Hoy, 26 de junio es el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas, fecha instituida en 1987 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reforzar, con distintas actividades, el objetivo de alcanzar una sociedad internacional libre del abuso de estupefacientes.
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Hoy, 26 de junio es el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas, fecha instituida en 1987 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reforzar, con distintas actividades, el objetivo de alcanzar una sociedad internacional libre del abuso de estupefacientes.
En este marco, el día internacional responde al nuevo lema "Acompañar. No castigar".
Se trata de un enfoque novedoso en la prevención que tiene como finalidad reconocer a las personas con uso problemático de drogas, como personas con derechos y garantías.
También, hace referencia a la importancia de que la sociedad aborde la problemática de los "consumos problemáticos de sustancias" desde la presencia, el acompañamiento y la empatía, promoviendo el libre acceso a los servicios de salud.
En ocasiones, suele asociarse las problemáticas de drogas con los aspectos como el tráfico ilícito y la distribución de sustancias ilegales, pero es fundamental recuperar la mirada sobre las personas usuarias.
Es importante preguntarse ¿qué les pasa? ¿Qué necesitan? ¿De qué sufren?
Y, de esta manera, ejercitar la escucha, dando prioridad a la salud y a los derechos humanos, no a juzgar a los que consumen, en total consonancia con el paradigma establecido por la ley N§ 26.657/2010, en el marco del décimo aniversario de su sanción y vigencia.
Es por ello que, desde la Secretaría de Salud Mental y Adicciones de la Provincia de Salta, buscamos promover el ingreso a intervenciones de políticas de acceso y de otros servicios, y eliminar la criminalización de los usuarios de sustancias psicoactivas.
El fin es acompañar, en lugar de castigar a los usuarios o a las personas que han cometido delitos no violentos relacionados con estas sustancias, ya que el consumo problemático es una cuestión de salud integral.
En este contexto, y siguiendo a F. Rotelli y B. Saraceno, "entendiendo a la comunidad no sólo como "resiliente' de salud sino como fuente de riquezas y recursos, es necesaria una democratización de los servicios. Salud Mental en tiempos de pandemia no es un problema clínico (en el sentido tradicional del término), no es un problema individual. Es un problema sociosanitario, de organización de servicios. Desarrollo de dispositivos sociosanitarios donde los sufrimientos individuales puedan tener lugar...".
En conclusión, los consumos problemáticos deben ser entendidos como un problema de salud, complejo y multicausal, que nos comprometen a promover y brindar una respuesta acorde a dicha complejidad, entendiendo que quienes lo sufren, puedan pedir ayuda y recibir un tratamiento adecuado y desde una perspectiva de derechos y garantías.