Seis abogadas del Instituto Jurídico con Perspectiva de Género denunciaron ante el Colegio de Abogados que fueron víctimas de "intimidación y violencia simbólica e institucional" nada menos que en la puerta de ingreso de la Ciudad Judicial. El hecho ocurrió el miércoles y quienes ejercieron esa violencia fueron agentes de la empresa El Guardián del Poder Judicial de Salta, encargada de la seguridad en el predio, y de la Policía de Salta. Las letradas Daniela Córdoba, Josefina Arancibia, Gloria Cruz, Flavia Garagorri, Gabriela Gaspar y Tania Kiriaco realizaban una actividad de difusión sobre los obstáculos que sufren las víctimas de violencia para acceder a la Justicia. Una de las consignas era el reclamo contra la estigmatización de las abogadas defensoras de las mujeres.
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Seis abogadas del Instituto Jurídico con Perspectiva de Género denunciaron ante el Colegio de Abogados que fueron víctimas de "intimidación y violencia simbólica e institucional" nada menos que en la puerta de ingreso de la Ciudad Judicial. El hecho ocurrió el miércoles y quienes ejercieron esa violencia fueron agentes de la empresa El Guardián del Poder Judicial de Salta, encargada de la seguridad en el predio, y de la Policía de Salta. Las letradas Daniela Córdoba, Josefina Arancibia, Gloria Cruz, Flavia Garagorri, Gabriela Gaspar y Tania Kiriaco realizaban una actividad de difusión sobre los obstáculos que sufren las víctimas de violencia para acceder a la Justicia. Una de las consignas era el reclamo contra la estigmatización de las abogadas defensoras de las mujeres.
En esas circunstancias, el jefe de Seguridad y un guardia les exigieron que se retiraran y de inmediato fueron rodeadas por un nutrido grupo de policías, dos camionetas, un auto y el furgón para el traslado de presos, mientras las fotografiaban con los celulares. El documento que distribuían denuncia el amparo "a magistrados violentos, como el juez Federico Diez" y exige que se resuelvan de modo integral los casos de padres violentos; el rechazo inmediato de las contradenuncias de los golpeadores, rigor en el cumplimiento de las sentencias y vigencia de la perspectiva de género y derechos humanos. No hubo detenciones, pero sí una reacción represiva contra profesionales de amplia trayectoria en defensa de los derechos de las muje res.