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"Se recibe más gente que es persistente en la carrera que los que consideramos genios"

Entrevista a Matías Escobar, primer ingeniero espacial salteño.
Miércoles, 03 de enero de 2024 01:16

Matías Escobar es el primer salteño en recibirse de Ingeniero Espacial, una profesión en la que debe liderar equipos de construcción de los satélites de telecomunicaciones que pronto estarán en el espacio transmitiendo para todo el país.

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Matías Escobar es el primer salteño en recibirse de Ingeniero Espacial, una profesión en la que debe liderar equipos de construcción de los satélites de telecomunicaciones que pronto estarán en el espacio transmitiendo para todo el país.

Con 29 años, desde hace 4 trabaja en INVAP, la empresa especializada en este rubro que está asentada en Bariloche, una tierra muy distinta a su provincia natal, pero adonde su vocación lo llevó, previo paso por Buenos Aires, donde se formó académicamente.

Pero Matías no siempre supo que quería ser ingeniero espacial, sino que lo descubrió luego de que llevaba dos años cursando la carrera de Física en la Universidad Nacional de Salta (Unsa), adonde llegaba en un viaje de apenas 40 minutos desde el barrio Bancario, al sur de la ciudad, donde vivía con su familia.

Me parece muy valioso que en su momento hayas tenido la valentía de asumir que habías elegido una carrera que no era tu verdadera vocación y que lo pudieras hablar con tus padres, para poder cambiar a tiempo. Esa decisión te llevó hoy a ser el tercer argentino en recibirse de Ingeniero Espacial, y el primero de Salta…

Sí. A los dos años de cursar Física me dí cuenta que era muy teórico y la salida laboral no me convencía.

Fue un proceso hasta que decidí cambiar de carrera, además de haber tenido unos seis meses decidiendo qué hacía, si seguía estudiando, si no, para dónde encaraba… Porque si bien yo siempre supe que quería estudiar algo, el tener que sentarme frente a mis viejos y decirles "esta carrera en la que estoy hace dos años no es lo que quiero" era difícil.

Entonces empecé a averiguar sobre otras carreras y apareció Ingeniería Espacial, así que ahí es donde me termino de convencer y decido hablar con mis padres, que me apoyaron.

Incluso yo di clases a chicos que estaban en los últimos años de la secundaria y que venían con esas dudas de "¿Qué puedo estudiar? Buscando un consejo de alguien que ya estaba en ese camino. Y siempre me remarqué que, en mi caso en particular, fue una decisión difícil pero que entendí que uno a los 17 o 18 años tiene que tomar una decisión que es muy importante y que por ahí se puede equivocar y que se puede cambiar en el medio y las cosas sin embargo pueden terminar saliendo muy bien.

Además el cambiar de provincia… No es lo mismo estudiar con la familia como respaldo que quedarte solo en otro lugar, con una carrera nueva. ¿Cómo fue ese cambio?

Fue un cambio bastante grande, pero por suerte cuando se los planteé a mis viejos no hubo mucha duda, aunque sí querían saber de qué se trataba la carrera, pero me apoyaron desde el momento cero.

Al principio me fui para Buenos Aires y estuve parando con unos amigos una semana y media hasta que encontré un lugar y, a través de una página de gente que compartía casas o departamentos, pude alquilar una habitación con un baño privado al principio y me quedé ahí el primer año solo, hasta que al año siguiente se mudó mi novia y habremos estado un año y medio más en ese lugar.

¿Y qué hace un ingeniero espacial?

(Suspira) Uff, es una respuesta bastante larga… Pero en resumidas cuentas uno lo que intenta es liderar el equipo que diseña y construye un satélite, que es un trabajo súper complejo. Entonces se arman distintos equipos que están especializados en diversas áreas: en la parte de software, en la parte de electrónica, en la parte de mecánica y un montón más y uno como que sabe un poquito de cada una de esas ramas sin llegar a ser un especialista; pero sabe lo suficiente como para poder coordinarlo y que ese satélite, una vez que está puesto en órbita, funcione como debería.

¿Hace cuánto que estás trabajando en esto?

Yo arranqué a cursar en 2016 y, en 2020, estaba terminando con las últimas materias. En ese momento entré a trabajar en INVAP, una empresa de acá de Bariloche que básicamentecamente es como la fábrica de satélites que tenemos en Argentina, y así que estoy más o menos hace dos años, dos años y medio trabajando acá. Me quedaban rendir un par de finales y presentar el trabajo final que lo hice ahora, el 15 de diciembre, y me recibí.

¿Y algunos de los satélites en los que trabajaste ya están en órbita o son proyectos muy largos para llegar a ver uno?

No, son trabajos que llevan su tiempo. Yo particularmente estoy en la parte de satélites de telecomunicaciones de la empresa y ahora estoy trabajando, se podría decir, en lo que van a ser los nuevos , que el primero sería el , que es el nuevo nombre que le quieren dar.

¿Pasaste en algún momento por los cursos del Córdoba?

Esa es una pregunta que me hacen bastante. Sí, por suerte yo en el último año de la secundaria arranqué a hacer los cursos del . Yo decidí que quería estudiar física dos o tres años antes de terminar la secundaria y ahí me puse a investigar un poco y nos comentaron sobre los cursos del así que en el último año de la secundaria, antes de arrancar la Facultad, fui todos los sábados a cursar con él.

Hay un chiste que dice que 4 de cada 3 personas tienen problemas con las matemáticas. ¿Cómo era tu caso?

Por suerte nunca me costó mucho pero si la sufrí. Tuve materias durísimas vinculadas con las matemáticas, pero fue cuestión de sentarme y golpearme contra el libro hasta que entendía, que es un poco lo que nos transmitió siempre el Córdoba. Es cuestión de sentarte, armarte un mate y dedicarle el tiempo que haga falta para que, en algún momento, te entre en la cabeza; no sé cómo, no sé cuándo, pero sucede.

Que los números estén al alcance de todos era el gran logro del Córdoba. ¿Cómo fue tu experiencia con él?

Sí así es. Después también hay un montón de cosas que tienen que ver con la realidad de cada uno; yo tuve la suerte de que siempre estuve acompañado por mi familia, mis seres queridos. Nunca tuve grandes necesidades o, al menos, fui acomodándome a la realidad que había, y eso me ayudó un montón. Pero sí, es cuestión de que si uno tiene la oportunidad, dedicarle el esfuerzo que necesita y poco a poco va saliendo.

A los chicos que están buscando una carrera y que tal vez quieren hacer alguna que por ahí es rara o difícil como la que elegiste vos… ¿Qué les dirías?

Algo que yo suelo repetir es que no soy un genio ni nada por el estilo o nada que se le acerque a eso siquiera. Yo creo que se recibe más gente que es persistente e insiste en la carrera que los que muchos consideramos genios.

Creo que es fundamental el entender que una carrera universitaria tiene sus altibajos y suele ser súper extensa, la mía duraba 6 años y la mayoría rondan en ese tiempo; así que el consejo que les doy es: e insistir, que en algún momento se llega y que se puede.

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