Primero juzgarán a la expareja del juez Federico Diez, quien había sido acusado por violencia de género, pero una contradenuncia del magistrado por el mismo hecho, y presentada dos años después del proceso que se inició en su contra, finalmente tuvo mayor diligencia en la Justicia salteña.
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Primero juzgarán a la expareja del juez Federico Diez, quien había sido acusado por violencia de género, pero una contradenuncia del magistrado por el mismo hecho, y presentada dos años después del proceso que se inició en su contra, finalmente tuvo mayor diligencia en la Justicia salteña.
La jueza de Garantías 1, Ada Zunino, ordenó elevar a juicio la causa que se sigue contra la exnovia de Diez, imputada por delito de lesiones leves agravadas por la relación de pareja. El fallo se conoció el viernes pasado.
En la misma resolución se dispuso sumar el expediente de este caso al que se tramita sobre el juez, quien la semana pasada se vio favorecido por la suspensión de la elevación a juicio que se pidió en su contra por los cargos de lesiones agravadas por la relación preexistente y por constituir violencia de género.
Las idas y vueltas de este caso pueden sentar un precedente sobre cómo actúa la Justicia local ante una denuncia en contra uno de sus integrantes.
En agosto pasado, más de dos años después de la primera imputación, Diez fue suspendido en sus funciones por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. El mismo organismo había resuelto allanar la inmunidad constitucional del juez para permitir que sea sometido al proceso.
El episodio por el que tanto el juez como su expareja se acusan mutuamente es el mismo y habría ocurrido el 5 de julio de 2016 en el auto de Diez luego de una supuesta discusión por celos en la que se involucró a una trabajadora de la Ciudad Judicial.
Los abogados del juez devenido en posible víctima, Horacio Aguilar y Carlos Cuneo, relatan en el expediente que la exnovia de Diez se presentó intempestivamente en el despacho del magistrado para hacer una escena de celos sobre una sumariante, quien también se hizo presente en el lugar. Luego, la por entonces pareja partió para almorzar y fue en el vehículo del hombre donde se habrían producido los golpes.
Según los letrados, fue la mujer quien agredió al ahora denunciante "arañándolo en la cara, el cuello y propinándole golpes de puño sobre todo su cuerpo, en especial sobre el muslo derecho. Luego tomó la alfombra de goma del piso del acompañante, la hizo un rollo y comenzó a golpearlo con la mismo, como si fuera un bate de béisbol".
Como prueba se presenta una pericia médica realizada dos días después del supuesto ataque por personal del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), en la propia Ciudad Judicial.
En contrapartida, desde la defensa se critica un supuesto trato diferenciado para Diez y "violencia institucional" contra la ahora acusada, quien en el otro expediente denuncia los golpes que habría recibido.
Revictimización
El 3 de octubre pasado, el Instituto Jurídico con Perspectiva de Género del Colegio de Abogados pidió en un comunicado “tomar las medidas y recaudos necesarios tendientes a acabar con la violencia institucional” en contra de la expareja del juez Federico Diez. Consideraron que la imputación contra la denunciante implica un proceso de “revictimización” y que la fiscalía a cargo del caso “incurre en violencia institucional”.
“A todas luces el Poder Judicial y Ministerio Público están representando un ambiguo papel, donde las estructuras jurídicas androcéntricas y patriarcales reproducen no solo violencia institucional, sino también simbólica”.