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"Cada provincia debe educar para la sociedad del conocimiento"

Domingo, 02 de julio de 2023 02:51

"El director de escuela es una figura central en el desarrollo" dice el economista Luis Rapoport, al referirse a la realidad del desempleo, el desaliento a la generación de puestos de trabajo en las provincias y a las muy bajas remuneraciones que perciben los profesionales que prestan servicios en el Estado. "El actual mercado de trabajo es consecuencia de la falta de estrategia de desarrollo y, especialmente, de una estrategia para la educación", que prepare a la sociedad para la economía del conocimiento. En una entrevista con El Tribuno, Rapoport sostuvo que, en medio de una crisis inflacionaria como la actual "la numerología de la economía de corto plazo nos marea, pero no nos saca del pozo", y advirtió también: "si no se tiene una mirada prospectiva, de futuro, es decir, con objetivos de desarrollo, cualquier proyecto se quedará postergado por la urgencia". Docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento y organizador del ciclo "Aprender Desarrollo Económico", afirma que las provincias deben ser protagonistas en la construcción, junto con las empresas y las universidades locales, de una estructura económica que sostenga a la sociedad civil". De lo contrario, lo que vendrá será "falta de empleo genuino y aumento del clientelismo"

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"El director de escuela es una figura central en el desarrollo" dice el economista Luis Rapoport, al referirse a la realidad del desempleo, el desaliento a la generación de puestos de trabajo en las provincias y a las muy bajas remuneraciones que perciben los profesionales que prestan servicios en el Estado. "El actual mercado de trabajo es consecuencia de la falta de estrategia de desarrollo y, especialmente, de una estrategia para la educación", que prepare a la sociedad para la economía del conocimiento. En una entrevista con El Tribuno, Rapoport sostuvo que, en medio de una crisis inflacionaria como la actual "la numerología de la economía de corto plazo nos marea, pero no nos saca del pozo", y advirtió también: "si no se tiene una mirada prospectiva, de futuro, es decir, con objetivos de desarrollo, cualquier proyecto se quedará postergado por la urgencia". Docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento y organizador del ciclo "Aprender Desarrollo Económico", afirma que las provincias deben ser protagonistas en la construcción, junto con las empresas y las universidades locales, de una estructura económica que sostenga a la sociedad civil". De lo contrario, lo que vendrá será "falta de empleo genuino y aumento del clientelismo"

¿Qué puede pasar el 10 de diciembre, sea quién sea el presidente? ¿Existe una posibilidad de avanzar hacia el desarrollo?

Vayamos por partes. Estamos en un país en el que la gestión de la economía se centra en el "qué" y no tanto en "cómo". Hay una decena de universidades que trabajan desarrollo económico local, es decir, de su región o de su provincia. Pero una visión integral del "cómo" del desarrollo y todo lo que eso significa no es abordada en ninguna universidad. Y eso se proyecta a nivel nacional, donde la mirada no se centra en el desarrollo sino en los temas fiscales y monetarios del corto plazo. Es la urgencia del día a día en un país con semejantes niveles de inflación. Pero si no se tiene una mirada prospectiva, de futuro, es decir, con objetivos de desarrollo, cualquier proyecto se queda postergado por el corto plazo.

La pobreza retrocedió en varios países de la región, mientras que en el nuestro creció….

La numerología de la economía de corto plazo nos marea y no nos saca del pozo. Es urgente, pero lo importantes es planificar a lo grande. Nuestro resultado es que la población económicamente activa decrece. Este mercado de trabajo es consecuencia de la falta de estrategia de desarrollo y también, muy importante, la falta de estrategia para la educación.

Parecería que van de la mano…

En Estados Unidos, centrado en la economía del conocimiento, falta gente para trabajos de baja calificación como, por ejemplo, mozos. Y es interesante, porque uno ve que la gente se resigna y en el restaurante va hasta el mostrador a buscar sus platos. Ahí se observa el contrasentido de restringir la inmigración. En cambio, en la Argentina, es exactamente al revés. Faltan trabajadores con alta especialización. En la sociedad del conocimiento hay una zona de alta calificación técnica y otra de calificación media. Ambas tienen alta demanda laboral. Y también hay trabajos que no requieren tanta especialización. También se requieren servicios, desde mozo a profesores de tenis, acompañantes terapéuticos o niñeras, cuya función requiere de presencia humana. En nuestro caso, está faltando gente con alto nivel de calificación y abundan los que no tienen ninguna capacitación.

