Luego de un intenso trabajo de los efectivos de la Brigada de Investigaciones de la ciudad de Libertador General San Martín, se logró detener a la segunda persona sindicada como autora de los asesinatos de los pastores evangelistas que fueron hallados cerca de la finca de Chalicán los primeros días del corriente año.
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Luego de un intenso trabajo de los efectivos de la Brigada de Investigaciones de la ciudad de Libertador General San Martín, se logró detener a la segunda persona sindicada como autora de los asesinatos de los pastores evangelistas que fueron hallados cerca de la finca de Chalicán los primeros días del corriente año.
Las dos detenciones fueron en la ciudad salteña de Tartagal, la primera de ellas en el mes de febrero luego de que los detectives siguieran pistas firmes sobre los supuestos asesinos de los pastores Orlando Patuto (48) y Manases Espíndola (21).
Siguiendo con el hilo de investigación, desde la ciudad de Tartagal se conoció que una segunda persona que era intensamente buscada por efectivos de nuestra provincia, se encontraba alojada en la sede policial y luego de pedir información, la fuerza provincial respondió al pedido de comparendo.
Según las fuentes judiciales consultadas, el primer hombre detenido es de apellido Gareca y desde hace más de un mes se encuentra alojado en la sede de la Brigada de Investigaciones de nuestra ciudad.
Este segundo sospechoso es de apellido Salas y presenta domicilio en la misma ciudad salteña donde fue detenido días atrás.
Si bien la investigación se manejó bajo un estricto hermetismo, desde la Fiscalía de Investigación Penal N§ 9 de la ciudad de San Pedro se supo desde un primer momento que se daría con los autores de este terrible hecho, que conmocionó a toda la sociedad jujeña y fue caratulado como "doble homicidio agravado por el uso de arma de fuego".
Lo que todavía es un misterio, es el móvil del crimen. Es que los pastores y otras seis personas habían viajado desde la provincia de Formosa hasta la Iglesia Evangélica "Escalera al Cielo" para realizar actividades en la localidad de Fraile Pintado.
Sobre los hechos
El pastor de la iglesia, Jorge Fabián Vega, dijo a los investigadores que tres días antes de la desaparición de Patuto y de Espíndola, se presentó en la iglesia un tal "Juan", quien dijo pertenecer a una "cooperativa de desmalezamiento de un ingenio" y que tenía un hermano en San Pedro con problemas de drogadicción y necesitaba que ellos recen por él.
Los pastores accedieron a acompañarlo, por lo que abordaron un vehículo marca Chevrolet Aveo, de color gris plata y con los vidrios polarizados. Esa fue la última vez que fueron vistos con vida los pastores.
Horas más tarde y como no tenían noticias de las víctimas, sus compañeros de la iglesia comenzaron a sospechar sobre la situación y Vega trató de comunicarse con ellos, pero no lo logró, por lo que denunció la desaparición en la seccional 40§ de Fraile Pintado, cuyo personal inició la búsqueda de los pastores.
Tres días después de la denuncia de las desapariciones, los cuerpos baleados y golpeados de los dos pastores fueron hallados maniatados y de cuclillas bajo el Puente Negro, cercano a Fraile Pintado.
Si bien los investigadores seguían varias hipótesis sobre el móvil del doble crimen, las sospechas apuntan a que el tal "Juan" los engañó en el marco de un posible ajuste de cuentas hacia Patuto y que Espíndola terminó siendo una víctima por el solo hecho de encontrarse con él.
En ese sentido, esta línea investigativa hace foco en que Patuto habría estado cumpliendo condena durante el sangriento motín del penal bonaerense de Sierra Chica, en 1996, y que a partir de entonces tendría algún enemigo.