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Camila Spears volvió de la muerte y tomó un vuelo directo al escenario

Habló sobre su paso por una terapia intensiva y su paulatina recuperación. Y de cómo tras esta experiencia resignificó la familia y la amistad.
Jueves, 04 de mayo de 2023 11:55

Para el presente reportaje de El Tribuno Camila Spears se sube sobre unos tacos de vértigo. Se los calza tras tomar firmemente la mano derecha de su madre, Lidia Martínez, y la izquierda de su acompañante terapéutica, Silvina Padilla. Camila comenta al pasar que ella tenía nueve años cuando se puso subrepticiamente unos stilettos y una pollera de Lidia.

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Para el presente reportaje de El Tribuno Camila Spears se sube sobre unos tacos de vértigo. Se los calza tras tomar firmemente la mano derecha de su madre, Lidia Martínez, y la izquierda de su acompañante terapéutica, Silvina Padilla. Camila comenta al pasar que ella tenía nueve años cuando se puso subrepticiamente unos stilettos y una pollera de Lidia.

"Empecé a ser artista desde muy pequeña y un día me los puse para hacer shows", dice. Confiesa que desde que salió del hospital San Bernardo los había tenido delante de sí y los había mirado con todo respeto. Para ella, son más que piezas de altura unidas a la suela del calzado en la parte que corresponde al calcañar. "Son mi fuerza para salir adelante con mi talento y así los uso hoy por hoy que no puedo ponerme los tacos altos, pero que estoy ensayando a full porque son parte de ser la artista trans que siempre supo lo que quería ser", define y camina un buen trecho para posar ante la lente de los fotorreporteros Pablo Yapura y Walter Echazú en el parque del complejo editorial.

Camila, radiante y entera, en el parque del complejo editorial El Tribuno. Pablo Yapura

Quien vuelve de la muerte regresa con una verdad que todos olvidamos en algún tramo del sendero: la vida no es más que poner un pie delante del otro, mirar hacia adelante y repetir la acción una y otra vez.

Hasta el 1 de febrero pasado Camila estaba ensayando con un elenco de actores de la comunidad LGBTIQ+ bajo la dirección de Iván Barrientos y celebraba públicamente en sus redes sociales volver al teatro. Esa madrugada había hecho un vivo por Facebook para conversar con sus seguidores, como acostumbraba.

Lo que le sucedió después aún es materia de investigación de Criminalística y de la Unidad de Investigación del CIF, que busca establecer cómo la artista terminó con traumatismo de cráneo grave, heridas cortantes y pérdida de conocimiento, internada en el hospital San Bernardo. Por el hecho está imputado el ex prometido de Camila, como autor del delito de tentativa de homicidio calificado por la relación de pareja y por mediar violencia de género. Ella declaró por primera vez el pasado 21 de abril y se supo desde entonces que recuerda que su expareja, en prisión domiciliaria, "me quiso matar".

De volver y volar habla ahora. Su show de regreso se concretará mañana, a las 22, en Sueños de Salta (Pueyrredón 6). Estará acompañada por los artistas Pablo Mirandah, Gala Chow, Mariangel, Fernanda y Carnestolenda.

El 1 de febrero

Una internación en una unidad de cuidados intensivos es una de las experiencias que no entran en la peregrina imaginación de alguien. Camila cuanta que solo atravesó una operación de vesícula. Que estuvo en peligro de vida, no en una, sino en varias ocasiones lo supo mucho después. Que a las puertas del San Bernardo su amigo Sebastián Stone, su hermana Jorgelina Maza y otras personas se aliaban en vigilia para clamar a los cielos por su recuperación. La vigilia en la iglesia puede ser un oficio en el que se canta y reza por los difuntos. También aquella liturgia solemne y nocturna cuando se conmemora la resurrección de Cristo. Hoy puede decirse, sobre una línea entre el acá y el allá iba, liviana y dormida, Camila. ¿Hubo sueños vívidos? ¿Escuchaba a su entorno?

Camila posa con su madre, Lidia Martínez. Walter Echazú

"No, para nada. No recuerdo mucho de mi situación cuando estuve encerrada, en cero. Sí recuerdo mis pensamientos, lo que estaba pasando por mi cabeza, los sueños que tenía en mi cabeza", dice, enfática. Y enseguida define el despertar que tuvo como una experiencia "fuerte", en la que estaba postrada en cama, conectada para respirar, para comer, para evacuar desechos.

"Me exigí salir adelante. Me lo exigí porque estaba muy quieta, muy 'cuerdada'", describe, y aunque los resabios de daños neurolingüísticos cada tanto le salen al paso cuando habla a Camila -que está reconquistando su excelente dicción y expresión oral- el neologismo "cuerdada" cobra todo el sentido si en la analogía que hace la vemos en aquel momento como debió sentirse ella: una marioneta que se movía por medio de hilos que otros tocaban para ayudarla.

