Claudio Víctor Ramón Segundo, de 21 años, fue sentenciado, ayer, a la pena de prisión perpetua por el femicidio de su novia, Brisa Goytea.
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Claudio Víctor Ramón Segundo, de 21 años, fue sentenciado, ayer, a la pena de prisión perpetua por el femicidio de su novia, Brisa Goytea.
A las 13.08, el Tribunal de la Sala III presidido por María González e integrado por Carolina Sanguedolce y Pablo Farah dio a conocer el veredicto y declaró a Segundo autor penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado por la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género, en perjuicio de la adolescente de 15 años. Los magistrados no hicieron lugar al planteo de inconstitucionalidad presentado por la defensa del imputado, quien deberá cumplir su condena en el penal de Villa Las Rosas.
El femicida vestía un buzo deportivo azul, rojo y amarillo, jeans y zapatillas naranjas flúor. Por momentos tenía la mirada perdida, apesadumbrada, y en otros se mostraba indiferente.
Cuando los jueces le consultaron si quería decir sus últimas palabras previas al fallo, el acusado lanzó un "no" rotundo.
Los familiares de Brisa lloraron en silencio en el recinto y una vez que se retiraron celebraron el veredicto. "Esto fue duro. Sufrimos un montón. Si bien estoy conforme con la condena, creo que él se merece la pena de muerte", recalcó Elizabeth Muñoz, mamá de Brisa, con lágrimas en sus ojos.
Alegatos
La jornada empezó a las 10 con el alegato del fiscal penal 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Pablo Rivero, quien pidió prisión perpetua para Segundo.
"Cometió un acto meditado, con el agravante de la relación de pareja y la violencia de género. Había violencia física y psíquica, denuncias previas por lesiones a Brisa. Víctor Segundo tenía una postura machista. Le insistió con mensajes a la víctima para que ella fuera a su casa. El imputado tiene una estructura neurótica con rasgos de perversidad. Cosifica a la mujer, invade su espacio", argumentó el fiscal.
"El femicidio es el asesinato de la mujer por el solo hecho de ser mujer. Es un fenómeno atemporal, global, complejo, un extremo de actos de violencia contra la mujer y debe tener una sanción penal máxima, la prisión perpetua", dijo tajante.
La defensora oficial del acusado, Liliana Linares, alegó: "Nada justifica la muerte de una persona, mucho menos de la forma en que perdió la vida Brisa. Esta parte entiende y respeta el dolor de su familia".
"Planteo la inconstitucionalidad de la pena pedida por el fiscal atento a la historia personal del imputado, atravesada por el consumo de estupefacientes, sumado a su juventud. El dictado de sanción perpetua es cruel, opuesta al paradigma de resocialización. Solicito 23 años de prisión para Segundo", finalizó su alegato.
“Me siento en paz. Esto es lo que yo esperaba, la pena máxima”.
“Debería existir la pena de muerte para los asesinos y violadores”, dijo Elizabeth Muñoz, madre de Brisa.
Con un cinto
Durante el juicio quedó probado que el 6 de diciembre de 2016 Segundo le envió mensajes insistentes por celular a Brisa Goytea, para convencerla de que fuera a su casa, en la calle Mar Caspio. La chica acudió.
En la habitación de Segundo hubo una discusión y él la colocó boca abajo en el piso y la estranguló con un cinto, luego envolvió su cuerpo con nylon y lo escondió bajo la cama.
Cuando la Policía fue a la casa inventó una coartada: que la chica, luego de una discusión, se había ido a comprar.
También amenazó a su hermana menor, quien había visto todo, para que no dijera nada, caso contrario le haría daño a su padre. Ella pidió auxilio a vecinos.
Cuando la Policía volvió al lugar halló una fosa cavada en el jardín. Allí el femicida planeaba enterrar el cuerpo de Brisa. Intentó huir de los efectivos, pero fue detenido.