Por Santiago Pérez Chiconi
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Por Santiago Pérez Chiconi
El inminente acuerdo sobre el bono de fin de año a trabajadores privados y estatales asoma como la mejor alternativa para el Gobierno y los empresarios para tratar de frenar demandas de aumentos salariales, de cara al proceso de reapertura de paritarias que se pondrá en marcha para actualizar los acuerdos firmados meses atrás y que quedaron retrasados por la inflación.
Luego de que gremios de gran peso como Camioneros, Sanidad, Bancarios y Petroleros reabrieran sus negociaciones salariales y alcanzaran recomposiciones por encima del 40%, se encendieron las luces de alarma en la Casa Rosada y en el sector empresario ante la posibilidad de lo que denominan como un ‘desbande paritario‘.
Ante esa situación, el Gobierno y los empresarios se convencieron de que avanzar con un bono podría ser la herramienta para morigerar un ‘efecto contagio‘ en el resto de las organizaciones gremiales.
Mediante esta vía, aspiran a que este beneficio por única vez sirva para disminuir algunos puntos porcentuales de las renegociaciones que se vienen, algo que de todos modos aún está por verse.
Por su parte, la CGT más dialoguista buscará exhibir, en medio de su interna con los sectores más ‘combativos‘, que en el marco de la recesión económica obtuvo algo del Gobierno y volverá así a marcar diferencias con la estrategia de los dirigentes más ‘duros‘ encolumnados detrás de los Moyano.