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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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VIDEOS. "En Argentina la grieta es una herida en el alma que está afectando a mucha gente"

En uno de los espacios del Arzobispado de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello recibió a El Tribuno. La charla fue extensa y sirvió para tratarla realidad del país, pobreza, droga, llegada del Papa y el aborto legal, fueron algunos de los temas abordados.
Sabado, 17 de febrero de 2024 17:49
Foto: Jan Touzeau

Los obispos del NOA se reunieron hace unos días, ¿cómo analizaron la realidad del país?

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Los obispos del NOA se reunieron hace unos días, ¿cómo analizaron la realidad del país?

El marco político fue dado por la elección de los argentinos, que hay que respetar. No nos olvidemos de eso. Sobre la voluntad de la mayoría del pueblo, uno podría tomar una actitud de crítica, pero reconocemos este problema. El marco, más que político, filosófico del momento, es el juego de la concepción de la libertad. ¿Qué entiendo por libertad? La libertad es un don, una característica, no es un modo de ser humano. El ser humano no es un valor absoluto, porque nosotros no somos absolutos, somos limitados. Y que se tiene que fijar, tiene que partir del concepto de la persona humana. Y la persona humana no es fundamentalmente el individuo, sino es el individuo en relación con los demás. Por lo tanto, la libertad de por sí es una realidad limitada. Y el límite, eso lo aprendimos cuando éramos chiquitos, mis deberes terminan donde comienza el derecho del otro. Porque somos seres sociales, tenemos que aprender a relacionarnos. Desde una perspectiva de fe decimos eso, porque Dios es Trinidad, Dios es familia. Padre, hijo y espíritu santo, por eso digo desde una perspectiva de fe. Y entonces la dimensión de las relaciones, la dimensión social, está escrita en el corazón humano. Entonces ese juego de libertad y de responsabilidad frente al otro y de solidaridad con el otro, es tan importante de una dimensión como la otra. Y entonces el gobernante con prudencia tiene que manejar ambas cosas. En una tensión que se va renovando todos los días y que tiene que estar en función del bien común, del bien de todos. Eso sería como el marco filosófico. El marco político, eso lo tienen que decir los señores políticos y uno les pide permanentemente que podamos crear un clima de diálogo y de encuentro social entre los argentinos. Ya esto de la grieta, queda corta la palabra, porque es una herida, una grieta es una grieta impersonal de dos bloques de tierra que se separan. Aquí es una herida en el alma que está afectando a mucha gente, a mucha, mucha, mucha gente. Entonces solo sanándola, mediante los vínculos restaurados, se puede pensar en una Argentina con futuro. En ese marco está el tema de ¿y yo qué? ¿Cuál es mi responsabilidad? Ahora te digo lo mío. A mí más que nunca me obliga a tener una vida austera, a una vida solidaria y a una vida transparente. Yo no puedo solucionar la situación de todos; pero sí tengo que hacer lo que me corresponde hacer. 

 

¿Y qué corresponde hacer?
Nosotros, como Cáritas Diosesana, tenemos la opción aquí en el barrio Vertedero. Eso es una obsesión. Incluso cuando hablé con el Papa (Francisco) le dije, mira, si nos sale bien te lo vamos a rendir como homenaje. Porque para solucionar el problema ese de que es un lugar tóxico porque es el basural, porque la emanación es tóxica, porque vive mucha gente. Esta tarde (el jueves) nos reunimos con algunas instituciones. Viven en condiciones infrahumanas, por donde lo mires. Porque allá las grandes protagonistas son las mujeres, que están haciendo ellas como albañil su pieza, pero que tienen que ir a buscar agua en un solo caño, que para peor, como es un caño público se hace un charco. Buscan tener agua para beber y para lavar todos los días. Si tienen algo de electricidad es porque se cuelgan, porque incluso en la campaña algunos candidatos colgaban con muchos riesgos, pero no le damos solución definitiva. Y la solución definitiva, según nuestra mirada, habría que debatir. Yo después que hagamos el proyecto quiero hablar, sea con el intendente y con el gobernador, para darle una solución.  Porque la solución integral supone reubicar, en fin, una serie de cosas que nos exceden a nosotros. Para hacerlo tenemos que ponernos de acuerdo con organizaciones no gubernamentales para ofrecerle lo que podamos al Gobierno, sea de la Municipalidad, sea de la Provincia, a ver si podemos lograr una unidad.

 

¿Cáritas ya está trabajando en el lugar?
Sí, sí. Gracias a una señora, Alicia, que se dedica a eso y a otras personas que la acompañan. Es una presencia que son pequeños gestos. Está en una zona marginal. Ahí también está el problema de las personas, está el problema de gente que busca ahí un lugar como una especie de refugio y eso afecta a los chicos, a las familias.

