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“Los niños son el presente y no tienen viabilidad futura si no los cuidamos desde ahora”

Lucrecia Miller, creadora y presidenta de la Fundación PAPIS.
Viernes, 01 de febrero de 2019 01:27

Desde mayo del año pasado se está gestando una red de ayuda y contención primaria frente al maltrato y al abuso sexual infantil. Este sistema es promovido por la fundación Programa de Asistencia para una Infancia Segura (Papis), que convocó a los ministerios de Educación, Ciencia y Tecnología, de Salud Pública y de Seguridad de la Provincia de Salta y al municipio Capital, para trabajar en conjunto. 

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Desde mayo del año pasado se está gestando una red de ayuda y contención primaria frente al maltrato y al abuso sexual infantil. Este sistema es promovido por la fundación Programa de Asistencia para una Infancia Segura (Papis), que convocó a los ministerios de Educación, Ciencia y Tecnología, de Salud Pública y de Seguridad de la Provincia de Salta y al municipio Capital, para trabajar en conjunto. 

El miércoles, la fundadora y presidenta de esta fundación, Lucrecia Miller, firmó un convenio con el intendente de Salta, Gustavo Sáenz, para formalizar el acuerdo de protección a niños, niñas y adolescentes (NNyA). Pronto se oficializarán también los convenios con las tres carteras provinciales. En una entrevista con El Tribuno, Miller contó detalles de este proyecto, que pretende devenir en política de Estado.

¿Por qué se conforma esta red de ayuda y contención primaria frente al maltrato y al abuso sexual infantil?

Hemos advertido que faltan acciones anticipatorias a todas las situaciones que llevan a NNyA a la Justicia. No salen de pronto una nena embarazada, un nene abusado o un adolescente que usa drogas, sino que hay una trayectoria vital en la que aparecen distintas evidencias de que ese niño está creciendo en condiciones inadecuadas. Como en esa instancia no se hace nada para corregir eso, el niño sigue así. Un niño que no está debidamente contenido por su entorno, que no tiene las provisiones para la satisfacción de sus necesidades y cuyos derechos empiezan a ser vulnerados, es muy difícil que después llegue a tener una vida plena para insertarse a la comunidad. Entonces, empiezan a aparecer disfunciones, como el consumo de droga, los intentos de suicidio y las conductas delictivas; manifestaciones de que ese niño no ha sido debidamente cuidado en el trayecto de su vida. 

¿Qué es lo que propone?

Estoy trabajando en habilitar y potenciar las instancias donde lo chicos crecen naturalmente. Todos van a la escuela, van alguna vez a un centro de salud, donde les controlan las vacunas y demás; todos tienen contacto con algún estamento municipal, como un Centro Integrador Comunitario (CIC). Estas instancias están dentro de la comunidad y en algún momento tienen que ver con la vida de ese niño y de esa familia. Por eso, estamos trabajando intensamente en restituir a la comunidad y a las organizaciones que son inherentes a la vida comunitaria su capacidad de protección y de prevención de la violencia contra NNyA. Estamos fortaleciéndolas para que reconozcan precozmente dónde hay situaciones que vulneran esos derechos para que se empiece a trabajar desde ahí. 

¿Cuáles son los próximos pasos?

Nuestra política se está desarrollando desde mayo inicialmente en la zona sur-sureste (de Salta capital), donde está el hospital Papa Francisco. Ahí ya hemos comenzado la capacitación de todos los centros de salud de la zona y de todas las escuelas. En febrero, lo haremos con los operadores comunitarios de la Policía y con los ámbitos municipales. A fines de este mes, daremos a luz un protocolo de acción integrado. Una metodología en la que Salud, Educación, Seguridad y la comunidad -a través del municipio- van a trabajar orgánicamente juntas para identificar los factores de riesgo y aumentar los factores protectores, es decir, aquellos que neutralizan los factores de riesgo. Lo estamos terminando, trabajando intersectorialmente, para que las miradas de todas estas instancias, que son las que van a tener a cargo la implementación, tengan participación y que no sea como algo ajeno que se les instaura. Es una construcción. Nosotros queremos que la protección de NNyA sea una capacidad instalada en la comunidad y en las organizaciones, sobre todo, en aquellas que tienen una función primaria con los niños. 

¿Qué otros proyectos hay?

Un sistema de registro de datos es otro de los aportes que queremos hacer a esta red. 

¿Qué implica el sistema de registro de datos?

