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Día Internacional de la Mujer: luchadoras de América y de Europa

Viernes, 08 de marzo de 2024 01:00

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Algunas consideraciones que debemos hacer al respecto: no debería ser el Día Internacional de la Mujer, debería ser el Día Mundial de la Mujer; debería ser un acto de total alegría, de total festejo; una celebración sin ningún eufemismo, pero no es así. Sabemos por la historia que las mismas mujeres fueron las impulsoras para que se recordase el llamado Día Internacional de la Mujer. Para comprender su origen, significado y sus protagonistas en diferentes tiempos y lugares, debemos retornar a fines del siglo XVIII, y nos encontramos en los prolegómenos del hecho histórico más importante para Europa Central y con correlato para el resto del mundo: la llamada Revolución Francesa, cuestionadora de la existencia de la monarquía en Francia.

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El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Algunas consideraciones que debemos hacer al respecto: no debería ser el Día Internacional de la Mujer, debería ser el Día Mundial de la Mujer; debería ser un acto de total alegría, de total festejo; una celebración sin ningún eufemismo, pero no es así. Sabemos por la historia que las mismas mujeres fueron las impulsoras para que se recordase el llamado Día Internacional de la Mujer. Para comprender su origen, significado y sus protagonistas en diferentes tiempos y lugares, debemos retornar a fines del siglo XVIII, y nos encontramos en los prolegómenos del hecho histórico más importante para Europa Central y con correlato para el resto del mundo: la llamada Revolución Francesa, cuestionadora de la existencia de la monarquía en Francia.

Es importante señalar entonces, en los antecedentes revolucionarios de Francia la existencia de una mujer que fue más allá de los planteos realizados por los hombres, pues pretendía los mismos derechos para las mujeres. Estamos hablando de Olimpia de Gouges. Nacida en el seno de una familia humilde en 1745, pudo estudiar con muchas limitaciones, llegar a ser una escritora y vivir en parte de su actividad literaria, pues se había casado con un anciano rico y se quedó viuda, con suficiente dinero para mantenerse en París desde 1788. Comenzó a luchar por la causa feminista, organizando a las mujeres para manifestar por sus derechos y realizando una literatura de carácter político. Habría que evaluar también su acto humanitario en defensa de la familia monárquica de Luis XVI, lo que se consideró como traición a la causa revolucionaria.

La obra que la trasciende y la convierte en una verdadera precursora de la igualdad entre hombres y mujeres, es la publicación de su manifiesto, titulado "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana". Escribió un brillante y radical alegato en apoyo a las reivindicaciones y derechos femeninos. Reclamó un trato igualitario de la mujer con respecto al hombre, en todos los actos de la vida, públicos y privados; derecho al voto, ejercicio de los cargos públicos, hablar en público sobre asuntos políticos, igualdad de honores públicos, derecho a la propiedad privada, de participar en el ejército, educación e incluso de igual poder en la familia y en la iglesia. Queda en su histórica petición lo más descarnado y premonitorio de su alegato, cuando expresó: "Las mujeres tenemos el derecho de subir a la tribuna, puesto que tenemos, también, el de subir al cadalso".

Olimpia de Gouges fue una luchadora inquebrantable contra la explotación colonial, la desigualdad contributiva y la esclavitud de los negros. Se expresó contra la represión jacobina, y contra Pierre y Marat. Acusada de ser una realista reaccionaria fue guillotinada el 3 de noviembre de 1793.

A mediado del siglo XIX, el 8 de marzo de 1857, en la ciudad de Nueva York, se reúnen miles de trabajadoras textiles y se declaran en huelga por un salario igual, al que recibían los hombres por la misma actividad; reducción laboral, a 10 horas diarias; descanso para amamantar y se manifiestan contra el trabajo infantil. Se dirigen a las barriadas residenciales y obreras, y reciben tremenda represión policial. Este hecho marco el inicio de una lucha que al principio del siglo XX fue muy trágica. En 1908, un grupo de obreras de la fábrica Cotton entró en huelga en el lugar de trabajo, por iguales motivos de 1857. Ante la situación se cerró el edificio y luego se produjo un incendio sin control, causa de la muerte de 129 mujeres.

En 1910, en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, realizada en Copenhague, por moción de Clara Zetkin, política feminista alemana, luchadora por los derechos de la mujer y en homenaje a las caídas de 1908, se proclamó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.

Al año siguiente, el 25 de marzo de 1911, en la fábrica de camisas Triangle Waist Co de Nueva York, donde trabajaban 500 operarios, entre hombres y mujeres, se produjo una tragedia industrial, impresionante, causada por un incendio inicial de una colilla de cigarrillo. Murieron 123 mujeres y 23 hombres, en su mayoría inmigrantes, que apenas hablaban el inglés y con la orden de cerrar las puertas de salidas del edificio, causa de muerte de tantos mártires del trabajo. Esta tragedia obligó a sancionar leyes de seguridad y salud laboral y creación del Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles. Finalmente, después de 100 años, el 8 de marzo de 2011, la ONU celebró el Día Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas.

Desde esta columna, nos unimos en un abrazo fraternal y realizamos el mejor homenaje a todas las mujeres que han luchado y que luchan por un Jujuy mejor, en sus condiciones laborales, sociales, económicas y políticas, sin distinción de banderías ni sectores, y mirando al futuro de todos sus hijos.