En este esquema de recortes del Gobierno nacional, ¿la Iglesia sufrió recortes?
Eso que salió como que nos recortaba el Gobierno no es así, porque es una decisión que nosotros la venimos madurando desde hace tres o cuatro años. Nace en el seno de la iglesia. Y bueno, se establecieron los tiempos y el punto de llegada era el 31 de diciembre de 2023. Estuviera quien estuviera, no teníamos ni idea de quién podía estar como presidente en ese momento. Llegó la fecha y se decidió. Desde el gobierno de (Reynaldo) Bignone en el final de la época del proceso o dictadura, llámalo como quiera. Ahí se concedió a la Iglesia un aporte para los obispos que equivalía al 82% del juez de primera instancia. Al principio se respetó, pero después nunca se respetó ese 82%. Que yo sepa creo que nos daban 52 mil. Creo que nos daban porque yo nunca en los 30 años he recibido eso. Eso entraba en la gestión ordinaria de los obispados. No tenemos grandes recursos. Después nos daban para las parroquias de frontera. ¿Por qué nace la idea de parroquia de frontera? No se olviden que en el 82, había sido lo de Malvinas, que lo determinante para que se termine esa época de la dictadura y había sido el problema de Chile (Canal de Beagle) en el 78. Y entonces en la conciencia así de respetar los límites ellos se dieron cuenta qué instituciones había para defender con su presencia nada más la soberanía de Argentina en la zona del límite. Las parroquias, es así. Entonces como una manera de reconocer aportaban a esas parroquias una cuota que no era gran cosa. Después se amplió el concepto de parroquias y más o menos era la zona en el caso de Orán. Que eran todas las parroquias porque era una zona de frontera. Y después se amplía a las parroquias pobres. Las villas miserias, eso. Ese es el segundo aporte. Obispos que terminó en 52 mil por mes, las parroquias de frontera que se extendió y lo otro era un aporte para los seminaristas para ayudar al estudio de los seminaristas. Eso era todo. Además está la cuestión de los colegios, pero eso de los colegios es un aporte porque el colegio de hecho hace el bien a la comunidad.

 

Usted habla de los colegios subvencionados…
Si. Para que el beneficiario de la educación pública, de gestión no estatal, no tenga que ser siempre para las clase más favorecida el Estado aportaba. Y hay que tener en cuenta que los papás de esos chicos también pagan impuestos de educación. Y después alguna otra ayuda que algún cura o algún obispo podía conseguir para hacer una obra, por ejemplo. Si uno presentaba el proyecto y lo veían como útil te ayudaban. Ese era el aporte del Estado. 

 

¿Más gente viene a pedir ayuda a las iglesias por la crisis?
No nos olvidemos que recién se han cumplido dos meses (de la asunción del presidente Milei). El tema de los comedores, nosotros lo venimos madurando desde hace mucho, por lo menos desde el 90. Viene de antes, pero en el 90 se hizo fuerte. Yo recuerdo que la inundación de Santa Fe por el río salado fue muy grande. Eso pone en marcha todo este movimiento de comedores, que baja a veces la demanda cuando está mejor la situación económica. Pero que tiene también el riesgo de que a veces hay familias que se acostumbran a que el hijo vaya a comer allá. Y lo grave es que hay chicos que se han criado en los comedores y no saben que en su casa tiene que haber un comedor. Entonces cuando después son grandes y forman su familia no le entran en las cabezas otra cosa que no sea ir al comedor. Y van repitiendo la historia. Y eso hace mal a la persona y a la sociedad. Pero bueno, ante la emergencia, por supuesto que hay que responder y salir. Mirá, hay varios comedores que funcionan con el aporte de la gente. Y esta emergencia, yo estoy convencido que va a hacer nacer, no la emergencia en sí, sino el corazón humano, respuestas que nos van a admirar. 

