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Chifri y la dicha de que haya existido

El 28 de mayo hubiese cumplido años y todos los recordaron con amor.
Domingo, 30 de mayo de 2021 02:19

"En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente" (Khalil Gibrán).

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"En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente" (Khalil Gibrán).

Definitivamente, tras el invierno espiritual que causó en todos la muerte del Padre Chifri en noviembre de 2011, comenzaron a florecer sus obras en una nueva primavera cada año en esta última década. Por eso, tal vez, Chifri permanece latiendo la vida, inspirando, construyendo, repartiendo oportunidades entre los cerros de la Quebrada del Toro.

Si su muerte fue una bisagra entre el antes y el después; su vida es la puerta ancha que aún invita a traspasar el umbral de la indiferencia histórica hacia tantos hombres y mujeres que no existían para nadie, hasta que él los recató y los puso en valor. Y eso explica que Chifri fuera celebrado este 28 de mayo en el Día de su cumpleaños con el anhelo mismo de la vida. Porque el sacerdote concretó una faraónica obra de amor. Unió en red a las 25 localidades aisladas unas de otras, con vecinos dispersos a más de 6 horas a pie o a lomo de mula, que soportan condiciones climáticas hostiles y por ello tienen la necesidad de emigrar para conseguir el sustento. Pudo ver el corazón de los hijos de los cerros y entendió el ferviente deseo que tenían de preservar su cultura y modo de vida. Chifri quiso acompañarlos y su misión fue, desde entonces, luchar para que no precisen emigrar, sino que encuentren en su tierra los medios para desarrollar una buena vida.

En 2005 sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas y dio como fruto su libro "Después del abismo. Reencontrar, recoger, recomponer". La tragedia hizo mella en su cuerpo pero nunca en su espíritu. En Chifri, lo que aparentaba ser débil y vacilante, era lo más fuerte y decidido. Un hombre de profunda fe que confió en el mandato cristiano: "Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9).

Creó prosperidad.

Afirmó la identidad.

Evitó el desarraigo.

Su sueño eterno danza con los cerros su hermandad, descansa en almohadas de adobe, entre sábanas de viento fresco.

 

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