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VIDEO. El salteño que brilla como Gardel en una producción de Disney+

Oscar Lajad se dedica al teatro musical hace 25 años y cosechó numerosos premios. Ahora está ante el desafío más importante de su carrera.
Sabado, 05 de febrero de 2022 21:28

Refieren en el sitio Ultimatanda.it que en 1934 Gardel filmaba en Nueva York y cantaba en la cadena NBC en la radio, con la orquesta de Richard Hommer. Allí era anunciado como el “barítono argentino”, cada noche a las 21. 

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Refieren en el sitio Ultimatanda.it que en 1934 Gardel filmaba en Nueva York y cantaba en la cadena NBC en la radio, con la orquesta de Richard Hommer. Allí era anunciado como el “barítono argentino”, cada noche a las 21. 

Una de esas ocasiones se le presentó en el camarín un muchacho de 18 años del barrio Hoboken de Nueva Jersey llamado Francesco Sinatra. 

A él ya lo habían expulsado de la escuela y desde entonces había sido camionero, repartidor de diarios, cadete, pero todos sus trabajos terminaban siempre en un despido por su mala conducta. Sinatra fue acompañado de su novia de entonces, Nancy Barbato. Un poco en italiano y algo en español los desconocidos empezaron a hablar. Nancy le contó a Gardel que Frank también cantaba muy bien, pero en lugar de educar su voz, pasaba el día con los “bravacci” y terminaba casi siempre en las comisarías. 

Entonces el Zorzal le puso la mano en el hombro a Sinatra y le dijo: “Mirá, ragazzino, cuando yo tenía tu edad, andaba allá en Buenos Aires como vos andás ahora en Nueva York. Pasaba todo el día en compañía no muy recomendable cerca del mercado de Abasto, con malevos como los que vos frecuentás. Especialmente con unos malandrines genoveses, los fratelli Traverso, cuyo padre tenía una fonda llamada O’Rondeman, que era una guarida de la Mano Negra, la Camorra y tutti cuanti. Lógicamente cada dos por tres me portaban en galera. No te voy a decir que ahora soy un santo, pero el cantar no solo me dio fama y fortuna, también me apartó de ese ambiente donde solo me esperaba pudrirme en la cárcel o morir violentamente”. Luego el argentino le recomendó a Sinatra que se inscribiera en el concurso de talentos Major Bowes Amateur Hour: “Hacelo, ragazzino, que con probar nada se pierde”. Por influjo de esas cartas que el destino ya tiene marcadas, Sinatra aceptó el consejo y se presentó acompañando al trío Three Flashes. Ganaron el primer premio, lo que los llevó a una gira financiada por el programa... En esa coincidencia mítica se basa “Mr. Gardel”, una película que Disney+ estrenará durante el primer semestre de este año y que luego subirá al escenario teatral en Buenos Aires, antes de una proyectada gira internacional. 

El salteño Oscar Lajad (47) interpreta a Carlos Gardel. Cantor, actor y bailarín participó de renombradas producciones como “Gardel. El musical” (de Fernández, Longhi y Mizrahi), “Los Disfrazados” y “El conventillo de Paloma” (dirigido por Santiago Doria en el Teatro Cervantes), “Chicago. The Musical” (Walter Bobby, G Christ), “La Familia” (Pimpinela, Valeria Ambrosio), “El Joven Frankenstein” (R. Pashkus), “Hairspray” (R. Pashkus), “El violinista en el tejado”, “Houdini” (R. Pashkus), “Aladín” (A. Del Mastro), “Candombe Nacional” (R. Pashkus, Pinti), entre otros. 

Ha recibido varios galardones como el Carlos 2017 a Mejor Cantante Masculino, el ACE 2015 por Revelación e Idea de “Tango corrupto” y el Hugo 2015 al Mejor Actor de Music Hall y de Café Concert. 

En televisión fue cantante de “El musical de tus sueños” (ShowMatch), asistente de coreografía en “Susana Giménez”, coach de las participantes de “Yo quiero ser la protagonista de Hairspray”, etc. 

En paralelo se desempeña como docente y director de Act&Art Musical Theatre junto a Darío Petruzio.

¿Cómo llegó el proyecto de “Mr. Gardel” a tus manos? 

Los productores del proyecto vieron material mío de otros espectáculos con los que había ganado premios. Me llamaron y se ve que cuando me vieron pensaron que tenía el look para hacer este papel. Tuvimos un par de charlas y me eligieron. Felizmente no fue un casting arduo que tuve que dar, sino que me vino como anillo al dedo. 

¿Hace cuánto trabajás en musicales y cómo te iniciaste?

Hace unos 25 años que trabajo en el teatro musical, pero ya venía desde antes incursionando en el teatro, el canto y el baile también, porque me formé como bailarín. Empecé en Salta con Rafael Monti y Claudia Mendía, que hoy en día son mis amigos. Al poco tiempo me fui a estudiar en Buenos Aires, porque quería trabajar de lo mío y en ese momento, hace 30 años atrás, era muy difícil ganarte el pan siendo actor, bailarín o cantor, a menos que estuvieras en estos grupos famosos del folclore. Decidí irme allá y estudié bastante en el teatro, en el conservatorio, arte dramático. A la vez me formaba como bailarín con diversos maestros y con el canto en paralelo, que lo hago desde chico. Hice una formación integral y así fue como se me dio el trabajar en el teatro musical, porque manejaba tres disciplinas: canto, baile y actuación. 