Luego de recibir agravios durante la campaña, el Papa Francisco con un gran gesto recibió al presidente Javier Milet, ¿qué reflexión hace de ese encuentro?
Lo tuvo antes también, digamos la verdad, porque sabemos cómo eran las relaciones antes y cómo cambiaron cuando él subió al Papa. No nos admiremos, el Papa es un gran perdonador. Yo no me olvido, cuando murió el Cardenal Antonio Quarracino, Bergoglio presidió las exequias. Fue una homilía breve, y él dijo, el cardenal Quarrachino fue un gran perdonador, en el fondo se describía a sí mismo. A él le impactaba la capacidad de perdón de Quarracino. El tiene una gran capacidad de perdón, eso por un lado. Pero en segundo lugar también, hay que decir la verdad, que Milei pidió disculpas públicamente, y le volvió a pedir disculpas en ese momento. El el le dijo hijo, todos tenemos pecado de juventud. Es decir, esa capacidad de comprensión, él ya tiene 87 años, está más arriba del bien y del mal. Entonces, es lo que tiene que ser en un cristiano y en un pastor. Y además está en juego la República, no es Javier Milei, es el presidente de la República, son los cuarenta y tantos millones de habitantes de la Argentina. Todos nos preocupamos por eso, por cada uno de los argentinos. Y que alguna vez le encontremos un camino de salida a nuestra patria, eso es lo que uno le pide a Dios todos los días. Yo creo que estas elecciones de diciembre fue la que más hemos rezado a ver, Señor iluminame, ¿a quién tengo que votar? Mucha gente ha rezado para votar. Que Dios nos ayude. 

 

Usted estuvo con el Papa también y se habla mucho de su venida a la Argentina. ¿Él le anticipó algo? 
No, no, quien conoce al Papa Francisco sabe que él va a tomar la decisión y él va a decir. Y va a decir a dónde va a ir. Consultará con quienes crea él que merecen su confianza y tomará la decisión. Si bien intentará acercarse a la mayor cantidad del pueblo argentino de una manera directa, irá al sur, irá al centro, irá al norte. Y veremos qué elige. Por supuesto, pero te quiero decir una cosa. Tenemos algo en contra. Que el Papa elige lugares que no visitó Juan Pablo. Como una manera de aproximarse, que vean que el Papa llega a donde no llegó antes. Por su salud no creo que pueda andar como fue Juan Pablo que anduvo por, no sé cuántos lugares, porque vino a Buenos Aires, después se fue a Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná, Buenos Aires, Rosario. No creo que pueda. No es que esté mal de salud, yo le pregunté expresamente cómo está. Le digo, che, ¿y del triperío? Me dice quedé bien. Y de los pulmones, tengo un poquito aquí, pero estoy bien. Y del corazón estoy bien. 

Monseñor, en 2019 vino Mauricio Macri. En la última misa del Triduo, usted le dijo una frase que quedará para la posteridad: “Mauricio, llévate el rostro de los pobres”, le diría lo mismo a Milei… 

¿Me da la oportunidad para aclarar lo de Macri? 

Sí…. 

¿Por qué lo dije? Macri había venido antes, y él fue al Alfarcito. Y estuvo, pasó una tarde, porque el grupo de Carolina Stanley, la misma Vidal, que viene en a Salta, le dijeron, andá que te va a hacer bien. Vino y estuvo ahí, comió con los chicos, después se sentó en el piso, allá afuera, charlando con una persona de aquí, pidiendo una cosa importantísima, que recemos para que le vaya bien la Boca.
Es decir, yo sabía que él buscaba esto. Quien gestiona para que se haga la visita de Macri es Esteban Bullrich. Él había perdido las PASO. Y yo sabía que él estaba bajoneado. Estaba, digamos, masticando su sensación de fracaso. Yo le dije te va a hacer bien. Acordamos, vino. Yo tenía un miedo bárbaro de que lo insultaran. Y ustedes recordarán que la gente humilde lo felicitó, lo vitoreó. Lo acompañó desde acá de Mitre y Belgrano hasta que se ubicó. Él estuvo en la misa tranquilo. Presidía la celebración monseñor Octavio Ruiz, que había venido del Vaticano, porque somos amigos, y entonces vino. Después me tocaba saludarlo. No había podido preparar nada, yo digo, ¿qué le digo? Yo vengo trabajando en mi corazón, una cosa que lo repito siempre, ahora lo hago a través de los medios, que la Piedad Popular acá no es solo un momento de piedad. La incorporación de los peregrinos, que para mí es, como decía el año pasado, como una tercera clave para entender el Milagro, moviliza en Salta una sociedad distinta. Mi dentista me decía por qué en el Milagro todos queremos ser buenos y uno es como una cosa distinta. Yo digo, no sé, pero sucede. El fenómeno de los peregrinos que se ha potenciado desde que Dante Bernacki comienza a venir caminando con la gente de la Puna, que fue en el 2004, 2005, no me acuerdo, pero ahí cambia todo. Cambia en el sentido que se multiplica, porque las peregrinaciones venían antes, la que venía de Cachi ya era grande, la de allá era grande, pero nada que ver con lo que se movilizó a partir de ahí. Y que incluso se extendió. 
Eso por una parte, pero por otra parte lo que genera acá, gente rica, gente pobre, de una clase, de la otra, les lavan los pies, les dan comida, organizan la recepción. Es otra sociedad. Y nosotros no organizamos nada. No es que la Iglesia está diciendo, hagan esto, hagan otro. Los podólogos se ponen de acuerdo y van y les lavan los pies, los curan. Eso que lo hacemos en ocho días, no se puede hacer todo el año. Ese rostro, de los peregrinos, yo le dije, llévate el rostro. Incluso se lo dije después, porque él vino acá y comió acá unos sándwiches que había. Le digo, he visto que lo han tratado bien. Y los pobres lo trataron bien. Por eso yo le dije, llévate el rostro de los pobres. Y él me dijo esto. Pero sí, dice, si a mí es en Buenos Aires, no más que me retan y me insultan. Digo, porque acá he visto que lo han tratado bien. Entramos a la Catedral, el saludo a la señora Virgen, firmó el libro de visita. Cuando salió, digo, aquí lo van a retar. Tengo que salir por ahí por el jardín. Nada, lo aplaudían y todo. Se metió a la camioneta y tuvo que salir para saludar a la gente. Llegó a Buenos Aires, se encontró con otra noticia, con una tormenta que yo ni la vi pasar, pero después me llovió encima porque las puteadas fueron de distintos lados, ¿no es cierto? Me han llamado para que yo hable, a nadie le contesté. 

