Carlos Salvador Bilardo no deja nada librado al azar y es el máximo responsable de los pocos kilómetros que tuvieron que recorrer los jugadores campeones del mundo anoche, entre el aeropuerto internacional y el predio de la Selección argentina (solo seis kilómetros).
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Carlos Salvador Bilardo no deja nada librado al azar y es el máximo responsable de los pocos kilómetros que tuvieron que recorrer los jugadores campeones del mundo anoche, entre el aeropuerto internacional y el predio de la Selección argentina (solo seis kilómetros).
Si bien el doctor no goza de buena salud y no fue parte de este proceso de Lionel Scaloni, es el "culpable" de un predio de varias hectáreas y alejado de la urbe. Y aunque si bien esta madrugada se fue la intimidad por el propio amontonamiento de los hinchas, el equipo puede gozar de una fiesta para su círculo sin que la gente desborde el lugar.
El doctor fue un visionario y pidió que la dirigencia de la Asociación del Fútbol Argentino, ya presidida por Julio Humberto Grondona, construya en esa zona alejada de la capital de los argentinos.
"Uno de los orígenes fue alejarnos de la gente y el otro es que queda al lado del aeropuerto internacional". Las frases de Bilardo no pudieron ser reprochadas,
Ayer más de 100 mil personas invadieron parte de su privacidad y tranquilidad, el grupo pudo descasar antes de ir a la Ciudad de Buenos Aires para ofrecerle la copa a la gente.
La ida y vuelta en cualquier vehículo de ida y vuelta, le dio un valor agregado al técnico campeón del 86: si es fuese más cerca o si el equipo viajaba más tiempo, muchas más personas se hubiesen acercado y el caos sería mayor.
La caravana interminable igual estuvo y la alegría también. Bilardo, a su manera, también festejó del título y aún goza de saber que el predio comprado gracias a él, es clave para la Selección.