Recientemente se conoció la historia del brasileño Mateus Facio, un estudiante de minería que empezó el año de manera particular; pues, tras las fiestas de fin de año, Facio fue sometido a una cirugía en la que le extrajeron una bala de su cabeza, pero lo extraño es que él no sabía que le habían disparado y duró con el artefacto en su cabeza por cuatro días.
inicia sesión o regístrate.
Recientemente se conoció la historia del brasileño Mateus Facio, un estudiante de minería que empezó el año de manera particular; pues, tras las fiestas de fin de año, Facio fue sometido a una cirugía en la que le extrajeron una bala de su cabeza, pero lo extraño es que él no sabía que le habían disparado y duró con el artefacto en su cabeza por cuatro días.
De acuerdo con la versión que dio el joven de 21 años para un famoso medio de comunicación de Brasil, todo ocurrió cuando él se encontraba celebrando el Año Nuevo con sus amigos en una playa de Río de Janeiro el día 31 de diciembre de 2023. Según su versión, él sintió un fuerte golpe en la cabeza, pero pensó que era una piedra:
“Me imaginé que era una piedra o algo así. Era como el sonido de una explosión, cuando explota una bomba, pero dentro de mi cabeza”, indicó; sin embargo, afirma que cuando la hemorragia se detuvo, él se duchó y volvió a la fiesta, disfrutando sin problema de las fiestas de fin de año.
Así pasaron cerca de 3 días, en los que el joven no atendió su lesión; no obstante, el cuarto día el panorama fue distinto.
¿Cómo se dio cuenta?
4 días después del disparo, Mateus habría tenido dificultades para mover su brazo derecho: “Podía sentir mis dedos moverse, pero parecía que no tenía la confianza para levantar algo, cuando, de repente, mi brazo empezó a tener espasmos musculares, se sacudía constantemente”, señaló para el reconocido medio, por lo que tuvo que asistir de urgencia al hospital.
Sin embargo, tras hacerse todos los exámenes, se determinó que Mateus había recibido un disoparo y tenía la bala incrustada en su cabeza, lo que representó un resultado sorprendente para el paciente y el personal médico, como cuando un hombre difunto “resucitó” en su funeral y terminó tomando sopa.
¿Qué dijeron los médicos?
El neurocirujano que estuvo al tanto del proceso, Flavio Falcometa, habló con el medio, indicando que: “por sólo unos pocos milímetros, podría haber causado daños mucho más graves, como tener el brazo paralizado o la mitad del costado paralizado. Era arriesgado, muy arriesgado para el paciente (…) una parte penetró en el cerebro, lo que provocó la compresión de la región y movimientos involuntarios del brazo, señaló, lo que hace recordar cuando una mujer se salvó de recibir un disparo gracias a sus implantes del pecho.
Sin embargo, aunque el hecho ocurrió hace casi un mes, la historia se conoció en los últimos días, pues el joven ya se encuentra bien y regresó a sus actividades cotidianas; no obstante, el hecho sigue siendo investigado, pues se busca al culpable del disparo.