Tras las fuertes críticas de Elisa Carrió al presidente Mauricio Macri, el Gobierno compartió una cena con la UCR en la que se aflojaron tensiones y hubo avances en el armado electoral que el frente oficialista montará el próximo año.
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Tras las fuertes críticas de Elisa Carrió al presidente Mauricio Macri, el Gobierno compartió una cena con la UCR en la que se aflojaron tensiones y hubo avances en el armado electoral que el frente oficialista montará el próximo año.
Por la UCR estuvieron su presidente y gobernador de Mendoza, Alfrejo Cornejo; el mandatario correntino Gustavo Valdés y el jujeño Gerardo Morales; los jefes de los interbloques de Cambiemos en el Senado y Diputados, Luis Naidenoff y Mario Negri, respectivamente; y el diputado nacional José Cano.
"Ayer entre el PRO y la UCR cenamos y hablamos de todo. Está todo saneado", señaló Cano.
Según sostuvo el tucumano, durante la cena se "sanearon todas las diferencias" entre los socios, luego de que la pérdida de un lugar en el Consejo de la Magistratura despertara el descontento en el centenario partido.
El temario incluyó esa cuestión, pero también se habló de las críticas que lanzó Carrió poco antes de que comenzara el asado por la ley de financiamiento de los partidos políticos y el protocolo de seguridad sobre el uso de armas en las fuerzas policiales, temas que también generan incomodidad entre algunos dirigentes de la UCR.
El otro punto clave de la noche fue el armado electoral, en momentos en que el radicalismo sospecha -especialmente por Frigerio- de la relación que podría entablar el Gobierno con referentes peronistas en algunos distritos, algo que podría perjudicar la posición de los candidatos del partido.
En contrapartida, el Ejecutivo desconfía de que sectores de la UCR quieran impulsar la postulación nacional del diputado Martín Lousteau y reclaman que todos los esfuerzos electorales estén destinados a la reelección de Macri.