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Discapacitados

Domingo, 23 de abril de 2017 21:26

 

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¡Buen día!

Todos somos discapacitados, en algo o en mucho. La diferencia es que en algunos se nota más que en otros. El diccionario nos recuerda que la preposición “dis”, unida a otra palabra, significa negación, ausencia y equivalentes. Como nadie posee todas las capacidades, es obvio que todos cargamos discapacidades.
Pero hay algunos a quienes se los llama discapacitados por ser ciegos, sordomudos, retrasados mentales, paralíticos, etc. Aunque también yo uso cada tanto esa palabra, en realidad prefiero otras, como: personas con discapacidades (se entiende, evidentes), personas diferentes, y otras por el estilo. Es fundamental focalizar sobre todo las cualidades, pues son muchas y las más importantes, en vez de centrar la atención en algunas discapacidad.
Para ello hay que partir de la identidad personal de todo ser humano: cada uno de nosotros es único e irrepetible. Idéntico a sí mismo. Por eso mismo, diferente. Y, paradójicamente, por eso mismo, todos iguales. ¿Cómo superar esta aparente contradicción?
“La psicología ayuda a dilucidar esta cuestión y plantea que la identidad es el sentido que cada uno tiene de sí mismo, del lugar que ocupa en el mundo y como es significado por los otros a través de las asignaciones. 
Cada uno de nosotros estamos en contacto y comunicación con los otros. Nuestra identidad va dejando la marca en cada cosa que hacemos, en cada vínculo que establecemos, en cada espacio que dejamos. 
Somos una marca registrada de nosotros mismos, un producto que surge de un proceso continuo y evolutivo que culmina en la adolescencia, cuando decantan la variedad de autoimágenes que se fueron gestando en la infancia”.
Esta reflexión -junto a muchas otras de real valer- la encontramos en una órbita que quisiera recomendar, sobre todo para quienes trabajan con los llamados discapacitados: “Juegos diferentes”, de Susana Gamboa de Vitelleschi y Roberto E. Ramos. El título sugiere su contenido: hay juegos originales para personas con capacidades diferentes. Ojalá puedan aprovecharlos muchos.

¡Hasta mañana!

 

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