Hace cuatro meses la escuela de educación especial N° 7059 de Embarcación está tomada y paralizada. La medida la protagonizan los padres de unos 80 niños con capacidades diferentes, quienes desde el mes de mayo pasado decidieron tomar el deteriorado edificio. Eso implica que los niños no tienen clases ni concurren al comedor pero insólitamente, y a pesar del tiempo transcurrido, ninguna autoridad del Ministerio de Educación tomó cartas en el asunto para resolver este tema absolutamente grave.
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Hace cuatro meses la escuela de educación especial N° 7059 de Embarcación está tomada y paralizada. La medida la protagonizan los padres de unos 80 niños con capacidades diferentes, quienes desde el mes de mayo pasado decidieron tomar el deteriorado edificio. Eso implica que los niños no tienen clases ni concurren al comedor pero insólitamente, y a pesar del tiempo transcurrido, ninguna autoridad del Ministerio de Educación tomó cartas en el asunto para resolver este tema absolutamente grave.
Johana y Alexia, mamás de dos niños especiales alumnos de esa escuela, relataron a El Tribuno que la medida comenzó "porque nuestros hijos no pueden seguir concurriendo a un establecimiento escolar que tiene 1 solo baño que usan los niños y el personal docente, con un saloncito donde todos tienen que comer amontonados porque no tienen comedor y en un edificio que está en un estado desastroso".
"Cuando decidimos tomar la escuela para reclamar que se busque un nuevo edificio, que se construya algo nuevo, la supervisora le ordenó a la directora Gabriela Alfaro que nos denuncie. Estamos denunciados pero seguimos con esta protesta hasta que alguien nos escuche. Por acá no vino nadie, salvo esta supervisora Nora Tolaba que con la directora nos mandó a decir que seguramente el otro año la escuela será cerrada y nuestros hijos se quedarán sin donde estudiar o capacitarse", relataron.
Indiferencia total
A pesar de que la toma del vetusto edificio comenzó en el mes de mayo, las mamás entrevistadas relataron que "acá no vino nadie, salvo la supervisora que tiene muy malas formas para dirigirse a nosotros. Fuera de ella, ni el ministro, ni legisladores del departamento San Martín, ni el intendente Carlos Funes, ni los concejales, nadie se acercó por acá para dialogar con nosotros. Los papás tomamos esta medida porque no encontramos otra forma de hacernos escuchar, creímos que llamaríamos la atención de las autoridades, pero a pesar de que desde mayo nos turnamos para continuar con la toma, no obtuvimos ninguna respuesta".
Las jóvenes recordaron que "al primer funcionario que fuimos a ver fue al intendente Funes y le dijimos que había un terreno disponible donde se podía construir un edificio escolar adecuado, donde los niños pudieran estar cómodos, tener sanitarios decentes y acordes a sus necesidades especiales, pero nos dijo que era imposible porque el predio estaba destinado para otra obra".
Agregaron: "Por eso no vamos a levantar la toma de este lugar porque los niños tienen que tomar clases en un lugar adecuado. Nosotros planteábamos que había un terreno donado para la escuela pero el intendente Funes lo ocupó para construir un centro de desarrollo infantil. Ahora peleamos por otro terreno que está cerca de la escuela técnica pero nadie nos escucha porque todos nos cerraron la puerta en la cara en lugar de escuchar lo que estamos reclamando que es justo".
Decididos a luchar
"Vamos a seguir con la medida hasta que nuestros hijos con capacidades especiales cuenten con un lugar acorde a sus necesidades". Hasta antes de la toma los chicos recibían la comida en un pequeño saloncito. Hoy los que concurren, pero a la toma del edificio, son los papás que se turnan para estar en la mañana y la tarde. "Había un terreno donado para la escuela pero el intendente Funes lo ocupó para otra cosa".
(AGENCIA TARTAGAL)