Apenas pasadas las 19, el centro de la ciudad de Salta se convirtió en un espacio casi intransitable. Desde avenida San Martín, hasta Santiago del Estero, y desde Buenos Aires hasta Islas Malvinas, el movimiento de los autos y colectivos iba en cámara lenta.
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Apenas pasadas las 19, el centro de la ciudad de Salta se convirtió en un espacio casi intransitable. Desde avenida San Martín, hasta Santiago del Estero, y desde Buenos Aires hasta Islas Malvinas, el movimiento de los autos y colectivos iba en cámara lenta.
En las peatonales y todo el microcentro comercial, los peatones cargaron las veredas y el ingreso a los comercios. Las propuestas y elecciones fueron del todo variadas, pero la indumentaria ocupó -entre los clientes- el puesto númoer 1.
Zapatillas, buzos, camperas, pantalones, medias y hasta pantuflas estuvieron en la lista de lo regalos más elegidos para el Día del Padre y como bien expresan los vendedores "los salteños siempre esperan hasta el último minuto para hacer las compras".
Una vez más esta sentencia se cumplió y los salteños coparon el centro en busca del regalo para el Día del Padre.
Mientras la mayoría de los salteños llenaban los locales en busca de ropa, perfumes, calzado y otros más exigentes se quedaban con la tecnología, los turistas que comenzaron a llegar a Salta, disfrutaban de la Banda de la Municipalidad tocando en la plaza 9 de Julio y analizando dónde irían a comer, algunos de los tradicionales platos salteños: las empanadas.
El menú para el domingo
Para el almuerzo, el asado sigue siendo el elegido. En diálogo con El Tribuno, la encargada de salón de una carnicería ubicada en San Martín y Florida confirmó que el asado es la elección para agasajar a los padres este domingo. La mayoría de las familias realizan una compra promedio de entre 15 mil y 20 mil pesos.
En la jornada del sábado, las compras se centraron en los cortes para la parrilla, para festejar a los padres, mientras que el viernes se agotaron los cortes para el locro. "Se llevaron todo. Nos quedamos sin cuerito de cerdo, patitas, tripa gorda. Era impresionante ver como se llevaron todo para el locro", expresó la mujer, mientras organizaba el ingreso de los clientes, que hacían la fila para ingresar al negocio.