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La actriz salteña Lola Portal está persiguiendo un sueño en Portugal

Llegó al país lusitano hace un año y allí trabaja de esteticista, su otra vocación. Se adelantó para recibir a su marido e hijos y así construir juntos un futuro mejor.   
Lunes, 26 de febrero de 2024 15:01
Lola Portal alquila un departamento con vista al mar.

El 2022 venía siendo halagador con Lola Portal (39). Había conducido "El ascenso", el primer reality de trekking de la televisión salteña, por Canal 10, había producido espectáculos infantiles exitosos y su centro de belleza marchaba bien, con clientas ya fidelizadas.

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El 2022 venía siendo halagador con Lola Portal (39). Había conducido "El ascenso", el primer reality de trekking de la televisión salteña, por Canal 10, había producido espectáculos infantiles exitosos y su centro de belleza marchaba bien, con clientas ya fidelizadas.

Su marido, Jorge Suárez (48), la acompañaba en sus proyectos y él, a su vez, llevaba 27 años trabajando en una empresa y también oficiaba de fotógrafo en eventos sociales.

Pero en 2023 Lola atendió una inclinación de ánimo que se le aparecía de tanto en tanto. De lunes a viernes se levantaba temprano, llevaba a los hijos al colegio, iba a los ensayos demandados por alguno de sus roles artísticos como actriz, productora o directora, después abría el spa, repetía los ensayos, corría a una selección de vestuario o a supervisar avances de una escenografía... Los fines de semana cumplía con funciones, y aunque se dedicaba el ponderado 24/7 y eso le rendía para prodigarse una situación económica favorable, pero no ostentosa, aparecía, como una interferencia, la sensación de si habría un más allá en algún lejano lugar.

Se trataba de una necesidad aspiracional que le surgía al entablar conversaciones con migrantes transitorios o definitivos.

"Siempre dije que me encantaría ir, probar, ver, saber cómo es (vivir en el exterior). Cuando escuchaba a gente amiga o conocida decir que estaba en Nueva Zelanda unos seis meses por trabajo me decía a mí misma: '¡Wow! ¿Cómo es eso? ¿Realmente se puede? ¿Cómo se hace?'", comentó Lola a El Tribuno.

Así hizo referencia a un malestar que acomete a muchos ciudadanos en este país: el de diversificarse en el ámbito laboral, esforzarse al máximo y constatar que el progreso, debido a las fluctuaciones económicas devenidas de las medidas gubernamentales para frenar el histórico déficit fiscal argentino, tiene pies de plomo y, en consecuencia, un movimiento sucesivo demasiado lento.

"Yo amo mi país, no hay otro como él; pero la situación económica es muy complicada, muy difícil. Y no quiero eso para mí, para mis hijos, ni para mi marido. Quiero poder disfrutar de la vida y que la vida no solo sea trabajar", definió.

Lola Portal, feliz con su decisión de vida, posa a orillas de una playa lusitana.

Una decisión

Lola contó que un día cualquiera, específicamente el 5 de enero de 2023, se levantó y se dijo: "Este año es". Fue al Registro Civil de la Municipalidad de Vaqueros y tramitó su pasaporte.

"Llegué a casa y anuncié: 'Bueno, familia, ya hice mi pasaporte porque este año empieza nuestro proceso de emigrar... y mi marido me miraba asombrado y nuestros hijos me preguntaban '¿en serio, mamá?'". Lola tiene cuatro hijos: Valentina Calderón (21), Naihara Suárez (18), María Pía Suárez (15) y Simón Suárez (13), que en una primera instancia sintieron miedo por la inminente separación.