Camila ofrecía shows en los que combinaba varieté, canto, baile y humor. En su repertorio incluía temas populares que tratan sobre la infidelidad y los celos en la pareja, situaciones que le ha tocado vivir de una manera u otra al común de la gente y que siempre provocan entre el público miradas cómplices y carcajadas. También mostraba su costado performático al interpretar a Thalía, Beyoncé, Cristina Aguilera, Britney Spears y Jennifer López. Asimismo utilizaba canciones de Pimpinela y cumbias del recuerdo para hacer humor.

Su cuadro más exitoso entre los espectadores era el "Putón Verbenero" o flamenco travesti, con el que abría sus shows en despedidas de soltera, bautismos, baby showers y cumpleaños.

Así como el "himno", un decreto con el que conjuraba a sus ahijadas "putativas", también obraba como un voto su frase: "Vamos a darlo todo y más", con al que recientemente denominaron a un evento solidario que hicieron para recaudar fondos para ella. Este gesto y muchos otros ampliaron para Camila el significado de la palabra amistad. "La amistad siempre fue algo principal para mí desde muy chica. Ha sido y es para mí tener a alguien al lado que me mire de otra forma, que me habla de otra forma, pero luego de esta cuestión que sufrí la amistad me ha dado otro regalo enorme que es pedir por mi vida y ayudarme a que siga adelante, no solo las amistades, sino también mucha gente que no conocía, pero ya queda alojada en mi corazón", expresa.

Camila está ensayando para volver al teatro, mientras hace eventos privados. Walter Echazú

Camila comenzó a capacitarse para entrar en el ambiente artístico en 2001, con 11 años. A los 13 empezó a estudiar teatro con Claudia Mendía y danza clásica con Candela García Schwarcz. Luego se formó en los estudios de Iván Barrientos, Marcelo Díaz y Alejandro García. Trabajó con Rafael Monti. Para ella, como todos los artistas independientes, regresar a los shows es ejercer y conectarse con su vocación elegida, pero también que fluyan los ingresos económicos. "Los artistas tenemos que tener la fuerza para afrontar todos estos malos momentos, más en el contexto económico del país también. Imagínate que me dije: voy a volver a trabajar y es lo que estoy haciendo ahora: volver al ruedo con mis shows y con todo; pero eso también tiene que ver con una historia que yo hice", menciona. Y se refiere a las facultades de su espíritu con las que llegó a hacerse un nombre en el género humorístico. "Una artista debe creer en sí misma, sin llevarse a nadie por delante, debe creer con fe, creer que todo va a salir bien y darle lo mejor al público que eso es importantísimo porque el público no solo queda en eso, en público sino que te acompaña al resto de las cuestiones que hacés en la vida, cuando salís a la calle, cuando vas a un negocio", ejemplifica.

La charla se desgrana de un tópico en otro, pero todos están engarzados como cuentas de un mismo collar. "La fe es algo muy importante en mi vida, porque con la fe empecé desde muy chica a sentir que por mí misma podía salir adelante. Desde muy chica decidí ser esta mujer trans", cuenta. Y puesta a describir ese fe enuncia: "Mi fe es la energía de que no hay que sufrir, de que no hay que llorar, de que no hay que sentirse mal por lo que la gente te dice. Por supuesto, muchas veces ha sido como un golpe al corazón la fuerza de los demás para conmigo y lo mismo he tenido el calor de mí misma para no caer y sentirme mal. La fe continúa conmigo y también les hace ver a otras personas que esta Camila está para algo en esta vida".

Camila posa con su madre, Lidia Martínez. Walter Echazú

En todo momento sus dichos la llevan a un aquí y un ahora, pero también a hablar de propósito, del para qué, incluso de lo malo, de aquello que no se debería nombrar porque no tiene nombre. "La vida me está dando otra oportunidad de seguir brillando y, por supuesto, quiero dejar el mensaje de que si algo te pasa tenés que hablar, tenés que decir qué es lo que te está pasando a quien sea, a quien tengas cerca. No hay que sufrir, no, no, no, no y la vida ahora me dice: 'Vos pudiste, Camila, cómo no vas a poder ahora' y es así, puedo y mucho más, llevando por adelante la gracia de la gente que me dice: 'Gracias por volver, Camila, y eso es lo que más fuerte me hace", concluye.

En breve un regreso al teatro

Camila Spears sí estará en la obra de teatro que iba a estrenar el pasado abril Iván Barrientos. Él ha decidido darle su papel a otra artista, pero reservarle una participación especial, que aparentemente la coloca en un sitio donde podrá hablar de la experiencia de ser una mujer trans. La nueva fecha está pautada para agosto. Sin embargo, Camila está ensayando desde ya, a la par de sus sesiones de fisioterapia. "Hace quince años que llevo haciendo esto. Mi cuerpo no se olvidó. La rutina del show es algo importante para mí, no solo porque es mi trabajo, sino porque es el momento en el cual soy para la gente algo importante, porque les arranco unas risas", comenta.

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