Rebeca Loutaif es licenciada de Administración de Empresas, tiene 30 años y es la segunda de 3 hermanos. Cuando se recibió, viajo a París a realizar un postgrado, e inmediatamente decidió volver a su mundo, el de la madera, que la vio nacer y crecer. "Me crié con dos hermanos varones y todas las vacaciones, desde adolescente, trabajaba en la administración de la empresa, me siento muy cómoda en este mundo de hombres".
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Rebeca Loutaif es licenciada de Administración de Empresas, tiene 30 años y es la segunda de 3 hermanos. Cuando se recibió, viajo a París a realizar un postgrado, e inmediatamente decidió volver a su mundo, el de la madera, que la vio nacer y crecer. "Me crié con dos hermanos varones y todas las vacaciones, desde adolescente, trabajaba en la administración de la empresa, me siento muy cómoda en este mundo de hombres".
Rebe, como la llaman, cuenta que los primeros pasos de la vida los dió dentro de la Fabril Maderera, una empresa familiar dedicada exclusivamente a este sector. Más tarde y con mayor experiencia, asumió como protesorera en el Centro de Obrajeros del Norte, ubicándola "en una mesa de hombres, donde realmente me siento respetada y valorada" remarca.
Rebeca, dueña de una gran personalidad, tiene la capacidad de reconocer la madera de la mejor calidad, y sabe cómo venderla.
Como cualquier negocio, el de la madera tiene etapas positivas y negativas: entre lo positivo está la inclusión de la mujer dentro de la industria pese a que el trabajo es diferente al de los hombres, que es más duro, pero las mujeres tienen los mismos conocimientos que los varones en el ramo maderero.
Actualmente trabaja para construir un espacio de Faima Joven, (Federación Argentina Industria Maderera y Afines) un lugar donde la mayoría son hombres, además es representante de UIA Joven, el área joven de la Unión Industrial "un lugar que me encanta porque me capacito en la gremial, sin duda un lugar que sirve nos sirve para crecer en materia empresarial".
Rebeca tiene la capacidad de reconocer la madera de calidad, tratar la madera desde sus orígenes, sabe cómo venderla, de hecho tiene el mismo conocimiento de quien tala el árbol para darle el tratamiento y sacar de un pedazo de manera una pieza que posteriormente se convertirá en mueble, solo que ella se enfocan más en lo administrativo en la capacitación no en el trabajo duro.
En la mesa de los madereros
Hace dos años Rebeca es parte de la comisión directiva del Centro de Obrajeros del Norte, es un soporte imprescindible de las tareas administrativas y cumple un papel importantísimo en la coordinación de los cursos de capacitación del sector maderero "la capacitación tiene un rol fundamental para que un trabajador haga bien las cosas tiene que estar capacitado y motivado".
Como profesional del área de administración tiene muchos objetivos que cumplir, pero siempre en la industria maderera "quiero seguir este lugar, amo este rubro".
Aunque es una mujer joven aspira a ocupar cargos que le permitan tomar decisiones para un sector que supo ser el eje de la economía norteña.
"Sueño con ser secretaria o presidente de FAIMA, del Centro de Obrajeros del Norte, y porque no de nuestra empresa, aunque esto último si que lo veo difícil" finaliza con un carcajada.
A mis padres les debo todo
Esta mujer sin duda es de buena madera ya que Sonia, su mamá, desde siempre rompió los esquemas es trabajadora, luchadora siempre va al frente ella me inculcó que como mujer puedo hacer lo que quiera y conquistar mis lugares".
Y a mí papá, Daniel, le debo todo, él me enseñó a ser empresaria y cómo trabajar día a día en el campo de batalla, solo espero tenerlos mucho tiempo más conmigo, aún tengo mucho que aprender", dijo visiblemente emocionada.