En la sala de audiencias del tercer piso del Palacio de Tribunales finalmente dio inicio el juicio oral y público en contra de las referentes de la organización barrial Tupac Amaru Mirta “Shakira” Guerrero y Patricia “Pato” Jaldín, acusadas del robo de elementos periodísticos a trabajadores de prensa de Artear en un hecho ocurrido en agosto de 2012.
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En la sala de audiencias del tercer piso del Palacio de Tribunales finalmente dio inicio el juicio oral y público en contra de las referentes de la organización barrial Tupac Amaru Mirta “Shakira” Guerrero y Patricia “Pato” Jaldín, acusadas del robo de elementos periodísticos a trabajadores de prensa de Artear en un hecho ocurrido en agosto de 2012.
En un principio el Tribunal había pasado a un cuarto intermedio para sustanciar un nuevo pedido de la suspensión de juicio a prueba propuesto por los abogados Guillermo Toro y Fabián Terán, representantes de Guerrero y Jaldín respectivamente.
Luego de que el Tribunal enjuiciador integrado por Mario Puig (presidente de trámite), María Alejandra Tolaba y Antonio Llermanos resolviera rechazar el pedido de la suspensión de juicio a prueba por improcedente, ya que en una primera instancia recursiva el Superior Tribunal de Justicia ya se había expedido de la misma manera.
Cinco testigos, entre ellos los tres periodistas que fueron agredidos, se hicieron presentes ante el Tribunal y expusieron sus relatos. Allí fue donde se vio la postura de estrategia que la defensa ejercerá en la producción de los alegatos, para contraponer los fundamentos del fiscal de Cámara Marcelo Cuellar.
Tanto Toro como Terán insistieron con la misma pregunta para todos los testigos: si vieron si sus defendidas agredieron o robaron las cámaras. Todos dijeron que no específicamente, pero casi todos dejaron en claro que quien de alguna u otra manera daba las órdenes a los agresores, era “Shakira” Guerrero.
El periodista Rodrigo Alegre dijo que “cuando estábamos haciendo unas tomas en el barrio de la Tupac, se acercó un señor gordito (por Rivera) y nos dijo que no podíamos estar allí sin autorización. Hablaba con un Handy con alguien y de repente empezó a llegar gente entre ellos estaba Guerrero y Jaldín”.
“Ella (dirigiéndose a Guerrero) me decía que nuestro programa (Periodismo Para Todos) hablaba cagadas de la Tupac y ahí empezó una serie forcejeo mientras nos decían que nos vayamos del lugar. Adentro del auto nos llovían manos de todos lados, de ahí nos robaron la cámara que estaba en manos de Héctor Santistebe y miraban todo el tiempo a la señora Guerrero, que a mí entender era la que supervisaba la situación”, continuó Alegre.
El camarógrafo Federico Gandolfi fue quien sufrió el segundo robo. “Dejé una cámara chiquita automática grabando todo antes de subir al auto y cuando se dieron cuenta me la quisieron sacar, yo les dije que les daba la memoria, pero en ese segundo pude sacar el micro SD y ellos se quedaron con la carcaza. Pensé que se iban a dar cuenta, pero por suerte no, después un hombre me robó esa cámara luego de abrir la puerta del auto. Gracias al micro SD se dieron a conocer las imágenes”, dijo.
También declararon el remisero Jorge Villarruel, el remisero que llevó a los periodistas desde un hotel céntrico hasta Alto Comedero, y Juan Carlos Rivera, quien estaba a cargo de la seguridad en el sector de obras del barrio de la Tupac Amaru.
Ninguno de los dos aportó datos concretos para esclarecer el hecho, se desprendieron de toda escena violenta y tampoco pudieron identificar a los autores del robo de las cámaras.
Tanto Mirta “Shakira” Guerrero, como Patricia “Pato Guerrero” se abstuvieron a declarar ante el Tribunal en la primera audiencia del juicio que se les sigue, donde están imputadas por ser las supuestas autoras del delito de “robo en poblado y en banda”.
El sexto testigo
La dirigente social Milagro Sala estaba citada como testigo en este juicio oral y público y el secretario de Sala Nicolás Besin dijo al Tribunal enjuiciador que Sala se había negado a salir de su celda, manifestado “que tenía hematomas en la muñeca y que se encontraba mal psicológicamente, ya que recientemente fue revocada su prisión domiciliaria y volvió al Penal de Mujeres”.
Es por eso que el fiscal de Sala Marcelo Cuellar solicitó al Tribunal que los profesionales del Poder Judicial tanto médico como psicológico se hagan presentes en la Unidad Penal Nº 3 del barrio Alto Comedero, para constatar la veracidad de esos dichos.
Fuentes judiciales que fueron consultadas dieron cuenta que Sala sería el último testigo citado y luego de este acto, la causa ya estaría en condiciones para se produzcan los alegatos y posterior veredicto. El debate continua mañana a partir de las 9.