Lo que vieron los voluntarios de la Fundación Descubrir en el río Arenales fue mucho peor de lo que esperaban. Eran conscientes de que iban a encontrar basura y escombros en el recorrido que realizaron el viernes pasado en distintos puntos del principal curso de agua de la capital salteña, aunque no en la enorme cantidad que existe y mucho menos se imaginaban que en varios sectores hay vertidos cloacales sin ningún tipo de tratamiento.
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Lo que vieron los voluntarios de la Fundación Descubrir en el río Arenales fue mucho peor de lo que esperaban. Eran conscientes de que iban a encontrar basura y escombros en el recorrido que realizaron el viernes pasado en distintos puntos del principal curso de agua de la capital salteña, aunque no en la enorme cantidad que existe y mucho menos se imaginaban que en varios sectores hay vertidos cloacales sin ningún tipo de tratamiento.
La actividad fue organizada como un monitoreo participativo del que formaron parte integrantes de distintas instituciones educativas, cámaras empresarias y periodistas. En la jornada se tomaron muestras de agua para analizar el nivel de contaminación del río, se recolectaron desechos que luego se intentaron llevar al vertedero San Javier, aunque esa última etapa tampoco resultó como esperaban.
Antes de llegar al vertedero, en la calle de acceso, las cuatro camionetas que llevaban las bolsas con los residuos fueron saqueadas por jóvenes que tomaban la basura desde las cajas de los vehículos para revisar si es que había algún material reciclable para vender. Solo una de las camionetas pudo llegar con algo para tirar y es la única que dejaron entrar al predio, a pesar de que todo el grupo de voluntarios también quería ingresar, para también monitorear cómo funciona el relleno sanitario.
Según explicó a El Tribuno el presidente de la Fundación Descubrir, Jesse Randall, en los próximos días tendrán el resultado de los estudios químicos de las muestras recolectadas en el Arenales, con los que luego elaborarán un informe.
Aun así, contó que se pudo constatar los niveles de PH en distintas partes del río y descubrieron que la acidez o estado de contaminación es muy alto tras pasar por la ciudad.
"Los resultados de PH mostraron una alteración muy grande del agua que termina siendo lo que desemboca en el Cabra Corral", dijo Randall.
Alertó que también se encontraron río abajo con que pequeños productores extraen esa agua evidentemente contaminada con motobombas para regar sus campos.
"Realmente está lleno de basura el río, juntamos muchas bolsas. El objetivo de realizar estás actividades es poder mostrar a la sociedad salteña que es urgente tomar conciencia ambiental desde lo cotidiano porque una pequeña acción desencadena graves consecuencias", relató.
"Queremos tratar de poner todo esto en conocimiento, para que la gente en general tome conciencia y después que eso llegué también a la agenda política. No se escucha, por ejemplo, a los candidatos hablar sobre el medioambiente, siendo que es algo central", agregó.
Granito de arena
La undación ya había realizado una actividad de limpieza del río Arenales en marzo del año pasado. En esa oportunidad participaron unos 20 voluntarios, quienes llenaron 9 volquetes y 3 camiones de basura.
Uno de los contenedores fue depositado en la zona el día anterior a esa jornada de limpieza y durante la noche se llenó con diferentes residuos. "Esto nos dio un claro indicio de que si hay voluntad por parte de la gente de realizar una disposición correcta de la basura, pero hace falta un esfuerzo de los salteños y del Estado para que esto sea más sencillo, y la gente tenga donde depositar los residuos", afirmó Jesse Randall.
"Hicimos varias limpiezas de distintos puntos del río. Cada vez que hacemos una limpieza y luego volvemos vuelve a estar lleno de basura. Hay varias razones por la que esto sucede. Una es la educación, que es un tema que hay que trabajar a largo plazo. Y otro tema es la falta de infraestructura y de un sistema de recolección de basura", consideró.