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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Una muestra para reflexionar sobre nuestro papel como amos de la vida animal

"Perros de la calle" reúne los trabajos de nueve jóvenes artistas salteños. Estará abierta hasta fines de febrero en el Museo de Arte Contemporáneo.
Domingo, 18 de diciembre de 2022 01:09

Está habilitada la muestra colectiva "Perros de la calle", en el Museo de Arte Contemporáneo (Zuviría 90). Nueve artistas salteños: Luis Colque, Sergio Díaz, Emanuel Dondiz, Juan Carlos Flores, Jorge González, Luis Guerrero, Pablo Manríquez, Esteban Quiroga y Pablo Salva abordan diversas modalidades artísticas -dibujos, pinturas, esculturas, arte objeto, instalaciones y procesos- para subvertir nuestra mirada sobre un problema social que nos sale al paso en cada esquina.

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Está habilitada la muestra colectiva "Perros de la calle", en el Museo de Arte Contemporáneo (Zuviría 90). Nueve artistas salteños: Luis Colque, Sergio Díaz, Emanuel Dondiz, Juan Carlos Flores, Jorge González, Luis Guerrero, Pablo Manríquez, Esteban Quiroga y Pablo Salva abordan diversas modalidades artísticas -dibujos, pinturas, esculturas, arte objeto, instalaciones y procesos- para subvertir nuestra mirada sobre un problema social que nos sale al paso en cada esquina.

Pablo Salva contó que la muestra había surgido de un proyecto de porte pequeño que luego se expandió al grupo y se enriqueció con la perspectiva de todos. Añadió que se había gestado en tiempos pandémicos cuando por las restricciones para frenar la avanzada del coronavirus solo se podía ver a los perros en situación de calle deambular libremente.

Dijo recordar que en aquellas "salidas permitidas y necesarias" que se les imponía a los ciudadanos los "callejeritos" acompañaban a las personas que se aventuraban a cumplir con trámites de primera necesidad y que por ello la presente muestra es un gesto del grupo de trasladar la atención de estos compañeros de la calle al interior del museo, pero, a la vez, también se transforma en un dispositivo que activa la reflexión acerca de otras circunstancias de la realidad. Luego ahondó: "En mí caso particular pienso que una obra antes de ser un vehículo para transmitir un mensaje específico y de manera consciente es más que nada el resultado complejo de muchas cosas que nos atraviesan. Entre estas cabe señalar: diversos discursos, lecturas, percepciones del mundo que tenemos y que, a la vez, en la obra se modifican".

El visitante se encontrará con un tema de superficie, pero varios otros de fondo.

También observó que en muchos casos estos trabajos están compuestos por elementos contradictorios que activan diversos pensamientos, sensaciones y miradas acerca de las cosas y sus relaciones con nosotros mismos. Puesto a analizar su producción, señaló que algunos de esos "hilos" que componen esa trama y que puede identificar en su trabajo son: "la tensión muscular de los cuerpos en movimiento, ya sea afectados por un salto en un juego divertido, en una pelea feroz o en el encierro mismo y asfixiante de un cuerpo en un caja, por ejemplo. Imaginé a perros que son abandonados, por humanos, en cajas o en bolsas (como nacen muchos perros de las calles); pero su esfuerzo por permanecer y seguir existiendo se traduce en ese cuerpo que crece y en ningún momento es abatido por las condiciones".

Sobre un detalle particular, el despojar de los rostros a sus imágenes, refirió que esto le permitió centrar su atención en esos cuerpos. Su producción se complementa con diferentes estudios del natural, de fotografías o imágenes que circulan en redes, algo que definió como "un ejercicio permanente de dibujar para pensar-sentir acerca de las cosas como lo podría ser el escribir. Y a la vez, estos bloques construyen una especie de arquitectura y recorrido para la mirada, dibujos y un texto fruto de la colaboración en el proyecto de Jorge Luis Arias".

Apuntan fragmentos del mencionado escrito: "Hace más de catorce mil años la alianza entre perros y humanos provocó un salto entre las dos especies… unos se aseguraban cobijo y afecto, ante el miedo y la intemperie… los otros alimento y protección, ante el hambre y la orfandad…

De repente a aquellos los dejaron sin cobijo y sin afecto, de repente estos se tomaron todo el alimento y se inventaron pertrechos robóticos. En esa des-asociación perdieron. Algunos se encerraron en sus casas y otros se fueron a las calles. Algunos se quedaron sin alimento y desprotegidos, a otros se los comieron o huyeron con la cola entre las patas (perros y humanos, humanos y perros, viceversa e inversamente).

Los perros representados como las máximas jerarquías política y eclesiástica de la sociedad. Foto: Jan Touzeau

La exposición 'Perros de la calle' muestra su sarna, pero no nuestra urticaria, la impertinencia de su presencia pedigüeña y no nuestra indiferencia, su abandono y no nuestro miedo a la intemperie, su sumisión, pero no nuestro infructuoso esfuerzo por no devenir cínicos, muestra perros, pero no las calles donde des-habitamos".

Por su parte Jorge González presentó dos obras de la serie "A otro perro con ese hueso", en las que dijo haber representado la fragilidad con el rostro de un dogo argentino, pintado sobre tela. Este tipo de perros, considerados de pelea, se ven en las calles tras haber sido robados a sus dueños y deambulan perdidos -y rotos- por haber sido empleados para fines ilícitos o -peor aún- luego de haber llevado esa vida desde el momento en que dejaron un criadero y cuando se vuelven viejos para las contiendas. "La imagen por ahí es muy directa y la enmarco con follaje que comúnmente está presente en las calles. Es algo más simbólico: la planta del dólar que está a su alrededor es como las monedas, como una imagen simbólicas de prosperidad", precisó.

Después agregó que la vegetación lo viene revisitando al momento de la concepción de sus obras. "Últimamente estoy trabajando mucho esta adaptación de cómo la vegetación toma también y forma parte de un personaje", indicó. Esta acompañamiento simbólico del que habla también se hace presente en una instalación que hizo. A un perro modelado que hizo lo cubrió con una hoja de plata y toda su estructura es una alcancía. Está ubicado sobre una mesa de luz con un reloj a la par.

"Tanto la instalación como la pintura sobre tela son un poco eso de buscar la cuestión de la frágil de la economía también. En este sentido la alcancía esta tiene la ranura tapada. Por ahí esta la cuestión simbólica del día a día con el tiempo que estaba obviamente con el reloj y en el marco este un ciclo cotidiano, la búsqueda de un ahorro, de querer subsistir, de querer seguir adelante, es una cuestión muy alegórica", precisó.

Emanuel Dondiz toma parte con dos pinturas realizadas en acrílico sobre tela: "Heraldo" y "Perrhijos y callejeros". "Mi intención, más allá de abordar a los caninos y la calle como eje, fue realizar una reflexión sobre nuestra incidencia como seres humanos frente a estos animales, el alcance y las repercusiones que tienen nuestras acciones o la ausencia de las mismas en sus vidas", comentó. Y añadió que por ello tomó la figura del heraldo, "el representante del poder hegemónico monárquico en el medioevo como una manera de afirmar taxomias y toda clase de datos técnicos y cuantitativos sobre los animales para categorizarlos, empadronarlos y determinar algunos como razas potencialmente peligrosas". Aunque también indagó en dos polaridades: la humanización de las mascotas versus su abandono.

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