Luego de una extensa jornada de trabajo, donde el servicio se mantuvo activo durante la operación hídrica, personal operativo y técnico de Agua Potable de Jujuy, junto a la Dirección Provincial de Recursos Hídricos, reparó eficazmente el tramo del gran acueducto de agua cruda dañado por la crecida desmedida del Río Grande a la altura del Río Yala.
Gracias a este accionar planificado por el Directorio de la empresa estatal y Recursos Hídricos, la producción de agua en la planta potabilizadora de Alto Reyes retomó la normalidad y por ende una efectiva provisión del servicio.
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Luego de una extensa jornada de trabajo, donde el servicio se mantuvo activo durante la operación hídrica, personal operativo y técnico de Agua Potable de Jujuy, junto a la Dirección Provincial de Recursos Hídricos, reparó eficazmente el tramo del gran acueducto de agua cruda dañado por la crecida desmedida del Río Grande a la altura del Río Yala.
Gracias a este accionar planificado por el Directorio de la empresa estatal y Recursos Hídricos, la producción de agua en la planta potabilizadora de Alto Reyes retomó la normalidad y por ende una efectiva provisión del servicio.
Tras anoticiarse de la situación de emergencia, equipos y maquinaria del organismo del estado se dirigieron a la toma del líquido elemento para resolver la situación.
Primeramente, operarios descubrieron la toma para localizar la abundante pérdida en el acueducto de 1200 mm que transporta agua cruda, es decir no potable, para su tratamiento en el complejo industrial de Alto Reyes. Mediante equipos de bombeo se logró sustraer el agua para que las unidades puedan realizar la intervención de manera segura. Una vez realizadas estas tareas fundamentales, se procedió a la colocación de una junta elástica adaptada para este tipo de trabajos complejos.
Pasadas las 15 horas, la destacada intervención de ingeniería sobre la toma de Yala fue finalizada, normalizando el ingreso de agua a la planta potabilizadora de Alto Reyes en menos tiempo del planificado. Todo esto se logró gracias a la efectividad de los equipos de trabajo, que permitieron mantener el servicio activo en los barrios que las instalaciones alimenta.