"Yo creo que para esto no hay que pensarlo mucho ni dar lugar a los miedos porque si no, no lo hacés. Si pensás en que el idioma es distinto y no lo hablás, en la distancia que te va a separar de los tuyos y de todo lo conocido, en lo mucho que vas a extrañar, en el estar sin la familia y en el empezar de cero… Yo, Lola, una mujer casi de 40 años, realizada, con una carrera artística que va genial, con un spa que va genial... me preguntaba internamente: '¿Volver a empezar de cero?'. A ellos les decía que íbamos a Europa, donde la vida es un poco más fácil, porque la plata te alcanza y bueno pintarles ese mundo a los chicos para que estén preparados para esta nueva aventura en un lugar distinto, para conocer gente nueva también. Así he trabajado con mis hijos el proceso de emigrar", detalló.

Una elección

Portugal está ubicado en el sudoeste europeo y se caracteriza por una basta historia, paisajes encantadores y una de las mejores calidades de vida del mundo. A todo esto se le suman las facilidades que su gobierno otorga a los interesados en establecerse en la región. Con 10.467.366 habitantes y un aumento en los últimos seis años del número de extranjeros que llegaron al país (que subió el 77%, lo que representa más de 757.000 inmigrantes) no ha logrado revertir el declive de su población activa.

Además tiene un déficit de personal en áreas como prestación de servicios, construcción civil y sector turístico y una demanda creciente en la industria tecnológica y startups. Desde 2017 está vigente en el país una ley para impulsar de manera regulada la entrada de extranjeros y para apoyarlos en su integración. Por ejemplo, Portugal permite conocerlo como turista y, en caso de querer radicarse, conseguir trabajo sin ningún documento extra y afincarse solo con el pasaporte argentino. Por estas razones, y por la cercanía del idioma portugués con el español, Lola eligió Portugal.

Una estrategia

Lola desgranó que para entrar en Portugal, además del pasaporte vigente, se debe presentar el certificado de antecedentes penales, el número de identificación fiscal (NIF) y comprobantes de una declaración de entrada, de alojamiento en Portugal, de medios de subsistencia para estar en Portugal y de inscripción de seguridad social (NISS), etcétera.

Entonces compartió con este medio cómo había sorteado algunos requisitos cuando su finalidad, después de los 90 días como turista, era permanecer allí. "Compré un pasaje de avión que me salió un poco más, pero con cancelación al 100%. Reservé por booking.com un departamento con cancelación sin costo. A ambos los presenté en la embajada y después los di de baja cuando me dieron la visa. Y los medios de subsistencia que me pedían, el equivalente a tres sueldos, que obviamente no los tenía, pedí prestados dólares a mis amigas para hacerlos pasar como ahorros y los presenté ante una escribana para que lo certifique. Luego salí de allí y les devolví toda la plata", confesó.

Una encantadora ciudad

Una vez allá se asentó en Figueira da Foz, un pueblo situado en el centro de Portugal (región de Beiras), en el distrito de Coimbra y a 57 kilómetros de la ciudad homónima. Considerada la reina de las playas de Portugal, Figueira posee 34 kilómetros de hermosas playas, perfectas para los amantes de los deportes acuáticos, ya que los vientos son muy favorables. Y a pesar de ser una ciudad pequeña, con alrededor de 62.125 habitantes (según el censo INE de 2011), existen buenas oportunidades laborales en rubros como la pesca, la industria (vidrio, celulosa, sal, productos químicos), el turismo, la construcción naval y el comercio en general.

"Es un lugar muy escogido para pasar el verano. Acá en verano se llena y en invierno casi se muere. Es muy seguro. Es una ciudad donde hay muchas personas mayores y yo creo que en realidad todo Portugal y toda Europa tiene muchas más personas viejas que jóvenes", comentó Lola.

Lola vive en Figuiera da Foz, una ciudad turística.

