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La Quipi festeja diez años de comediante con "Consciencia Cómica"

Se presentará el sábado 16, a las 21.30, en el teatro de la Usina Cultural (España y Juramento).
Viernes, 15 de diciembre de 2023 18:22

El sábado 16, a las 21.30, en el teatro de la Usina Cultural (España y Juramento) La Quipi festeja diez años de carrera como comediante con su stand up "Consciencia Cómica". En diálogo con El Tribuno prometió una noche inolvidable llena de ocurrencias inesperadas. "Este unipersonal trata de preguntas existenciales sobre la vida, el amor, el paso del tiempo, lo divino, el universo, que nos llevan a hacer una búsqueda de sentido por cuestiones espirituales y cósmicas. La espiritualidad es algo de mi interés, que constantemente cuestiono y que por supuesto, no está ajeno a mis chistes. Podemos reírnos de la espiritualidad de hoy, pero es lo único que va a salvar nuestra búsqueda contemporánea de sentido, de volverse un dogma intocable, como la religión. Y creo que es importante que cuestionemos todo lo que creemos, para poder de verdad elegir qué tomamos de eso, sin perdernos a nosotros mismos, sin que otro nos diga qué hacer. Sin perder el eje. La consciencia puede ser cómica. Si algo no nos hace reír, Dios no está ahí", dijo, convencida. A continuación, parte de una nutrida charla.

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El sábado 16, a las 21.30, en el teatro de la Usina Cultural (España y Juramento) La Quipi festeja diez años de carrera como comediante con su stand up "Consciencia Cómica". En diálogo con El Tribuno prometió una noche inolvidable llena de ocurrencias inesperadas. "Este unipersonal trata de preguntas existenciales sobre la vida, el amor, el paso del tiempo, lo divino, el universo, que nos llevan a hacer una búsqueda de sentido por cuestiones espirituales y cósmicas. La espiritualidad es algo de mi interés, que constantemente cuestiono y que por supuesto, no está ajeno a mis chistes. Podemos reírnos de la espiritualidad de hoy, pero es lo único que va a salvar nuestra búsqueda contemporánea de sentido, de volverse un dogma intocable, como la religión. Y creo que es importante que cuestionemos todo lo que creemos, para poder de verdad elegir qué tomamos de eso, sin perdernos a nosotros mismos, sin que otro nos diga qué hacer. Sin perder el eje. La consciencia puede ser cómica. Si algo no nos hace reír, Dios no está ahí", dijo, convencida. A continuación, parte de una nutrida charla.

¿Cuando arrancaste a hacer stand up creíste que iba a ser una fuerte importante de ingresos y que ibas a hacer escuela en el género?

Vivir del stand up era mi sueño, pero venía de la idea de que no se puede vivir del arte, que hay que tener aparte un "trabajo en serio", y dedicarte a la comedia en tus ratos libres. Cuando fui profesionalizando mi trabajo fue que me di cuenta de que es posible vivir del humor. Lo de la escuela de stand up fue un proyecto más reciente, de los últimos años. Lo pude remontar recién cuando me sentí madura como humorista, para poder acompañar procesos de búsqueda de comicidad que yo ya había hecho miles de veces y que tenía ya sistematizados, probados y chequeados. La experiencia misma me dio ganas de compartir con otros.

¿Qué cambió en tu forma de hacer humor en estos diez años y qué se modificó en el ambiente de la comedia y en el público?

Cambié yo. Y con eso cambiaron no solo los temas que quiero abordar, sino las actitudes con las que lo haga. Puede ser que a un mismo tema en diferentes etapas de mi carrera, lo haya apoyado o cuestionado, que me haya enojado o amigado también. Los diferentes monólogos que hice fueron fotos de ese momento en particular y de lo que estaba observando en mí y en mi universo. 

