Gimnasia y Tiro debe dejar atrás una semana para el olvido y enfocarse de lleno en los 180 minutos de la serie que tiene por delante ante Desamparados de San Juan, a sabiendas de que pueden ser los últimos partidos, que será una final determinante para el futuro, que estará en juego el prestigio, la moral, los vestigios de ilusión que queda entre los hinchas y la fuente laboral de 30 futbolistas, por sobre todas las cosas.
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Gimnasia y Tiro debe dejar atrás una semana para el olvido y enfocarse de lleno en los 180 minutos de la serie que tiene por delante ante Desamparados de San Juan, a sabiendas de que pueden ser los últimos partidos, que será una final determinante para el futuro, que estará en juego el prestigio, la moral, los vestigios de ilusión que queda entre los hinchas y la fuente laboral de 30 futbolistas, por sobre todas las cosas.
Y la primera parada de esta serie determinante ante un “víbora” que se preparó nominalmente para ascender, pero que deambuló en la irregularidad en este último tramo, será este domingo, a las 20.30, en el Gigante del Norte, con el arbitraje del chaqueño González.
El albo está obligado a sacar diferencias en casa frente a un rival que hasta aquí hizo mejor campaña de visitante, y se robó la mayor cantidad de punto jugando al contragolpe.
Y para sacar diferencias y volver a cautivar a sus descreídos hinchas, el equipo de Víctor Riggio deberá comenzar a vencer de una vez y para siempre sus dos karmas: por un lado, sus dificultades a la hora de traducir en la red las ocasiones generadas y la mala racha de sus delanteros, que en lo que va de 2018 tienen el arco torcido, sobre todo desde aquella ráfaga inicial y 3-0 parcial ante Central Córdoba.
Por otra parte, Gimnasia necesita volver a hacer de su estadio, aquel “templo” que solía meter miedo en las décadas del 80 y del 90, esa fortaleza impenetrable que precisa para ilusionarse con la pelea grande.
La estadística arroja que Gimnasia lleva 130 días sin poder festejar en el Gigante del Norte. El último antecedente de victoria allí fue el 4 a 2 a Crucero del Norte del 19 de noviembre del año pasado. Luego, el albo allí sacó solo 3 de los últimos 18 puntos, con una efectividad de apenas el 16 por ciento. En seis partidos, acumula tres derrotas y tres empates, con 5 goles a favor y 11 en contra.
En toda la temporada, incluyendo Copa Argentina, el millonario obtuvo solo 17 de los 39 puntos jugados en su cancha, con 4 victorias, 4 derrotas y 5 empates, convirtiendo 14 goles y yendo a buscar la pelota adentro de su arco, sea de la bandeja o de las instalaciones, en 15 ocasiones. Allí, el albo ganó solo 17 de sus 35 puntos.
La otra esperanza en el albo para poder aspirar a algo en el interminable camino de los play-offs es que sus delanteros se destapen. En lo que va de 2018, solo 2 de sus 7 goles fueron obra de sus atacantes, quienes llevan 545 minutos netos de juego sin inflar la red.