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El chamamé, Patrimonio Cultural de la Humanidad

La Unesco lo distinguió ayer y así le abre las puertas para seguir viajando por el mundo.
Miércoles, 16 de diciembre de 2020 19:52

El chamamé es Corrientes y también es mucho más que Corrientes. Es, oficialmente a partir de hoy, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La resolución -votada ayer en París- le abre las puertas al chamamé para seguir viajando y conquistando nuevos públicos en distintas partes del mundo. Es una distinción importante en cuanto a lo simbólico y también a lo material: se sabe que las expresiones culturales que consiguen este nivel de reconocimiento también pueden obtener facilidades en términos de fondos internacionales para la cooperación internacional.
“El patrimonio inmaterial proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad: favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social y genera ingresos económicos”, dijo la Unesco al explicar su propia categoría. Y se puede decir todo eso sobre el chamamé, un género musical muy popular en el área guaranítica, es decir, la región que va del Mato Grosso do Sul en Brasil a Paraguay y parte de Uruguay, donde se asentaron las misiones jesuíticas que le dieron forma en diálogo con la cultura guaraní, española, africana y judía. “Pone en relieve la flora, la fauna, el amor a la tierra”, fundamentó la Unesco en su dictamen.
“Es una mezcla, un mboyeré, como decimos acá”, dijo el director de Cultura de la Provincia de Corrientes, Gabriel Romero, al tiempo que agregó que en las últimas décadas el chamamé se ha expandido también por gran parte de la provincia de Buenos Aires y hasta de la Patagonia.
“Esto tiene que ver con la forma en que el pueblo de nuestra región se ha desparramado a lo largo y a lo ancho del país en busca de mejores horizontes, en busca de mejores trabajos. Eso hace que el chamamé vaya llegando como una provisión para el alma, lo que nosotros llamamos el avío del alma”, apuntó Julio Cáceres, cofundador con Joaquín Sheridan de Los de Imaguaré, un grupo emblemático que se presenta en los escenarios desde 1977. En diálogo con Clarín, el cantor fue más allá y dijo que el chamamé “es como una religión”.
El origen popular y plebeyo y la fusión de lo local lo acercan de manera significativa al tango, que ya fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco hace unos años. En realidad, el chamamé ya se había presentado antes ante la Unesco. En 2018 hubo una presentación formal para que integrara la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pero la Asamblea objetó la propuesta. 
El Comité Evaluador, una instancia previa a la Asamblea, consideró que faltaban algunas cuestiones técnicas. No existía, a nivel nacional, un catálogo de bienes culturales intangibles en los que el chamamé estuviera inscripto. Y sin eso a nivel nacional no se podía pasar a la instancia “universal”. El catálogo se hizo y el chamamé volvió a la carga. 
Eduardo Sívori, titular de la Dirección de Artes Escénicas, Música y Artes Audiovisuales del Instituto de Cultura correntino y, desde 2003, director de la Fiesta Nacional del Chamamé, propuso una lista de coincidencias entre el tango y el chamamé: “Primero, el baile entrelazado: son las dos únicas expresiones folclóricas argentinas que lo tienen. Segundo, comparten el fuelle; el bandoneón es muy potente dentro del chamamé. Tercero, ambos fueron muy discriminados, tomados como productos del bajo fondo o de la ruralidad”.

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El chamamé es Corrientes y también es mucho más que Corrientes. Es, oficialmente a partir de hoy, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La resolución -votada ayer en París- le abre las puertas al chamamé para seguir viajando y conquistando nuevos públicos en distintas partes del mundo. Es una distinción importante en cuanto a lo simbólico y también a lo material: se sabe que las expresiones culturales que consiguen este nivel de reconocimiento también pueden obtener facilidades en términos de fondos internacionales para la cooperación internacional.
“El patrimonio inmaterial proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad: favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social y genera ingresos económicos”, dijo la Unesco al explicar su propia categoría. Y se puede decir todo eso sobre el chamamé, un género musical muy popular en el área guaranítica, es decir, la región que va del Mato Grosso do Sul en Brasil a Paraguay y parte de Uruguay, donde se asentaron las misiones jesuíticas que le dieron forma en diálogo con la cultura guaraní, española, africana y judía. “Pone en relieve la flora, la fauna, el amor a la tierra”, fundamentó la Unesco en su dictamen.
“Es una mezcla, un mboyeré, como decimos acá”, dijo el director de Cultura de la Provincia de Corrientes, Gabriel Romero, al tiempo que agregó que en las últimas décadas el chamamé se ha expandido también por gran parte de la provincia de Buenos Aires y hasta de la Patagonia.
“Esto tiene que ver con la forma en que el pueblo de nuestra región se ha desparramado a lo largo y a lo ancho del país en busca de mejores horizontes, en busca de mejores trabajos. Eso hace que el chamamé vaya llegando como una provisión para el alma, lo que nosotros llamamos el avío del alma”, apuntó Julio Cáceres, cofundador con Joaquín Sheridan de Los de Imaguaré, un grupo emblemático que se presenta en los escenarios desde 1977. En diálogo con Clarín, el cantor fue más allá y dijo que el chamamé “es como una religión”.
El origen popular y plebeyo y la fusión de lo local lo acercan de manera significativa al tango, que ya fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco hace unos años. En realidad, el chamamé ya se había presentado antes ante la Unesco. En 2018 hubo una presentación formal para que integrara la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pero la Asamblea objetó la propuesta. 
El Comité Evaluador, una instancia previa a la Asamblea, consideró que faltaban algunas cuestiones técnicas. No existía, a nivel nacional, un catálogo de bienes culturales intangibles en los que el chamamé estuviera inscripto. Y sin eso a nivel nacional no se podía pasar a la instancia “universal”. El catálogo se hizo y el chamamé volvió a la carga. 
Eduardo Sívori, titular de la Dirección de Artes Escénicas, Música y Artes Audiovisuales del Instituto de Cultura correntino y, desde 2003, director de la Fiesta Nacional del Chamamé, propuso una lista de coincidencias entre el tango y el chamamé: “Primero, el baile entrelazado: son las dos únicas expresiones folclóricas argentinas que lo tienen. Segundo, comparten el fuelle; el bandoneón es muy potente dentro del chamamé. Tercero, ambos fueron muy discriminados, tomados como productos del bajo fondo o de la ruralidad”.

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