Búsqueda de trabajo

El Instituto do Emprego e Formação Profissional (IEFP) es el servicio público nacional de empleo cuya misión consiste en promover la creación y calidad del empleo y combatir la desocupación, mediante la aplicación de políticas activas. "El IEFP me dio tres propuestas de trabajo, que te llegan en carta con la fecha y el lugar donde tenés que presentarte para la entrevista. Aquí el primer trabajo del inmigrante es una fábrica o un restaurante", contó Lola. Añadió que allá no tuvo muchos traspiés. "Estoy viviendo en un departamento superbonito, con una vista genial al mar y el trabajo me queda a quince cuadras. Ya hice de amigos y la plata me alcanza para vivir, para mandarle a mi familia y para ahorrar para comprarles los pasajes", enumeró.

Acotó que trabaja en un restaurante y que en su tiempo libre hace uñas esculpidas en su departamento. Destacó incluso que ya se había vuelto a comprar las máquinas e implementos que precisa para este proceso estético. Además, próximamente entrará a trabajar part time en un hotel que se inaugurará. Sin embargo, hizo una salvedad: está transitando una senda tranquila porque ingresó legalmente al continente.

"Tenemos un grupo de whatsapp con latinos y hay muchos que desde hace un año que están sin trabajo, pero es porque se vienen a probar qué onda y se dan cuenta de que sin papeles no los van a contratar", afirmó.

Y para constatar que hizo bien en seguir su corazonada, señaló que "un salario mínimo equivale a 850 euros y te podés comprar un auto de 800 euros. Usado, obviamente. De 800 hasta 2600, como caro, un usado. Y aquí son todos Audi, Toyota, aunque sí hay también Renault". Luego se refirió a otros costos que le resultaron llamativos. "Un Iphone, que acá se venden muchísimo usados en cadenas conocidas como Wharton, un Iphone 12 lo podés encontrar a 350 euros. Todo lo que es tecnología también lo vi muy barato aquí. Y los autos es impresionante. Por ejemplo, una persona sola que gana 850 puede alquilar un departamento por 350 euros, comer por 150 euros y le quedan 300 euros para ahorrar por mes. Así en tres meses se puede comprar un auto usado. O sea, esas cosas a mí me volaron la cabeza", dijo.

Transmisiones en redes sociales

Lola, con una sonrisa instalada en el rostro, aparece cada mañana en sus historias de Instagram y Facebook contando anécdotas sobre su estadía allá. "Yo siempre muestro cosas lindas y trato siempre de estar feliz. El 98% del día estoy feliz y de buen ánimo, pero tengo recaídas y momentos cuando me invade la nostalgia. A mí me pasó en cosas sencillas", expresó. Relató que un golpe muy fuerte fue pasar las fiestas de fin de año en desarraigo. "Eran las once y media de la noche y salía del trabajo, estaba recansada. No tenía qué comer y yo normalmente como en el restaurante. Ese día todo el mundo estaba loco ya por irse a su casa para compartir con sus familias y las cocineras, que son unas brasileñas, me dijeron que si quería comer algo debía cocinármelo yo", recordó. Ella estaba trabajando con una gripe fortísima y salió con frío. En el camino se topó con dos amigos, un argentino y un brasileño. Se fueron caminando hasta la playa para ver el tradicional show de fuegos artificiales y la banda de música. Se fundieron en un reparador abrazo y lloraron a mares, casi hasta hipar. "Más allá de que uno quiera pensar que es un día más, no es un día más. Ese fue un golpe tremendo emocionalmente. Ese día toqué fondo en todos los aspectos. Físicamente estaba muy mal. Y sin la mesa, sin la familia, sola, no tan sola gracias a Dios, pero fue tremendo. Creo que ahí toqué fondo y dije: 'No basta, vamos, tengo que mejorar esta situación. Y todos los inmigrantes te cuentas historias similares, pero son solo momentos que pasan y se superan", relató.

"Valeu a pena? Tudo vale a pena, se a alma não é pequena", escribió el célebre poeta portugués Fernando Pessoa. ¿Y qué significa un "alma pequeña"? Sin dudas un alma donde no habita Dios, que desconoce el valor de lo trascendente y es por eso que Lola confía en reagrupar a los suyos en Portugal, que un día será para todos ellos una segunda patria.

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