La Justicia y la Policía buscan a dos sicarios que en la noche del lunes se movilizaban en una moto 110 cc de color rojo, quienes atacaron a un joven de 25 años a balazos. El acompañante del conductor de la moto, como se puede ver en las imágenes que pone a disposición en forma exclusiva El Tribuno, descendió del vehículo y disparó cuatro veces contra el joven, que lejos de amedrentarse se defendió arrojando cascotes y piedras contra los dos criminales.
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La Justicia y la Policía buscan a dos sicarios que en la noche del lunes se movilizaban en una moto 110 cc de color rojo, quienes atacaron a un joven de 25 años a balazos. El acompañante del conductor de la moto, como se puede ver en las imágenes que pone a disposición en forma exclusiva El Tribuno, descendió del vehículo y disparó cuatro veces contra el joven, que lejos de amedrentarse se defendió arrojando cascotes y piedras contra los dos criminales.
La andanada de disparos se produjo antes de las 21 del lunes frente al CIC (Centro Integral Comunitario) de la zona norte de Tartagal. Casi simultáneamente se ve cómo una persona adulta ingresa al CIC con un niño como acompañante, ya que en ese centro se realizan actividades deportivas y recreativas.
Cuando los delincuentes se dieron a la fuga, la misma cámara de seguridad registra cómo vecinos alertados por las detonaciones salen en defensa del muchacho.
Fueron los vecinos quienes llamaron al 911 y ellos mismos se quejaron por la injustificada demora que los efectivos tuvieron para llegar al lugar de los hechos, de inusitada gravedad, aunque el muchacho resultó milagrosamente ileso.
El fiscal de Graves Atentados contra las Personas Gonzalo Vega precisó que "las actuaciones pasaron a la Brigada de Investigaciones para dar con el paradero de estos dos sujetos. En el lugar trabajó la división Criminalística para recoger los casquillos y determinar el calibre del arma utilizada, entre otras diligencias propias de este tipo de episodios, que nunca se había producido en Tartagal de una manera tan descarnada", precisó Vega.
El fiscal de GAP refirió que "la víctima del ataque, seguramente por el temor que lo invadió luego del episodio, no quiso formalizar denuncia contra nadie y tampoco quería decir quiénes eran los dos atacantes. Pero fueron unos familiares cercanos, propietarios de la vivienda donde el joven se encontraba, quienes se presentaron e hicieron la denuncia. De todos modos, para que la actuación se realice no era necesario ninguna denuncia porque las actuaciones se podían realizar de oficio. Si bien el muchacho no hizo denuncia y tenemos entendido que a causa del miedo se fue de Tartagal, seguiremos con las investigaciones hasta dar con el paradero de estos sujetos'.
El Tribuno había informado que un vecino que vio absolutamente todo el episodio relató en medios locales que el sujeto que disparó contra le dijo: "Así te queríamos agarrar, buchón", y comenzó a disparar contra el joven que se hizo finito detrás de un árbol y desde ahí arrojaba cascotes.
Vega precisó que "la semana pasada este joven se encontraba en Villa Saavedra cuando llegaron varios sujetos, quienes rompieron la reja de una casa con la intención de ingresar. Se identificaron como agentes federales, pero el joven los reconoció y grito 'ustedes no son federales, yo los conozco', en referencia a uno o a dos de los sujetos, quienes querían ingresar a la vivienda con intenciones de robo o mejicaneo. Los sujetos al verse descubiertos huyeron. El joven ofreció su declaración testimonial y dio la identidad de dos de los delincuentes. Esas actuaciones están a cargo del fiscal penal 1, Pablo Cabot.
Fuerza de seguridad trucha
Lo que puso en descubierto un joven tartagalense tras salvarse milagrosamente de un ajuste mafioso es muy grave. Según el relato recogido por nuestro medio, el móvil del ajuste se retrotrae a que el joven puso al descubierto un grupo de "parapolicías" que se encontraban intentando allanar una vivienda, ingresando por la fuerza y al nombre de una fuerza federal. Muchas preguntas al respecto se puede hilvanar, pero la palabra grave es elocuente.
Fue un ajuste de cuentas fallido
La principal hipótesis es que el joven conocía perfectamente a la banda de falsos policías federales y obviamente qué buscaban en la zona donde los puso al descubierto. Esto evitó un robo o una mejicaneada o tal vez algo más grave en un domicilio de villa Saavedra y sin más ambages los denunció con nombre y apellido en la comisaría. Tras este episodio, el joven no tuvo ningún incidente hasta la noche del lunes, cuando dos sicarios fueron a terminar con su vida, porque identificó a dos falsos agentes federales.
Por ese motivo esos sujetos son los principales sospechosos, aunque se sabe que detrás de ellos están quienes planean estos operativos truchos de robo o mejicaneada. Las imágenes de las cámaras de seguridad aportaron mayores elementos de prueba para determinar quiénes son a quién responden.
Hasta el cierre de esta edición los investigadores no habían encontrado a los dos sujetos que por milagro no causaron una masacre en la zona norte de Tartagal.
El jefe de la Unidad Regional 4 con asiento en Tartagal, el comisario mayor Pedro Álvarez, por su parte, precisó que la búsqueda de los sujetos, que están identificados, está a cargo de la Brigada de investigaciones, porque es un hecho gravísimo. Que dos personas anden portando un arma queriendo utilizarla de la forma en que lo hicieron reviste absoluta gravedad más allá que afortunadamente nadie resultó herido; no solo la persona contra a quien atentaron sino cualquier transeúnte o vecino podría haber resultado víctima de esos sujetos. El comisario mayor Álvarez explicó que "ambos tienen causas por delitos contra la propiedad y si bien hasta ahora no registramos que hayan estado acusados por homicidio, no vamos a permitir que sigan en libertad", precisó el jefe policial provincial a nuestro medio en la tarde de ayer.