¿Cómo incide la crisis educativa en la economía y en la generación de empleo?

En un estudio que realizamos hace unos años, consultábamos a unas 20 cadenas productivas sobre los principales límites que encuentran las empresas para su evolución. De veinte posibilidades que les ofrecimos, en segundo lugar y después de los problemas económicos y financieros, mencionaban el déficit de personal capacitado. Del otro lado, sobreabunda gente sin nivel de capacitación que, con una formación bastante elemental podría encontrar su espacio, incluso en la sociedad del conocimiento.

Usted hizo referencia a la necesidad de un acuerdo entre el Estado, la universidad y la empresa para generar un proyecto de desarrollo….

No es una idea mía, sino que desde los años '50 se llamó "Triángulo de Sábato", pero esto ya es un concepto básico en todo el mundo. Eso es la sociedad de estos días pero para la Argentina es novedoso lo que otras partes del mundo ya asimilaron como la normalidad. Ese es un problema: no se mira cómo es la gestión del desarrollo en otros países. Hoy día, el desarrollo, especialmente, en países federales, es abordado tres niveles: nacional, provincial y municipal, coordinados. Y prevalece el concepto de subsidiariedad, es decir, lo que puede hacer el nivel inferior no lo hace el superior. La especialización tecnológica está en la agenda del nivel provincial y, en las grandes ciudades, el municipal. Tomemos un caso, que se replica en las otras provincias: en Misiones, por caso, hay una franja extraordinaria foresto industrial que está en la frontera tecnológica, en su equipamiento y en la formación de su personal. Como son pocos los que pueden manejar ese equipamiento y recrear líneas de producto y almacenamiento, el stress que de esas personas es extremo. La fertilización forestal es una especialidad que ni siquiera está en la universidad de Misiones. Para resolver eso es necesario enviar a los investigadores y a jóvenes universitarios para que aprendan cómo se hace la fertilización en otros países y cómo optimizar el aprovechamiento del equipamiento que es todo 4.0. Eso, acá, no lo pueden hacer el problema debe resolverlo la provincia.

Y la administración central, ¿qué rol juega?

Las áreas de investigación y desarrollo, de ciencias y tecnologías transversales corresponden a la gestión nacional. Son temas que se deben abordar con el Conicet, el INTA y el INTI. Requieren inversiones, centradas en la bioeconomía, que para la Argentina es vertebral. Entonces cuando entramos al detalle de la actividad en cada región, los empresarios deben encontrarse con los investigadores y los expertos, que además forman gente.

En Santa Fe, Córdoba y Mendoza, algunas localidades hacen punta. Lo que se haga a nivel local entre el Estado, las empresas y la universidad es crítico para la gestión del desarrollo. Pero hace falta que el gobierno nacional se ocupe de concretar acuerdos internacionales, de preservar el equilibrio monetario y fiscal y ofrecer un marco impositivo adecuado. Estos son los temas transversales, pero las provincias, o las regiones, deben asumir sus roles.

Salta tiene hoy cinco millones de hectáreas de la llanura chaqueña con enorme potencial ganadero y agrícola bloqueadas y paralizadas, mientras el pastoreo sin manejo y la falta de infraestructura solo producen aumento de la pobreza y degradación del bosque nativo.

Es muy interesante. Los estándares ambientales se van volviendo restricciones al comercio. La realidad es que el sector agropecuario argentino vinculado a los cultivos extensivos exhibe la huella de carbono más baja del mundo. Básicamente, porque aquí se generalizó la siembra directa, lo que no ocurre en muchos países. Además, ese sector responde a la pregunta del "cómo". Cómo hacer el desarrollo, con innovaciones permanentes pese a que tiene que encima el zapato del gobierno nacional, con las retenciones y las trabas al comercio. La Argentina lideraba la innovación en el sector agropecuario y hoy EEUU y Brasil nos superaron… La eliminación de tanta carga ridícula es responsabilidad del gobierno nacional que, en lugar de cooperar con las provincias, les pone obstáculos.

