Con la llegada de los primeros fríos se lanzó ayer la campaña de vacunación antigripal para este año. De acuerdo a lo que se informó, se distribuirá 220 mil dosis en todos los centros de salud, puestos sanitarios y hospitales de la provincia.
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Con la llegada de los primeros fríos se lanzó ayer la campaña de vacunación antigripal para este año. De acuerdo a lo que se informó, se distribuirá 220 mil dosis en todos los centros de salud, puestos sanitarios y hospitales de la provincia.
La campaña tiene como objetivo inmunizar a toda la población para disminuir la incidencia, internación, complicaciones, secuelas y mortalidad por virus de influenza en la población de riesgo.
El ministro de Salud Pública, Roque Mascarello, señaló que está previsto recibir 280 mil dosis, de las cuales se aplicarán unas 220 mil, quedando el resto como remanente en los vacunatorios.
El gobernador Juan Manuel Urtubey recibió la vacuna en el hospital Materno Infantil. Por estar comprendida en unos de los grupos de riesgo, a la esposa del mandatario, Isabel Macedo, se le aplicó la triple bacteriana A celular, que protege al niño por nacer de la tos convulsa; la vacuna antigripal y la que protege de hepatitis B.
Sobre este punto, Mascarello recordó que las embarazadas que se vacunaron con la antigripal cepa 2017, y que aún no finalizaron el embarazo, se deben vacunar igualmente con la vacuna antigripal cepa 2018 con intervalo entre dosis de 4 semanas.
La vacunación
Las personas comprendidas en el denominado grupo objetivo deberán recibir la dosis de manera obligatoria y gratuita en los hospitales, centros de salud y vacunatorios de toda la provincia.
Este grupo está conformado por embarazadas, en cualquier período de gestación; puérperas que no se vacunaron durante el embarazo y hasta 10 días posteriores al parto; niños desde los 6 meses hasta los dos años (quienes recibirán una dosis y al mes siguiente una segunda); mayores de 65 y las personas con enfermedades crónicas, respiratorias o cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes renales, oncohematológicos, trasplantados, obesos mórbidos y diabéticos. La idea es que el virus impacte lo menos posible en la población.
También se incluyen en este grupo a trabajadores del ámbito de la salud, pública y privada.
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