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Educación, sin plan y sin respuestas

Viernes, 19 de abril de 2024 01:56

A casi dos meses de haber comenzado las clases el panorama, en educación, sigue siendo abrumador. En Argentina la escuela nos atraviesa, y tenemos muy en claro que la educación es un derecho adquirido más allá de los gobiernos de turno. Pero hoy no basta con declarla esencial, cuando no hay un plan educativo. Necesitamos poner en discusión este modelo pedagógico que no responde a la heterogeneidad de alumnos que transitan nuestras aulas, en todos los niveles del sistema.

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A casi dos meses de haber comenzado las clases el panorama, en educación, sigue siendo abrumador. En Argentina la escuela nos atraviesa, y tenemos muy en claro que la educación es un derecho adquirido más allá de los gobiernos de turno. Pero hoy no basta con declarla esencial, cuando no hay un plan educativo. Necesitamos poner en discusión este modelo pedagógico que no responde a la heterogeneidad de alumnos que transitan nuestras aulas, en todos los niveles del sistema.

Preocupa sobremanera pensar y darse cuenta que, hasta ahora, todavía no existe una propuesta clara y concisa que nos muestre un horizonte y un proyecto; una propuesta superadora.

Dentro de este escenario, las noticias sobre la desfinanciación de la educación afectan gravemente tanto el presente como al futuro de nuestro país.

Las medidas políticas y económicas que se ejecutan en educación deterioran la calidad y equidad del sistema educativo en su conjunto, profundizando las desigualdades preexistentes. Medidas como la suspensión de obras de infraestructura en ejecución, la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), la no renovación de becas o la pérdida de poder adquisitivo de docentes y trabajadores del sector, no son solo lo que cuentan las noticias. Es lo que se vive en la cotidianeidad de las aulas junto a los colegas. Los alumnos de la institución donde me desempeño, comenzaron a transitar el año pasado su recorrido escolar en las salas de un Jardín de Infantes de una escuela pública. Con la particularidad de hacerlo en salas prestadas por otra escuela pública, porque el presupuesto no alcanzaba, y no alcanza hoy, para terminar en tiempo y en forma una obra que comenzó hace más de un año.

Política de Estado

La administración del sistema educativo debe fomentarse y desenvolverse como política de Estado, sin embargo, los dichos y las decisiones en las últimas semanas muestran una enorme distancia entre lo que se hace y lo que se piensa en función de educar.

Qué interesante sería que, teniendo en cuenta lo que necesitamos, se presenten programas y propuestas que hablen de realidades y proyectos que sí funcionan. Experiencias que nos hacen únicas y únicos en las diversidades y que suman al quehacer de otros docentes. Que muestren lo que sí resulta, para que se haga eco y resuene invitando a seguir por ese camino. Porque si nos quedamos con la estadística y no nos metemos de lleno en cada espacio, cada comunidad, cada profesorado de formación docente, cada provincia, solo vamos a reflejar números y nada más.

Dejemos de menospreciar lo público sobre lo privado. Ambas, escuela pública y privada, forman parte y hacen a una sociedad. El término sociedad proviene del latín: societas, derivada de la voz socius, que traduce "aliado" o "compañero". Si la idea de sociedad tiene que ver con la cooperación, entonces seamos sociedad, pensemos y actuemos como tal.

Desde la infancia temprana, esa que elijo acompañar todos los días, se formulan proyectos de enseñanza vinculados con la convivencia y la identidad, aportando a la construcción de ciudadanía. Así es que, en las salas del Jardín de Infantes, los niños comienzan a construir nociones sobre derechos y obligaciones, sobre lo correcto, lo incorrecto, los problemas y necesidades compartidas. En síntesis, se los inicia en el ejercicio de derechos y responsabilidades de la vida social. Y tiene continuidad durante toda su trayectoria educativa. Pensemos en todos y para todos, sin distinciones.

¿Podemos reinventar un sistema educativo que brinde las herramientas para que las nuevas generaciones construyan el país que necesitamos? Transformar la educación implica ver y mejorar los índices de escolaridad, impulsar nuevos modelos pedagógicos, potenciar la capacitación profesional y las oportunidades de inserción laboral, fortalecer la investigación. Mucho por hacer.

Para construir un futuro prometedor, ese que soñamos, la educación es nuestra oportunidad. El camino no es la desfinanciación. Necesitamos revisar la mirada sobre la educación y sus posibilidades, como sociedad, como familia, como comunidad escolar y exigir políticas que acompañen. Que la educación sea un sinónimo de esperanza, de una vez por todas.

 

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