La forma de hacer comedia también fue cambiando. La difusión de la comedia en las redes sociales le dio otro panorama a la gente sobre el género. Aunque nunca hayan visto stand up en vivo, saben cómo es y van esperando lo que ven en redes de los comediantes que admiran. Eso obliga al comediante a mantener un timming y un entrenamiento constantes. "En mi época" diría, cuando recién empezaba, al subirme al escenario, debía contar qué era el stand up. Ahora todo el mundo conoce el género y tiene sus favoritos.

¿El stand up te permitió conocer a personas a quienes admirabas?

Sí, me puso en contacto con comediantes a los que admiro como Dalia Gutman, Fernando Sanjiao y Juan Barraza. Son comediantes cuyo trabajo me encanta y que me buscaron cuando vinieron a Salta para producirlos, para abrir algunos de sus shows, y que, para mi sorpresa, conocían mi trabajo o habían escuchado hablar bien de mí por otros comediantes a los que también admiro. Me hace muy feliz saber que grandes comediantes me ubican en Salta como una referente de la comedia.

Estás en el camino de formadora de comediantes, ¿cómo les transmitís la importancia de perseverar?

La perseverancia en la comedia es una virtud que se necesita en varias etapas del proceso. Para no desistir cuando estás buscando un tema y no lo encontrás, para decidir cómo abordarlo, para resolver un remate, para subirse al escenario cuando no estás bien de ánimo, o para subirte después de una función que no fue tan buena. No queda otra que intentar, y la comedia requiere que perseveremos no obligados o dudando, sino creyendo y motivados. Les digo seguido, que no se rindan, que resistan la incomodidad, la corrección, la frustración. Creo que eso, si lo aprendés en la comedia, te queda para la vida.

¿Cuánto tiempo insume preparar un espectáculo como el que vas a hacer ahora? ¿Alguien lo testeó?

Un unipersonal requiere meses de preparación. Es una hora hablando vos sola y haciendo reír constantemente, que en mi caso lleva meses de observación y cuadernos enteros de anotaciones y premisas que se anotan sin sentido y luego se escogen cuidadosamente. Elijo los temas, busco la coherencia interna del material, los remates, corrijo miles, pero miles de veces porque soy una obsesiva del texto. Amo lo que escribí, luego lo odio, lo tiro y empiezo de nuevo. Así varias veces. En un momento "lo empiezo a ver", lo siento, toma forma para mí. Lo voy madurando, con el paso de las correcciones va cambiando de forma y cuando lo paso por la voz y el cuerpo vuelve a cambiar.

Luego se define el título, que es como ponerle el nombre a un hijo (bah, supongo que eso se piensa mucho, pero mis viejos no lo pensaron tanto cuando me pusieron Hilda Graciela). Luego se define la gráfica, la puesta, la difusión, la producción en general. A la par se memoriza, se estudia, se ensaya, se llora, se cree que no se va a llegar, se prenden muchas velas, se duerme poco y finalmente, se estrena. Y ahí digo: '¿Ves? No era para tanto'. Pero siempre es para tanto para alguien que no puede soltar el control, como yo.

Testeo el material con comediantes cuya opinión respeto mucho y que son absolutamente objetivos conmigo. Sí o sí se necesita la mirada externa para ver si un material es creíble, coherente con lo que estoy contando, si algo queda suelto o si un remate está bien resuelto o puede mejorar. Para eso, chequeo con comediantes.

La problemática de género siempre te ha movilizado y lo hemos visto, por ejemplo, en un experimento social contra el acoso callejero realizado con este medio en abril de 2014, en tus participaciones en programas de TV o tus programas de radio, también en tu compromiso para integrar manifestaciones sociales que impulsaron la conquista de derechos para la mujer, pero también ha nutrido tus monólogos...

Mi comedia tiene que ver con lo que me importa. Lo que veo, lo que me duele, lo que siento que debe cambiar. Hubo momentos en que las cuestiones de género eran el eje de mi comedia. No siempre lo es, pero mi perspectiva sí atraviesa todo lo que digo y hago, me hace responsable de cómo decir las cosas. Si me ha dolido o afectado, está en algún monólogo mío. Y voy a seguir recurriendo a la comedia cuando sea necesario decir algo importante para tomar conciencia. El escenario no es el único lugar, a veces he sentido que el lugar más indicado son las redes sociales, otras la radio, etc. Si uno considera que su voz es algo poderosa, debe usar ese poder bien.

