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El duro tránsito desde el "Plan Llegar" al "Plan Durar"

Viernes, 26 de mayo de 2023 02:24

La tendencia de aceleración sostenida de la inflación, de 7,7% en marzo y 8,4% en abril y sin tener ningún síntoma que pueda anunciar una baja, sino más bien lo contrario, nos da la certeza de que en mayo tendremos un número cercano a 9% y cada vez más cerca de los dos dígitos.

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La tendencia de aceleración sostenida de la inflación, de 7,7% en marzo y 8,4% en abril y sin tener ningún síntoma que pueda anunciar una baja, sino más bien lo contrario, nos da la certeza de que en mayo tendremos un número cercano a 9% y cada vez más cerca de los dos dígitos.

La emisión monetaria, la suba de tarifas, la tasa de interés y el salto en la cotización del dólar ratifican esta afirmación, las escasas herramientas que impone el Gobierno para afrontar esta situación, en más de un funcionario se nota que existe impotencia para afrontar esta situación.

Por la falta de reservas, combatir la inflación pasa a ser una expresión de deseos, sobre todo, existiendo posibilidades muy acotadas en el corto plazo de conseguir préstamos en dólares. La apuesta a los esperados fondos que podría aportar el FMI, y presuponiendo que va a aumentar las condiciones para hacerlo, tiene a su favor otro factor: el gobierno de Joe Biden está descontento con Lula y teme que la Argentina también se arroje a los brazos de Beijin.

El swap de China no es la otra expectativa, pero no es una donación de buena voluntad: nos presta su dinero para pagar importaciones u obras que realizan empresas de ese país, exclusivamente. Es decir, estamos entre dos fuegos (por ahora, geopolíticos)

Y nos queda seguir insistiendo con la ayuda de Brasil, que no es neutro, para obtener la garantía del Banco del BRICS, un grupo formado por las llamadas "economías emergentes" pero que está formado por países muy asimétricos: China, con aspiraciones a convertirse en la mayor potencia económica; Brasil, nuestro socio comercial pero con objetivos propios; Rusia, enfrentada en términos bélicos con Europa y Estados Unidos; la India, con un protagonismo tecnológico y económico que no refleja su fracturada realidad social, y Sudáfrica, incorporada para enriquecer al grupo con una presencia africana.

La búsqueda de dólares apunta ahora a lograr créditos más modestos de otros entes multilaterales.

En definitiva, un pésimo diagnóstico porque el acceso normal al crédito internacional hoy nos está casi vedado y , mucho más tratándose de un gobierno dividido, que no tiene chances de renovar su mandato, ni poder para negociar algún plan de pago.

Impotencia frente a la inflación 

Está muy claro que el Gobierno no tiene herramientas efectivas para bajar los precios. Lo reconoció el propio viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, después de conocerse el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del pasado mes (8,4%). El funcionario admitió que, además de los productos estacionales que generan aumentos de precios, el salto del dólar libre o blue y el financiero se trasladan a precios afirmando que "percibimos también que la intranquilidad cambiaria en los mercados del dólar financiero, en la última parte del mes de abril, impulsó subas de precios preventivas en muchos productos y servicios de nuestra economía. La parte más compleja es que esa desconfianza de la producción y el comercio, - fundada en la experiencia, claro - se refleja principalmente en el índice de este mes. En este tema, nadie cree en el dicho "siempre que llovió, paró"; prevalece la certeza de que el dólar blue, una vez que subió, ya no bajó. Más bien, el empresario recuerda la frase de Antonio Sigaut, el ministro de Economía del general Viola, quien sentenció: "el que apuesta al dólar, pierde". Y a los pocos días, devaluó.

Con una brecha cambiaria de casi el 100%, es imposible sostener reglas de juego claras, que brindarían un poco de estabilidad y confianza. En esta época reina la incertidumbre y nadie conoce el valor de reposición que traerán sus insumos, servicios y mercaderías. Seguir emitiendo billetes para cubrir las cuentas fiscales es un mecanismo multiplicador de la ola de la inflación que padecemos.

