Fue un exquisito y dúctil enganche y mediapunta que se inició en Boca Juniors y que hizo carrera en el fútbol suizo, en el Albacete y el Extremadura de España, pero que luego el fútbol salteño, donde jugó muchos años, lo adoptó como propio. Vistió las camisetas de los tres clubes grandes de Salta y desde hace seis años coordina las divisiones inferiores en Crucero del Norte de Misiones, entidad en la que colgó los botines. A la distancia y a sus 46 años no hay día en el que no se informe del santo, el albo y el cuervo y sueña con dirigir en nuestra provincia.
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Fue un exquisito y dúctil enganche y mediapunta que se inició en Boca Juniors y que hizo carrera en el fútbol suizo, en el Albacete y el Extremadura de España, pero que luego el fútbol salteño, donde jugó muchos años, lo adoptó como propio. Vistió las camisetas de los tres clubes grandes de Salta y desde hace seis años coordina las divisiones inferiores en Crucero del Norte de Misiones, entidad en la que colgó los botines. A la distancia y a sus 46 años no hay día en el que no se informe del santo, el albo y el cuervo y sueña con dirigir en nuestra provincia.
Para el hincha salteño que te perdió el rastro, ¿qué es de la vida de Carlos Alejandro Duré?
Tras jugar en Central Norte, en 2009 jugué un año en Mandiyú de Corrientes y de ahí recalé en Crucero del Norte en 2010, donde con casi 39 años me retiré. Gracias a la amistad que forjé con el presidente, ahí comencé a coordinar las divisiones inferiores en Crucero, actividad que hago hasta el día de hoy. Arrancamos remándola y hace cuatro años logramos instalar a Crucero en las inferiores de AFA con seis categorías. Pasamos de tener escasa equivalencia y hacerle 6 u 8 goles por partido a equipos de la Liga misionera a jugar con clubes como Independiente, Boca y River y ahí los que nos metían esa cantidad de goles a nosotros eran ellos. Fue todo un proceso, un cambio, tuvimos que adaptarnos a los entrenamientos, era como hacer competir a un Fiat 600 con una Ferrari, pero hoy adquirimos competencia y tenemos a ocho chicos del club jugando en la primera. La competencia es otra y eso les sirve a los chicos para crecer y aprender.
¿Por qué es tan difícil promover jugadores locales en los clubes?
Es muy complicado en todos lados, sobre todo cuando traés técnicos de afuera que vienen con contrato, están obligados a obtener resultados y tienen que meter a sus jugadores. Acá en Crucero, al DT que viene se le impone que debe promover una cierta cantidad de chicos, como una política del club que fuimos instalando junto al presidente. Con el entrenador actual de la primera, el Chulo (Héctor) Rivoira, tengo una relación excelente y él entendió ese mensaje y trabaja en ese sentido, consensuando con todos. Los chicos necesitan la competencia que hoy tienen en las inferiores y que se apueste por ellos, que sepan que pueden crecer y que no se van a morir en las inferiores. Por ejemplo, cuando estuve en Salta dirigiendo con el Pichi Velarde hace diez años, había muchos cordobeses y porteños y nosotros terminamos jugando con ocho chicos del club. Eran otros tiempos y uno hoy aprendió más de todo y se formó, pero en ese tiempo lo intentamos. Se puede, pero con respaldo de los dirigentes, con un proyecto, una brújula y, sobre todo, con la paciencia del hincha.
¿Cuál fue el secreto de aquel secreto de Crucero, que tuvo ascensos meteóricos desde la liga misionera hasta jugar en Primera hace menos de tres años?
Es un club serio, ordenado, un grande de Misiones pero que sobre todo tiene una coherencia. Acá no se le debe un peso a nadie, es un club sin deudas porque la administración es ordenada. Y al menos hay ocho chicos del club en el plantel profesional por el trabajo que se viene haciendo desde hace tiempo. Si bien tuvo un descenso de dos categorías seguidas y hoy volvió al Federal A, se llegó sin problemas económicos y se armó un plantel competitivo para volver al Nacional B pero sin la necesidad de endeudar al club, como pasa en otras instituciones, que por un ascenso endeudan a un club. Acá la dirigencia fue inteligente y supo que mantenerse en Primera hubiese implicado costos altísimos. Con un buen trabajo se puede volver. Y nos toca una zona durísima en el Federal, con Gimnasia, Juventud, los equipos de Chaco que, si bien el presupuesto que tienen no es tan alto, tienen jugadores de jerarquía en sus planteles, igual que Mandiyú. Conozco la categoría porque la jugué y sé lo difícil que es, y que nos reforcemos bien no asegurará nada, va a haber que pelearla.
¿Cómo ves hoy el fútbol salteño a la distancia?
Me levanto todos los días a las 7 am y, antes de ir a la oficina, tomo unos mates y entro a la web de El Tribuno para seguir todas las novedades de Juventud, Gimnasia y Central Norte. Cada vez que puedo me escapo a Salta para ver partidos y visitar a tantos amigos que tengo en esa ciudad que tanto amo. Los tres se armaron bien, siguen saliendo buenos jugadores y todo el tiempo me pregunto por qué Salta no tiene un club en la B Nacional. Lo hablo seguido con el presidente de Crucero. Es rarísimo lo que pasa. Salta tiene todo para tener un equipo en otra categoría y ya se lo merece largamente. Pero hay que seguir buscándole la vuelta que se tiene que dar, con trabajo y paciencia. Ahora que Crucero está en el Federal A y compartirá zona con Juventud y Gimnasia me tocará ir más seguido. Amo Salta y extraño el afecto que me dieron en mis tiempos de jugador.
¿Ves a los equipos salteños hoy con "pasta" para dar ese salto en un corto plazo?
Se armaron bien, pero dependerá de muchas cosas. En el fútbol se necesitan conductores con carácter y Juventud lo tiene, por algo Víctor Nazareno Godoy tuvo el carácter y la personalidad suficiente como para desprenderse de un referente como lo es Juan Pablo Cárdenas. Gimnasia se armó bien con un técnico que conoce a los jugadores que trajo. Y Central, en otra categoría, arrancó sólido, ganando y consolidándose en su zona. Ojalá que alguno logre despegar.
¿Te gustaría en un futuro dirigir en Salta?
Yo, por mi parte, me formé, estoy terminando el curso de técnico y me siento capacitado para dirigir. Acá estoy bien, pero sería un sueño en un futuro dirigir a un equipo de Salta. Amo Salta, mi familia también, es una ciudad hermosa. Me brindaron mucho en aquellos tiempos, me abrieron las puertas muchos años y viví cosas inolvidables allí, especialmente en Juventud, donde tengo muchos amigos con los que me junto hasta el día de hoy, cuando viajo, sin mostrarme mucho, pero voy seguido. También cada tanto tengo diálogos con Pepe Muratore. Si bien hoy estoy bien acá, Crucero es mi casa y estoy casi todo el día metido en este club con mucho trabajo, por supuesto que sería un hermoso desafío dirigir en Salta en el futuro, me encantaría volcar mi experiencia en un lugar donde me siento tan cómodo.