El deporte de Jujuy está de luto. En las últimas horas el querido Julio César Sarapura falleció y dejó un hondo pesar en todos, no solamente el hándbol, disciplina que supo forjar sacando siempre grandes valores, sino en general.
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El deporte de Jujuy está de luto. En las últimas horas el querido Julio César Sarapura falleció y dejó un hondo pesar en todos, no solamente el hándbol, disciplina que supo forjar sacando siempre grandes valores, sino en general.
Es que quien alguna vez incursionó, quiso hacerlo, en el balonmano, fue recomendado acerarse a Escuela de Minas, porque ahí con todos sus conocimientos, humildad, los recibía el “Cabezón”, “Sarita”, “Corcho”, “Chato”, el gran “Julio César”, como los más allegados, amigos del deporte, lo apodaban.
Comenzó con Villa Lidia Handball y de su logro más importante que dejara marcada a miles de generaciones la temible Escuela de Minas, armando un búnker en el gimnasio cerrado que posee la institución.
Con un ojo clínico para elegir a sus dirigidos y dirigidas, forjando camadas y camadas de jugadores, Julio Sarapura se ganó el respeto y reconocimiento, no solo a nivel provincial, regional o nacional, sino también a nivel internacional.
La partida del entrenador, de un grande de verdad, que dejo un legado terrible y que no debe perderse por nada del mundo, todos sus alumnos le rendirán homenaje y siempre deberán acordarse de quien los guío fuera y dentro del deporte.
La humildad y sapiencia de Julio Saraprua quedará en la memoria de todos quienes lo conocieron, tanto dentro como fuera de la cancha, en el nombre de un equipo, porque muchos exjugadores hasta lograron armar un club, un equipo, siguiendo el legado de la pasión por el handbol que supo inculcar en cada entrenamiento.
Sus restos son velados desde las 14 del día de hoy en la sala velatoria ubicada en calle Independencia 1185.