¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20°
29 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Mandato del amor y servicio en San Pedro

Inicio del triduo pascual con la celebración de la última cena. El padre Daniel Baca lavó los pies a doce servidores.
Sabado, 30 de marzo de 2024 01:02
TEMPLO SAMPEDREÑO | CEREMONIA DE LAVATORIO DE PIES.

"Celebremos el gran amor de Dios. Dejémonos amar por Él. Celebremos la eucaristía, memorial de su pasión, muerte y resurrección, verdadero alimento, verdadera bebida. Jesús viene a amarnos y nos pide que nos dejemos amar por Él. Y lo hace a través de un gesto muy común de aquel tiempo, el lavado de los pies. Este es el gesto que hace Jesús con sus discípulos. En el gesto sencillo y humilde de lavarles los pies les está mostrando el gran amor que Dios tiene por cada uno de ellos". Fueron los conceptos pronunciados por el padre Daniel Alberto Baca durante la celebración del Jueves Santo, donde la feligresía católica conmemora el inicia el triduo pascual que nos invita a la cercanía de un Dios que se entregó por nuestra salvación, un Jueves Santo donde junto a sus apóstoles comparte la última cena, con imposición de la Eucaristía, del sacerdocio, deja el mandato del servicio con el lavatorio de los pies y el mandamiento del amor, amor que lo llevaría el viernes a entregar su vida por la humanidad.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

"Celebremos el gran amor de Dios. Dejémonos amar por Él. Celebremos la eucaristía, memorial de su pasión, muerte y resurrección, verdadero alimento, verdadera bebida. Jesús viene a amarnos y nos pide que nos dejemos amar por Él. Y lo hace a través de un gesto muy común de aquel tiempo, el lavado de los pies. Este es el gesto que hace Jesús con sus discípulos. En el gesto sencillo y humilde de lavarles los pies les está mostrando el gran amor que Dios tiene por cada uno de ellos". Fueron los conceptos pronunciados por el padre Daniel Alberto Baca durante la celebración del Jueves Santo, donde la feligresía católica conmemora el inicia el triduo pascual que nos invita a la cercanía de un Dios que se entregó por nuestra salvación, un Jueves Santo donde junto a sus apóstoles comparte la última cena, con imposición de la Eucaristía, del sacerdocio, deja el mandato del servicio con el lavatorio de los pies y el mandamiento del amor, amor que lo llevaría el viernes a entregar su vida por la humanidad.

La celebración presidida por el párroco se realizó en el atrio del templo matriz de San Pedro de Jujuy y fue presidida por el párroco Daniel Baca.

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO | EN EL TEMPLO MATRIZ DE LA "PERLA DEL RAMAL".

En su prédica continuó hablando del amor, el amor por el que fue capaz de entregar su vida por la salvación de la humanidad toda. Del amor que siempre se dona, se da, sirve, ayuda, busca, cuida, protege, limpia, purifica, sana y fortalece. "Todo lo que la otra persona necesita, el amor lo brinda. A veces, no nos dejamos amar por Dios. Nos cerramos a su amor, nos cerramos a su misericordia, a su gracia. Debemos dejar que el Señor derrame en nuestro corazón todo su amor y toda su gracia", dijo.

"Aquí está recreada la mesa de la última cena de la primera misa que celebra Jesús. Aquí están representados los doce apóstoles, que representan a todos los discípulos misioneros que seguimos al Señor. El Señor nos ama, nos invita a sentarnos a la mesa de la Eucaristía. Y en esta mesa y en esta comida, él mismo se hace alimento verdadero. Somos de Cristo porque estamos marcados por su amor, por su cuerpo y su sangre. Dejémonos amar por el Señor, sentémonos a su mesa. Sepamos que llevamos está marca del gran amor que Dios nos tiene, que emana de la cruz, que se ofrece en la mesa del altar", prosiguió el padre Daniel.

MISA | ÚLTIMA CENA EVOCADA EL JUEVES SANTO.

El sacerdote expresó que esa noche Jesús deja dos mandatos. El primero es el mandato de la celebración de la misa porque desea que siempre estemos con él y que siempre tengamos necesidad de su alimento en la palabra y en la eucaristía. "El segundo mandato es el del servicio. Ser servidores de nuestros hermanos, de poder, nosotros también, amar a nuestros hermanos y que nuestros hermanos también se dejen amar por nosotros. Que podamos acercarlos a la eucaristía, hacer que conozca a Jesús y que se siente a su mesa. Celebremos el gran amor de Dios. Dejémonos amar por Él. Celebremos la eucaristía, memorial de su pasión, muerte y resurrección, verdadero alimento, verdadera bebida. Y cumplamos el mandato de hacer esto en memoria suya y ser una iglesia servidora misionera", finalizó.

Luego se vivió el especial momento del servicio y de la humildad, donde fueron convocados doce servidores de la comunidad, a quienes el padre Baca les lavó los pies.

TRAS LOS OFICIOS | EL PADRE DANIEL JUNTO A DOCE SERVIDORES.

Ellos son Rosana Madariaga, de la "Familia tesoro de Dios"; Carlos Colque, del grupo scout "San Francisco de Asís", Liliana Alfaro, de la capilla Nuestra Señora de La Merced; Mabel Jarma, de Ministros de la sagrada comunión; Fani Moya, de la capilla San Nicolás y San José Obrero; Yuriana, de monaguillos; Gastón Condori, del ministerio "San José"; Lucrecia Arjona, de "Evangelización 2000"; Inés López, de catequesis; Hilda del Valle Quintera, de la comunidad de Santa Rita; Miguel Ángel Ceballos, de la capilla Virgen del Rosario; y Dante Ledesma, de Cáritas.

Finalizada la misa, procesionalmente, el padre Daniel trasladó el Santísimo hasta el interior del templo y fue colocado en el altar del Sagrado Corazón, donde los fieles permanecieron en vigilia hasta pasada la medianoche.

 

Temas de la nota