Otro déficit nacional es la falta de ferrocarriles y el costo del transporte...

Aquí llegamos al delicado problema de los incentivos de los gobiernos provinciales para gestionar al desarrollo. Por ejemplo, Salta contribuye al sistema coparticipado de impuestos alrededor del 1% y percibe por coparticipación el 3,8%, más los fondos discrecionales del Tesoro. En otras provincias, el desnivel es mayor aún. ¿Qué hacen las provincias, en general? ¿Cuál es la prioridad, el oficio, del político? Llegar al poder y preservarse. Acá y en todas partes del mundo. Cuando no hay una sociedad civil y una estructura económica que sostenga a esa sociedad civil, el instrumento al que recurre el político es el clientelismo.

¿Cargos o beneficios por voto cautivo?

Antes del megaciclo de los commodities (en la primera década del siglo) el peso del Estado en los tres niveles del gobierno estaba en el 25 %; ahora llega al 40%. Lo interesante es que, con ese extraordinario ingreso de origen agrícola se sumaron un millón y pico de empleados públicos, de los cuales el grueso lo constituyen empleados provinciales y municipales. Es la cuestión de los incentivos. Por eso, a un gobernador no le importa un impuesto distorsivo, como el de Ingresos Brutos, por ejemplo, porque su permanencia en el poder no depende del desarrollo local. Hay que modificar el sistema. Si cada gobernador recibiese un porcentaje de los impuestos nacionales, incluidas las cargas sociales, que se generan en sus provincias a través de la actividad privada, estaría preocupado porque esta actividad crezca. Una estrategia de desarrollo provincial, acordada con la empresa, los investigadores y el sistema para la aplicación se fortalecería con un fondo con fin específico para sostenerla.

El politólogo Carlos Gervasoni sostiene que hay provincias donde los gobernadores desalientan la generación de empleo privado para nombrar más empleados y contar con el voto cautivo… El sistema rentístico de coparticipación.

El sostiene que en muchas provincias prevalece la democracia "iliberal". Yo lo asocio con el desarrollo económico, pero pensamos exactamente lo mismo. Pero en el Conurbano, los intendentes se manejan con la misma metodología. Así son nuestros "emiratos", donde la plata viene de arriba y la política privilegia la conservación del feudo. En la medida en que no hay trabajo y los servicios esenciales a cargo del Estado están mal pagados, los profesionales terminan sintiéndose tan postergados como un desocupado.

Volviendo a la primera pregunta ¿qué nos espera?

Hay una situación que parece obvia: los apuros que va a asumir el próximo gobierno van a hacer difícil que se priorice de inmediato el desarrollo. Pero hay datos alentadores: en 2024 no va a haber sequía, y los 20.000 millones de dólares que no entraron este año, en el que viene van a estar. En la segunda mitad del año vamos a tener una situación más holgada. La terminación del gasoducto de Vaca Muerta nos va a permitir dejar de importar gas licuado, lo que será un alivio para las cuentas externas. Y están dando vueltas una docena de proyectos para la explotación del cobre en la Argentina.

Además del litio….

El cobre es diez veces más importante, porque la transición energética depende mucho más del cobre que del litio. Si hay que cambiar la flota de vehículos de todo el mundo, sumado a otras innovaciones que requiere la transición energética, el insumo que va a estar más demandado será el cobre. Además, hay materiales que pueden competir con el litio. Una batería requiere un 3% de litio y un 97%, de aportes de la sociedad del conocimiento. Y de acá a unos cinco o seis años, si no hacen locuras al estilo de la nacionalización de YPF y otras pavadas, la Argentina se va a convertir en un actor importante en el negocio del cobre. Esta es la oportunidad. Claro que las ventajas de un recurso natural de este tipo dependen de las políticas, porque nos pueden convertir en Noruega… o en Venezuela.

 

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