, aun con el caso cerrado por la Justicia local, las heridas siguen abiertas y los interrogantes aún perturban a los familiares y aguzan los conocimientos de expertos extranjeros que ven en este caso un desafío internacional a la criminología, digno de una superproducción. La familia de Luján aseguró ayer que hay una luz en el camino.

El enemigo llamado tiempo

El caso necesita algunas pruebas y pequeños datos y testigos. 

Desde Miami, Marisa Peñalva -tía de Luján- señaló ayer: “Tenemos muchas hipótesis abiertas pero cada día las cosas están más claras”.

“Hoy la ciencia indica que muchas de las precisiones oficiales no se condicen con la realidad y que estas contradicciones demuestran que el padre de Luján tiene toda la razón humana de reclamar la verdad, es su derecho”, sostuvo.

“Pero a mí, como mujer y tía de Luján, me duele saber que no se quiso investigar en su momento como corresponde y las causas las desconozco. Dentro de poco tendremos un informe preliminar mucho más cercano a la verdad, pero este dependía también del cotejo de las pruebas que fundamentan el cierre de la causa. Pedimos una cantidad de pruebas y nos llevaron o mostraron las que quisieron. En realidad, desobedecieron la voluntad de un juez de Garantías que ordenó al Ministerio Público que se permita la inspección ocular de las pruebas colectadas en la causa. Eso aquí, en los EEUU, no podría pasar desapercibido. Esa orden judicial se debería haber cumplido”, remarcó la mujer en comunicación telefónica.

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