Cuando interviene con el niño, hay una serie de informaciones que cada organismo las reserva para sí para inspirar las medidas que va a tomar. Como ahora estamos tratando de trascender la sectorialidad y de confluir en un sistema integrado para ser más eficaces, va a haber un sistema de registro de datos que nos diga precozmente que un niño está en tales condiciones y que hay que cuidarlo doblemente. El tenerlo nos garantiza que estos niños están identificados para cuidarlos de manera especial e ir como en una graduación de acciones, desde las más leves, que puede tomar alguien en una escuela junto con los papás para refuncionalizar la dinámica familiar, hasta la más intensa, que sea un juez para que un niño salga de ese grupo familiar. Es ir de lo menos a lo más: lo menos es lo que puede hacer un CIC, debidamente integrado con lo que haga la escuela. 

¿Cómo será este sistema?

Va a ser un sistema digitalizado. Hemos empezado a trabajar con los sistemas informáticos de Salud y de Educación, que tienen atribuciones para manejar información de los niños, y vemos que es posible construir este registro de datos sin violar ningún tipo de legislación en torno al niño, ni de privacidad ni de reserva. Es para que sirva a la hora de intervenir. Así, anticipamos los tiempos en que estos niños son advertidos para no esperar a que la nena tenga 24 semanas de embarazo y esté por parir. El objetivo es anticipar, por un lado, y, por otro, que esos ámbitos, que ven a los niños crecer, tengan un rol mucho más activo y protagónico.

¿Ve que el Estado tiene un interés real en trabajar de esta manera?

Totalmente, sí. Cada organismo nos designó un interlocutor. Nosotros tenemos cuatro personas con capacidad decisoria con las cuales nos conectamos. Les bajamos las líneas de acción y ellas nos habilitan el acceso a ciertas áreas. Hay una decisión política por parte de esas instancias. Hasta donde hemos llegado, hemos encontrado la total colaboración, comprensión, sensibilización y autorización para llevar a cabo este plan de trabajo. Hasta aquí, me siento muy satisfecha y creo que esta metodología de trabajo con una visión sistémica va a incrementar enormemente la eficacia de las acciones de protección de NNyA.

¿En qué quedó la figura del defensor del niño, que usted reclama desde hace años?

La designación del defensor del niño, que está prevista en la Ley 26.061, de protección integral de los derechos de NNyA, es el único aspecto que todavía tenemos pendiente en Salta. No lo hemos resignado, pero hemos decidido tomar un pequeño desvío de la ruta, que es esta metodología que estamos planteando, para que se vea en vivo y en directo la función de un defensor del niño. Como encontré tanta indiferencia y tanta ignorancia, decidí dar un testimonio de lo que hace el defensor del niño y la comunidad y la política se está dando cuenta de eso. 

¿Ve un recrudecimiento de los casos de maltrato y de abuso sexual infantil?

Total y absolutamente. Cuando dicen que los niños son el futuro, yo me muero de pena porque los niños no son el futuro, son el presente. No tienen viabilidad futura, si no los cuidamos desde ahora. Siento que hay una deshumanización en el cuidado de los niños, que la comunidad ha delegado en el Estado la responsabilidad de sus niños. Siento que hay que volver a instalar en la comunidad el interés, la responsabilidad, el amor -¡el amor!- por los niños, que se ha ido perdiendo. Hoy el niño es un objeto y yo lucho desde siempre para que el niño tenga su jerarquía como persona en crecimiento y en formación. Él necesita de todo el mundo adulto, del mundo político, del mundo social y del mundo comunitario para tener una viabilidad legítima de vida. Después, nos lamentamos cuando ha crecido mal, tiene sus conductas contrarias a la sociedad y creemos que con una política de adelantar la imputabilidad vamos a solucionarlo. Ya es tarde. 

¿Qué solución propone?

Quiero dejar de luchar sobre la leche derramada y empezar a retomar el control, en el buen sentido de la palabra, de las vidas de los niños. Hay que ir a restaurar y a recomponer las bases de la sociedad y los vínculos primarios; que los que dieron a luz a un niño, los que intervinieron para que ese niño naciera, ejerzan una responsabilidad y un cuidado sobre él para que crezca. Hay un término, que me gusta mucho, que es el de “maternaje”. No es solo por “madre”; es lo que conecta a un humano adulto, que ha generado la vida de un niño, a ser su cuidador y su garante para que crezca y llegue a la adultez en forma íntegra y feliz. Si se ha perdido el amor hacia el niño y eso ha hecho que lo descuidáramos y lo desprotegiéramos, pues hay que generar de nuevo un sentimiento social de amor hacia los niños porque la responsabilidad se instala sobre el amor. Si a una no le interesa un niño, porque no lo ama, no lo considera, no la guían los sentimientos ni las emociones, sino cualquier otro interés, no va a aportarle ni va a invertir en su cuidado. Por eso, este es un proyecto muy ambicioso, que pretende restaurar las bases sociales de protección y de cuidado hacia los niños.

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