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El grupo EI secuestró a dos enfermeros | Cruz Roja Internacional, Estado Islámico, cautiverio

Lunes, 13 de febrero de 2017 01:30
Cinco días después del peor ataque contra el Comité Internacional de la Cruz Roja en décadas y de que la organización declarara a dos de sus empleados desaparecidos, el Gobierno afgano informó ayer que los trabajadores fueron secuestrados por la milicia Estado Islámico (EI) y que están tratando de liberarlos.
"Dos empleados de la Cruz Roja fueron secuestrados y están ahora bajo el cautiverio del grupo Estado Islámico (EI). Estamos utilizando todos nuestros recursos y tratando por diferentes medios de lograr su liberación segura y rescate del cautiverio del EI para que se puedan reunir con sus familias", informó a la prensa el vocero del gobernador de la provincia norteña de Jawzjan, Muhammad Reza.
El miércoles pasado un convoy de ayuda humanitaria de la Cruz Roja fue atacado en Jawzjan por un grupo de personas armadas no identificadas, que disparó contra todo el grupo. Mataron a seis trabajadores, todos afganos, y ahora se sabe que secuestraron a otros dos.
El Gobierno afgano responsabilizó de inmediato al EI y, pese a que esta milicia aún no se adjudicó la autoria del ataque, el movimiento insurgente talibán se distanció del atentado y dio a entender que se trato de ese grupo islamista nacido en Irak hace una década.
Según contó Reza, la del miércoles pasado era la segunda vez que un convoy de la Cruz Roja viajaba a la insegura zona de Dasht-e-Laili, sobre la que las autoridades habían lanzado una advertencia avisando que el área está bajo control insurgente.
"Pero la Cruz Roja es una organización imparcial y neutral, y generalmente viaja a las áreas más inseguras y zonas golpeadas por la guerra. Esta vez hicieron lo mismo", argumentó el vocero, en un intento poco velado de desligarse de la responsabilidad por el ataque.
Mientras aún se intenta determinar qué fue exactamente lo que pasó y quién fue el responsable, la Cruz Roja Internacional anunció el jueves pasado que suspende todas sus operaciones humanitarias en el país, algo que demuestra el nivel extremo de violencia y caos político que se vive en Afganistán, a poco más de dos años de que Estados Unidos declarara el fin formal de la guerra que comenzó con la invasión de 2001.
En realidad, Afganistán vive en un clima de guerra constante desde finales de los años 70, con la invasión soviética. Por eso, la Cruz Roja Internacional mantiene una misión humanitaria estable allí, una de las más grandes del mundo, desde hace 30 años y que permanece allí.
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Cinco días después del peor ataque contra el Comité Internacional de la Cruz Roja en décadas y de que la organización declarara a dos de sus empleados desaparecidos, el Gobierno afgano informó ayer que los trabajadores fueron secuestrados por la milicia Estado Islámico (EI) y que están tratando de liberarlos.
"Dos empleados de la Cruz Roja fueron secuestrados y están ahora bajo el cautiverio del grupo Estado Islámico (EI). Estamos utilizando todos nuestros recursos y tratando por diferentes medios de lograr su liberación segura y rescate del cautiverio del EI para que se puedan reunir con sus familias", informó a la prensa el vocero del gobernador de la provincia norteña de Jawzjan, Muhammad Reza.
El miércoles pasado un convoy de ayuda humanitaria de la Cruz Roja fue atacado en Jawzjan por un grupo de personas armadas no identificadas, que disparó contra todo el grupo. Mataron a seis trabajadores, todos afganos, y ahora se sabe que secuestraron a otros dos.
El Gobierno afgano responsabilizó de inmediato al EI y, pese a que esta milicia aún no se adjudicó la autoria del ataque, el movimiento insurgente talibán se distanció del atentado y dio a entender que se trato de ese grupo islamista nacido en Irak hace una década.
Según contó Reza, la del miércoles pasado era la segunda vez que un convoy de la Cruz Roja viajaba a la insegura zona de Dasht-e-Laili, sobre la que las autoridades habían lanzado una advertencia avisando que el área está bajo control insurgente.
"Pero la Cruz Roja es una organización imparcial y neutral, y generalmente viaja a las áreas más inseguras y zonas golpeadas por la guerra. Esta vez hicieron lo mismo", argumentó el vocero, en un intento poco velado de desligarse de la responsabilidad por el ataque.
Mientras aún se intenta determinar qué fue exactamente lo que pasó y quién fue el responsable, la Cruz Roja Internacional anunció el jueves pasado que suspende todas sus operaciones humanitarias en el país, algo que demuestra el nivel extremo de violencia y caos político que se vive en Afganistán, a poco más de dos años de que Estados Unidos declarara el fin formal de la guerra que comenzó con la invasión de 2001.
En realidad, Afganistán vive en un clima de guerra constante desde finales de los años 70, con la invasión soviética. Por eso, la Cruz Roja Internacional mantiene una misión humanitaria estable allí, una de las más grandes del mundo, desde hace 30 años y que permanece allí.