Un chofer de la línea K de trolebuses de la ciudad de Rosario, Santa Fe, fue baleado ayer en la cabeza por un sujeto que simuló ser un pasajero. El conductor fue trasladado de urgencia y quedó internado, según fuentes del instituto médico, se encuentra en grave estado.
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Un chofer de la línea K de trolebuses de la ciudad de Rosario, Santa Fe, fue baleado ayer en la cabeza por un sujeto que simuló ser un pasajero. El conductor fue trasladado de urgencia y quedó internado, según fuentes del instituto médico, se encuentra en grave estado.
El hecho sucedió a las 19 en el cruce de las calles México y Mendoza, donde un joven lo hizo detenerse y cuando le abrió la puerta para que subiera, efectuó al menos tres disparos y huyó en una moto con un cómplice.
El colectivero tiene 39 años y está internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA).
De acuerdo a lo que informó la directora del establecimiento médico, Andrea Becherucci, a medios locales, se encuentra en estado crítico, luego de ser reanimado.
A su vez, agregó que estuvo 17 minutos en paro cardiorrespiratorio, por lo que su cuadro de salud es delicado.
Frente a este nuevo y lamentable caso de inseguridad, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) convocó a un paro de transporte urbano e interurbano por tiempo indeterminado.
Mataron a dos taxistas
El hecho de inseguridad, a niveles extremos, en contra de un trabajador del transporte público de pasajeros se llevó a cabo algunas horas después de que mataran a dos taxistas en Rosario.
La primera víctima fue Héctor Figueroa (43 años), quien el martes pasado fue asesinado a balazos a las 23 tras dejar a un pasajero que se bajó en Flammarión y Lamadrid, donde se escapó con el asesino.
Al día siguiente, en el mismo horario, al taxista Alejandro Celentano (32) lo encontraron sin vida con un disparo en la cabeza tras llevar a dos clientes a Marcelo T. de Alvear y Garmendia.
Luego los autores del crimen escaparon y son buscados de manera intensa por la Policía rosarina. De esta manera, asesinaron a dos taxistas en las últimas horas y a cuatro de ellos en un mes. Cifras que son insostenibles por más que desde algunos sectores hagan creer que disminuyó la delincuencia en Rosario.