Una tercera escalinata, ubicada en calle Rondeau, resulta una peculiar vía de acceso a la parte alta de Cuyaya, pero también muestra un aspecto lúgubre por la cantidad de hojarasca de gran espesura que recubre toda la pendiente en la que solo se distingue algo de los matorrales apenas caídos, quizás a machetazos. Una vecina aseguró que recientemente vinieron a realizar el desmalezamiento, indicando que los restos los dejaron quienes realizaron el trabajo. Según su experiencia, consideró que no volverían ya que suelen hacerlo solo dos veces al año, con lo cual deben luchar contra las ratas en la zona porque la vivienda está muy cercana y la maleza que rodea al lugar sirve de hogar a esa y otras alimañas.
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Una tercera escalinata, ubicada en calle Rondeau, resulta una peculiar vía de acceso a la parte alta de Cuyaya, pero también muestra un aspecto lúgubre por la cantidad de hojarasca de gran espesura que recubre toda la pendiente en la que solo se distingue algo de los matorrales apenas caídos, quizás a machetazos. Una vecina aseguró que recientemente vinieron a realizar el desmalezamiento, indicando que los restos los dejaron quienes realizaron el trabajo. Según su experiencia, consideró que no volverían ya que suelen hacerlo solo dos veces al año, con lo cual deben luchar contra las ratas en la zona porque la vivienda está muy cercana y la maleza que rodea al lugar sirve de hogar a esa y otras alimañas.
En las escalinatas de los barrios, algunas extensas, la constante es la falta de buena iluminación, residuos y el yuyo crecido
La escalinata está despejada en su recorrido pero tampoco posee barandales que aseguren el ascenso, en especial para los mayores.
Lo ideal, sería que se mantengan cada uno de estos lugares, en concordancia con ordenanzas y líneas de prevención de vectores de las enfermedades que cada año preocupan, como dengue y hanta virus. Es que la preocupación vecinal es la misma.
Una de las mayores preocupaciones es la inseguridad a la hora de ascender o descender ante la poca iluminación y maleza.
Los hábitos de algunos vecinos no contribuyen a la higiene de cada lugar, pero falta mantenimiento en la mayoría de las escaleras