En algunas familias la receta del anchi es una tradición que pasó de abuelos a nietos.
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En algunas familias la receta del anchi es una tradición que pasó de abuelos a nietos.
En esta tradición, las formas de hacerlo, con qué combinarlos, cómo servirlo y hasta con quién compartirlo pueden cambiar, pero sin dudas, es un postre que genera una gran satisfacción en el disfrute de los sabores y de las memorias.
En tiempos pasados, el anchi era casi una merienda de costumbre, sobre todo en los días de calor. Se lo hacía a media mañana, con un buen toque de jugo de limón, algunas pasas de uva sin semillas. Rubias o negras, eso dependía de lo que hubiera en la despensa. Y se lo dejaba enfríar.
Para algunos el anchi debe ser casi líquido, a otros les gusta casi en forma de pastel.
Colaborando con El Tribuno, el chef Andrés Akinci junto a la Escuela Uthgra Salta, nos sacamos las dudas y cocinamos el mejor de los anchi.
Los ingredientes para este postre son muy sencillos:
Sémola de maíz, 500 grs.
Agua 2 litros
Azúcar, 250 grs
Jugo de 2 limones
Canela en rama c/n
Pasa de uva c/n
En cuanto a la preparación, siempre hay algunos secretos, pero que se pueden conocer, para tener uno de los mejores postres regionales.
"Comenzamos colocando en una olla el agua junto con el azúcar y la ramita de canela. Llevamos a hervor y agregamos la sémola de maíz (polenta) en forma de lluvia, revolviendo suavemente con una cuchara de madera para evitar que se formen grumos", advierte Andrés.
"Seguimos removiendo hasta que la polenta esté cocida. El tiempo de cocción depende de la variedad de polenta que hayamos elegido. Luego agregamos el jugo de cítricos y las frutas a elección.
También podemos agregar cascaritas o ralladura de limón o naranja", finalizó el cocinero, que preparó el delicioso postre en una copa con una perfumada ramita de canela.