En este sentido, si hemos evolucionado como sociedad, ¿de qué nos dejamos de reír?

Reírse a costa de las mujeres y sus desigualdades es algo que no se usa más. El público mismo te reclama deconstrucción. Sin embargo, el humor machista sigue vigente. Creo que cada comediante debe hacer una autocrítica al respecto y hacerse cargo de lo que dice. Si sos machista arriba del escenario es porque abajo también lo sos. Es coherente con vos. Y vas a tener un público alineado a eso, igual de machista que vos. Y está perfecto. De nada sirve que no hagas chistes machistas si seguís siendo machista. Está en cada uno como individuo pensar las cosas antes de decirlas, y elegir si queremos avivar conflictos y brechas que son dolorosas y que le cuestan la vida a mujeres, o hacer algo para que esas desigualdades desaparezcan. Yo me hago responsable de lo que me toca. Y como público la gente está aprendiendo a hacerlo también.

¿Qué ocurrió con la cuenta de Facebook Nieta Runera, en la que desarrollabas contenidos vinculados a la lectura de runas; o con las secciones de crónicas de viajes "Me fui al choto", de tu cuenta personal, y las historias de Instagram "Viernes de Tinder", donde exponías y reflexionabas sobre los más impresentables exponentes habidos en esa red social o "Fracasos dibujados", aquellas anécdotas de increíbles desencuentros amorosos que venían ilustradas con trazos gruesos y por las que algunos ofrecían "un cafecito"?

Runera sigo siendo, y es parte importante de mi vida. Las secciones "Me fui al choto" "viernes de Tinder" "Fracasos dibujados" son expresiones de lo que me interesa en ese momento. Creo que por ahí me aburro de hacer algo y simplemente lo dejo de hacer, porque aunque la gente lo pida, yo respondo siempre a lo que siento y disfruto. Me pasaba con los "Viernes de Tinder", que entraba a Tinder a encontrar cosas insólitas e impresentables. Y lo dejé de hacer los viernes, no vaya a ser que el universo entienda que estoy buscando eso para mí. Si en algún momento siento volver a hacerlas, será por eso. Pero creo que casarse con secciones o formas de hacer las cosas te encasilla o hace que te pierdas nuevas maneras de divertirte.

¿Mejoró en Salta la idea de la que no dejamos de hablar cuando te entrevisto acerca de que los artistas "viven del aire y no pagan cuentas"?

No sé si mejoró en Salta. Yo siempre trabajé con un costo de entrada, y una propuesta humorística que nunca decepciona. Entonces el precio que pongo es el que es, y la gente que viene, viene sabiendo que su entrada vale cada peso. Creo que el último en entender eso es el mismo artista. Y eso es cultural. Siempre es el artista el que tiene a menos su trabajo o se siente inútil para cuestiones relacionadas con el dinero. Creo que eso es algo que tuve que aprender y que aun nos cuesta a todos. El público, el que nos interesa, lo sabe. Y por supuesto nosotros pensamos en alternativas accesibles y también en funciones gratuitas como las que vamos a hacer en la Usina en el verano.

¿Cuáles son tus sueños -relacionados con tu carrera- de ahora en más?

Tomar cada vez más riesgos en mi comedia. Poder experimentar más, salirme de los límites de lo seguro. Eso implica también salir de Salta y animarme más a las redes sociales y a otras ciudades. Tengo la suerte de sentirme acompañada en este momento por comediantes que formé y que están llenos de entusiasmo, compartir viajes y experiencias con ellos es algo que me llena de alegría. También me gustaría verlos a ellos hacer sus primeros unipersonales y llegar tan o más lejos que yo. Y seguir dándoles a los que quieran ser comediantes la oportunidad de que el humor los salve también, como me salvó a mí.

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