El BCRA no se da abasto con la impresión en nuestro país, por lo que estamos importando billetes de $ 1.000 y $ 2.000 para poder pagar todos los excesivos gastos comprometidos. En abril se anunció una licitación internacional para la compra de 250 millones de billetes de mil pesos ($ 250.000.000) con un costo de US$ 32.000.000.

Solamente desde marzo de este año la autoridad monetaria emitió cerca de 1 billón de pesos destinados a los adelantos transitorios y a comprar bonos de la deuda pública en moneda nacional para refinanciarlos, con la novedad de que los inversores cada vez se alejan más a pesar de los aumentos de la tasa de interés.

Huyendo del peso  

El ministro Sergio Massa, en un foro de empresarios mencionó que la emisión monetaria del ex ministro Martin Guzmán tiene como consecuencia la actual inflación, acentuada por la baja de la demanda de pesos; dicho de otra forma, nadie quiere tener nuestra moneda en sus bolsillos y busca tener dólares o adquirir bienes o servicios porque sabe que en 30 días pierde 8,4% o más de su valor. Con ese criterio deberemos esperar mayores niveles de inflación en el futuro. Como diría don Cesar Perdiguero, ¿Churo, no?

La emisión monetaria no ayuda en absoluto a regularizar la macroeconomía, observamos que el Banco Central tuvo que subir la tasa de interés llevándola al 7,5% mensual para generar algún atractivo para la inversión en pesos de plazos fijos, fondos de inversión, etc., al costo de emitir más dinero local y por supuesto mayor inflación a futuro.

Otro paquete  

El domingo 14 de mayo, como reacción al doloroso índice inflacionario de abril anunciado dos días antes, el ministerio de Economía anunció un nuevo paquete de medidas económicas que contempla, entre lo más importante, la suba de la tasa de interés en los depósitos, una reducción de la tasa de interés de los planes Ahora 12, reducción de los intereses de refinanciación de las tarjetas de crédito, la habilitación del Mercado Central como importador de alimentos y mayor intervención oficial para contener el precio de los dólares financieros.

La suba de la tasa de interés para que la enorme cantidad de pesos no se vaya al dólar y la intervención en la cotización del dólar financiero actúan como dique de contención en un nuevo "Plan Durar" que desplazó al "Plan Llegar".

Son medidas para evitar que el dinero local no busque pasarse al dólar, para incentivar el alicaído consumo y tratar de frenar el aumento especialmente de alimentos.

Este anuncio trajo a la memoria de los argentinos mayores de 45 años una importación masiva que, en el año 1986, dispuso el secretario de Comercio de Raúl Alfonsín, Ricardo Mazzorín, inmortalizado por la compra de 38.000 toneladas de pollo desde Hungría, Francia, Yugoslavia, Brasil, Venezuela y Uruguay. Él buscaba bajar el precio de este alimento con una inflación descontrolada que termino en un escándalo y con un funcionario eyectado de su cargo.

Las medidas a implementarse incluyen además un plan de pagos a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para pequeñas y medianas empresas de hasta 48 cuotas; este beneficio permitiría cancelar obligaciones tributarias y de la seguridad social vencidas hasta el 30 de abril del corriente año, estimando que se beneficiaran 656.121 contribuyentes, entre ellos el 48% son micro y pequeñas empresas, el 11%, medianas y el 32%, pequeños contribuyentes y monotributistas.

En materia de controles se creará una Unidad de Análisis del Comercio que tendrá como objeto monitorear la trazabilidad de los bienes que se comercialicen en el mercado local y la tributación en cada etapa, organismo que estaría integrado por la secretaría de Comercio, de Producción y de Agricultura del Ministerio de Economía, AFIP, Seguridad Social, Aduana, Banco Central, Superintendencia de Seguros, Comisión Nacional de Valores y la UIF.

Con la implementación nuevamente de los Precios Justos hasta el 31 de julio, las devaluaciones diarias del dólar oficial por encima de la inflación y el estratégico cuidado de la cotización de los dólares financieros para que no llegue al tan temido quinientos pesos, parecería que la gran meta es aguantar.

 

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