Drew Weissmann, el inmunólogo estadounidense galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2023, sorprendió a su madre y a su padre en medio de una llamada telefónica en la que les contó el prestigioso reconocimiento.
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Drew Weissmann, el inmunólogo estadounidense galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2023, sorprendió a su madre y a su padre en medio de una llamada telefónica en la que les contó el prestigioso reconocimiento.
"Tengo algo que contarles", dice Weissmannal teléfono. “Dispara”, contesta su madre. “Gané el Premio Nobel”, responde el inmunólogo “Oh. ¡Dios mío, Drew! Estás bromeando. Felicidades. ¡Qué fabuloso! No sé qué decir. Estoy a punto de caerme al suelo”, dice la madre muy emocionada que está junto a su marido, quien también felicita a su hijo. Y agrega: “Siempre decías que nunca iba a pasar. Felicidades corazón. Eres el producto de nuestros corazones”.
La investigación
El Premio Nobel de Medicina 2023 fue otorgado este lunes a Weissman y a la húngara Katalin Kariko por sus descubrimientos sobre las modificaciones de las bases de de nucleósidos que permitieron desarrollar vacunas eficaces de ARNm contra el COVID-19.
Weissman, nació en 1959, y es profesor de investigación de vacunas, también en la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania.
Después de cuatro décadas de investigación, de recibir decenas de rechazos de las farmacéuticas para financiar sus investigaciones y hasta de perder su puesto en la universidad, Karikó vio cómo -en lo peor de la crisis de la pandemia- sus esfuerzos finalmente ayudaban a salvar millones de vidas, gracias a una tecnología aplicada en las vacunas de Pfizer y Moderna.
El ARN está en las células y es una molécula imprescindible para la vida. Al sintetizarse, lee las instrucciones escritas en el ADN y activa los mecanismos para que las “fábricas” del organismo produzcan todo lo necesario para existir. Karikó siempre supuso que el ARNm podría usarse para curar a los enfermos, de tal modo que produjeran proteínas que evitaran anemias o generaran respuestas inmunes frente a distintas infecciones.
Junto a Weissman, quien focalizó su investigación en la producción de vacunas, lograron modificar el ARNm de tal forma que resultara estable, “colándolo” en las células a través de nanopartículas. Una vez logrado ese hito, se dieron cuenta de que era capaz de generar fuertes respuestas inmunes; una potencialidad que encontró su despegue durante la pandemia del coronavirus, un virus muy específico contra el que las vacunas terminaron resultando altamente efectivas.