¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
26 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Laberintos humanos. Salvo mi temor

Martes, 13 de junio de 2017 22:59

La luna se relamía llena sobre el cerro, e iluminó el camino que debía seguir tras aquel a quien quería alcanzar sin saber por qué. Tras él se había ido el perro que me detuvo en el camino, pero nada me indicaba que hubiera mayores peligros, salvo mi temor, por lo que decidí continuar.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La luna se relamía llena sobre el cerro, e iluminó el camino que debía seguir tras aquel a quien quería alcanzar sin saber por qué. Tras él se había ido el perro que me detuvo en el camino, pero nada me indicaba que hubiera mayores peligros, salvo mi temor, por lo que decidí continuar.

Lo hice por algo así como media hora, cuando vi de lejos que aquel se había detenido para encender un fuego que lo calentara en la noche invernal. El viento zamarreaba el humo que ascendía sin destino, y su resplandor me seguía indicando el sitio de su campamento cuando, para mi sorpresa y susto, una mano me tocó en el hombro.

Me volví para no ver a nadie, aunque estaba seguro que fue alguien quien me llamó, cuando de mis espaldas volví a sentir que me tocaban en el hombro, me di vuelta y nadie había allí. Podía pensar que ningún cuento vale tanto como para correr tantos peligros, o al menos tantos sustos, pero allí estaba él, junto a la luminaria, y me tentaba.

Me acerqué con paso cauteloso porque algunas nubes, no demasiado habituales para esta época del año, habían enturbiado mi visión, y una voz ronca que venía de abajo, como si la emitiera alguien muy pequeño, me sugirió que me detuviera. Hubiera jurado que se trataba de un enano, o acaso fuera el mismo suelo quien me estuviera advirtiendo que no debía seguir.

Anduve, de todos modos, unos pocos metros más, y aquella misma voz prefirió entonces gritarme, llamándome por mi nombre, por lo que le hice caso sin dejar de preguntarle por una razón para semejante advertencia.