Oscar Lajad recibió a El Tribuno en su casa de campo de Coronel Moldes. Pablo Yapura

Esa inquietud te llevó a poner una escuela propia? 

Sí. Estuvimos en Buenos Aires los últimos 19 años. Por la pandemia tuvimos que cerrar la sede de allá y decidimos volver a Salta y nos incorporamos a la Fundación Salta para enseñar comedia musical, para formar integralmente a los artistas porque acá hay mucho talento, muchos cantores con unas voces espectaculares, bailarines, buenos actores, pero creo que no está tan fomentada la formación integral de los artistas. El manejar estas tres disciplinas que parece fácil cuando uno lo ve en escena en una película o en vivo sobre un escenario, cuando es de lo más difícil que hay en el mundo del espectáculo: el ser un bailarín, cantante y actor. 

No sé si parece fácil cuando el ciudadano común canta karaoke en su casa y se queda sin aire...

Es mucho trabajo, el 80% es trabajo y el 20% es inspiración bien dicen. Realmente tenés que romperte como dirían los pibes, no es algo que vaya a salir de un día para el otro; pero es tan satisfactorio cuando lográs hacerlo. Nos pasa con los chicos cuando llegan, algunos con más experiencia que otros, pero hay un momento en que se empiezan a alinear los planetas y te decís a vos mismo: “Ah! estoy haciendo esto que no me hubiese ni imaginado hacer tiempo atrás. Y también este es un trabajo del cual no te vas a recibir nunca, en el que siempre vas a estar aprendiendo. Siempre estás tratando de aprender bases y de perfeccionarte más. Estará en cada quien decir: “Hasta acá llego”. 
Clases, entrenamiento, como vos decías lo del aire, hay una parte casi atlética te diría que hay que tener resuelta. Porque es cierto, si tenés que bancarte un espectáculo en el que bailás, cantás y de pronto te frenás porque tenés un tema lento, decís de dónde saco aire después de estar saltando como loco por el escenario. Es entrenamiento físico, mental y espiritual. El artista de cualquier disciplina, el que comunica algo, el que logra traspasar la pantalla en el caso de lo filmado tiene la alineación de cuerpo, mente y espíritu.

No es la primera vez que interpretás a Gardel. Dicen que tenía registro de barítono, con extensión de dos octavas y una capacidad torácica que le hubiera permitido cantar en la ópera... ¿Te intimidó alguna vez?

Obviamente Gardel es Gardel, pero tenemos el mismo registro y tono vocal, no tuve que cantar incómodo ni llegar a algún agudo como si me hubiera tocado hacer un Freddy Mercury o un Luis Miguel, que hubiera tenido que subir una octava. Tuve la oportunidad de hacer “Gardel. El musical”, un espectáculo que había empezado a hacer Guillermo Fernández. Él lo estrenó, pero hubo un momento en que dejó de hacerlo y buscaron un reemplazo para él. Tuve un minicasting y me eligieron para el rol. Fue movilizador porque al principio era feliz y después estaba cag... en las patas. Porque me dije: “Me meto con Gardel. Ahora me van a hacer pelota, porque hay que meterse con estos artistas tan grandes y encima de los cuales hay registro de cómo cantaban y cómo actuaban. De Gardel no sabemos cómo sería en la intimidad, pero era una responsabilidad importante. Me tranquilicé al salir a escena y recibir al final los aplausos del público. Si bien no era una imitación de Gardel, porque yo buscaba recrear esa energía, esas circunstancias y situaciones que vivió, emularlo, sin caer en una imitación a lo Martín Bossi, que hace otro tipo de imitación. Se logró porque hubo un buen trabajo de caracterización también por parte de la gente de vestuario y maquillaje. 

Y después vino esto...

Sí, y en un principio se iba a hacer en teatro, pero vino la pandemia. Hubo que postergarlo, en el interín me vine a Salta a vivir y les renuncié. Pero me siguieron esperando, hasta que en un momento Gustavo González y Raúl López Rossi - que son los autores y productores junto con Disney+- me dijeron que habían acomodado el guión para hacerlo filmado. “Ahora sí no nos podés decir que no”, me dijeron. Fui casi dos meses, ensayamos y filmamos en Buenos Aires entre junio y julio bajo las órdenes de Natalia del Castillo, que es una directora soñada, con Pablo Turturiello, que hace de Sinatra, y Antonella Misenti (Nancy Barbato). Hay bailarines y tomas de estudio, escenarios que recrean el universo de la memoria de Gardel, que va paseándose por Buenos Aires, a pesar de que todo se sitúa en su camarín de Nueva York cuando estaba trabajando para la NBC.

¿Cuál fue tu primera reacción al ver el set?

Cuando vi todos los escenarios armados no podía creer al nivel que cuidan los detalles, desde el vestuario, el maquillaje, la luz, que se ve en los productos de esta gente que tiene la vara muy alta a la hora de trabajar. Es muy atractivo lo que sucede musicalmente, cómo se acomodan los arreglos musicales al estilo de Sinatra, algunos tangos. Fue hermoso hacerlo. 

¿Cómo trabajaron con Pablo Turturiello?

A Pablo no lo conocía, pero cuando lo escuché cantar dije: Ah! Qué bueno que es!”. Y después se dio una química bárbara entre él y yo, que ahora somos buenos amigos y nos mandamos todo el tiempo mensajes. Fue toda alegría hacer este proyecto. Nos llevamos bien todos, un trato muy ameno. Ojalá salga lindo y al público le guste lo que va a ver. 

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