 

¿A Milei qué le diría? 
Tendría que hablar antes de la concepción filosófica. En la economía no entro, pero ¿qué entiende por libertad? Esa es la pregunta. Y después sí, si esto sigue así, tengo que decir, che, mira el rostro de los pobres. Entonces la noción del rostro, que es una noción de la filosofía contemporánea, la iglesia la asume, el rostro de Cristo, el rostro del hermano pobre, el rostro del amigo, el rostro te muestra la persona. No es lo mismo la pobreza, que el dolor de mi amigo que no tiene que comer. Esa es la idea, No era una idea ofensiva. Es más, mirar de modo amigable al pobre te hace ver las cosas de otra manera. 
Usted tocó un tema: drogas. Salta está teniendo cada vez más casos de contrabando y todo pasa por la frontera. ¿Qué sensación le queda de esto? 
De una tristeza inmensa. No puedo decir que de impotencia porque el mal no tiene la última palabra. Pero es una gran pena. El crecimiento de la droga no es la única causa. Pero que la potencia, la violencia, no tengo la menor causa. 

Lo ve con mucha alerta…
Sí, y me duele en el alma. Nosotros trabajamos, pero lo que podemos hacer son gotitas en el mar. Pero hay que hacer las gotitas en el mar, como la madre Teresa de Calcuta, que iba pobre por pobre, niño por niño. Y bueno, ella trataba de hacer el bien. Para nosotros es importante la noción del prójimo. El prójimo es el que está próximo. Yo no puedo vencer la pobreza, pero puedo ayudar a este pobre. 

Muchos jóvenes no estudian ni trabajan. Desde la institución de la iglesia, ¿cómo es la relación con los jóvenes? 
Hubo un tiempo, en la década del 80, que hablábamos de la juventud, y antes también. Ya el cardenal Quarracino decía, hoy no se puede hablar de la juventud, porque estábamos en el 90. Cuando empieza así más fuerte, una mirada más liberal, que importa más a los individuos, a veces se diluye así la juventud.

 

Pasó tiempo de la aprobación del aborto legal, ¿esa herida cierra para la Iglesia?
Es que no es una herida, son muertes de chicos. 

Más allá que de se argumente que es un tema de salud pública…
No es una cuestión de salud, es una decisión que afecta una vida. Si te matan a un hijo que lo ves caminar, el dolor está, y son miles los que se mueren. Eso está ahí. No gritamos, no decimos, rezamos, pedimos perdón, ahora estamos en Cuaresma, pero eso está. Los grupos providas sacan estadística, te dicen que el mayor número de muertes es por aborto. No sé si es la verdad, pero que los hay, los hay, eso lo sabemos. Ni siquiera es un secreto a voces, es una cosa que se sabe. Y eso nunca va a ir bien en la sociedad. Podrá ser legal, nunca será ético. La guerra de Gaza, justificada de donde quiera, son muertes. Ucrania y Rusia son muertes. Todavía no está cicatrizada la herida de los desaparecidos. Y a pesar que han pasado cuantos años. Y estos chicos también tienen el mismo derecho. A la par de eso yo conozco un montón de matrimonios que lo que no hacen por tener un hijo y no pueden.

 

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