Tres hombres ingresaron ayer a una carnicería de San José de Pocitos (Bolivia) y abrieron fuego a sangre fría contra un cliente. La escena dejó estupefactos a quienes en ese momento estaban en el negocio, y a la vez abrió una sucesión de hechos que sacudió a toda la frontera.
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Tres hombres ingresaron ayer a una carnicería de San José de Pocitos (Bolivia) y abrieron fuego a sangre fría contra un cliente. La escena dejó estupefactos a quienes en ese momento estaban en el negocio, y a la vez abrió una sucesión de hechos que sacudió a toda la frontera.
La víctima fue Juan Carlos González Panoso, de 38 años, quien según investigaciones realizadas en ambos países tenía doble nacionalidad (argentina y boliviana). Según fuentes vinculadas a las fuerzas de seguridad de la frontera argentina, el muchacho tenía domicilio en el barrio La Pista, de la localidad fronteriza de Profesor Salvador Mazza.
Según testigos de Pocitos, poco después de las 10 de ayer, González Panoso había ingresado en la carnicería Rommi a realizar una compra. Allí se había detenido a conversar con el dueño del local.
En ese momento en la vereda se detuvo una camioneta, tres hombres se bajaron, ingresaron al comercio y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra González Panoso.
Segundos más tarde, y sin inmutarse, los tres abandonaron la carnicería, ubicada sobre la avenida Tarija y distante a unos 150 metros de la frontera con Argentina, y emprendieron una fugaz huida.
Primero las múltiples detonaciones y luego gritos de desesperación concentraron la atención en el negocio. A los minutos llegó la Policía y un médico forense confirmó el fallecimiento de González Panoso. En la vereda de esa cuadra una muchedumbre se detuvo a ver qué había sucedido a media mañana.
Venganza
En la tarde, el comandante de Frontera Policial de Yacuiba, coronel Mario Herrera, aseguró que el móvil habría sido un posible ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico.
"Por sus características, al no haberse realizado sustracción de dinero ni de la víctima ni de la carnicería (...), él tenía una actividad referida al narcotráfico, es por eso que preliminarmente sabemos que podría tratarse de un ajuste de cuentas", sostuvo el comandante Herrera, según informó el diario El Chaco Informa del vecino país.
Dijo, además, que horas después del crimen el conductor de la camioneta en la que se habían movilizado los supuestos sicarios, cuyas iniciales son L.A.M., fue detenido por efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) del vecino país.
De lado argentino también trascendió que González Panoso habría estado vinculado al tráfico de estupefacientes, aunque no registraba pedido de captura ni causa judicial en la Argentina.
Persecución y libertad
Apenas ocurrió el asesinato la Policía boliviana desplegó efectivos en barrios de Pocitos y en la frontera.
Un grupo de efectivos persiguieron a dos hombres que apresuradamente cruzaron el límite fronterizo por el paso conocido como El Pacará, que une barrio Nuevo (Yacuiba) con el barrio San Martín (Salvador Mazza).
Apenas pisaron suelo argentino los dos sospechosos -de nacionalidad argentina- fueron seguidos por Gendarmería, que los aprehendió en cercanías de la terminal de ómnibus.
Los gendarmes consultaron entonces al Juzgado Federal de Orán, desde donde se indicó que ninguno de ellos tenían causa judicial abierta ni tampoco pedido de captura por algún delito federal.
Entonces fueron entregados a la Policía de la Provincia de Salta, que a su vez consultó a la Fiscalía Penal a cargo de Armando Cazón.
Como tampoco registraban allí una denuncia o causa por delito alguno, el fiscal ordenó que ambos fueran demorados por una contravención (tumulto en la vía pública) hasta que se averiguaran los antecedentes de ambos.
En paralelo, la detención de los dos sospechosos fue informada a las fuerzas de seguridad de Bolivia (abocadas a la investigación del crimen que había ocurrido horas antes), las que dispusieron de algunas horas para tramitar el mantenimiento del arresto y posterior extradición si lo consideraban necesario.
Sin embargo, a última hora de la tarde y sin que mediara ningún pedido de la Justicia argentina o boliviana, los dos hombres -mayores de edad- recuperaron su libertad.